Capítulo 12. Hidroportal

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Eddie y Steve comenzaron a remar, al tiempo que Nancy vigilaba la brújula y Ronnie cargaba la radio de Dustin; de esta manera, avanzaron durante varios minutos dirigiéndose al centro del lago.

Repentinamente, Nancy gritó: —¡Wow, wow! Paren, chicos.

La aguja de la brújula estaba girando rápidamente en todas direcciones. Se había vuelto loca.

—Cielos —susurró Steve.

La radio se encendió. —¿Qué pasa, chicos? ¿Por qué se detuvieron? —preguntaron del otro lado.

—Dustin, tu brújula pasó de desviada a desviadísima —avisó Ronnie.

Steve comenzó a quitarse los zapatos junto con los calcetines.

Nancy lo miró. —Steve, ¿qué haces?

—Alguien tiene que bajar a ver —respondió, con obviedad—. A menos que uno de ustedes haya sido co-capitán de natación o salvavidas certificado por tres años, debo ir yo. Nada de quejas, ¿sí?

Ronnie asintió. —De acuerdo.

Nancy le lanzó una mala mirada.

La ojiazul se encogió de hombros. —¿Qué? Ya lo escuchaste.

—Yo no me quejo —intervino Eddie—. No quiero meterme ahí.

Mientras que Steve continuó deshaciéndose de sus prendas, Eddie sacó una bolsa de plástico de su chaqueta y cubrió la linterna con ella.

—Hey —llamó a Steve, pasándole la linterna—. Buena suerte.

—Gracias.

—Ten cuidado, Steve —masculló Nancy, un tanto preocupada.

El chico le dedicó un asentimiento de cabeza y justo después, se tiró al agua. Ronnie, Eddie y Nancy esperaron impacientes en el bote.

—¿Y... tienes hermanos, Nancy? —preguntó Ronnie, de repente.

Los otros dos chicos la miraron con un gesto de confusión.

—¿Qué? Hay que matar tiempo.

Nancy rodó los ojos, pero sonrió. —Sí, tengo a la más pequeña, Holly y a otro más grande, Mike —respondió—. Oh y, por cierto, él es el novio de Once.

—¿De Jane? —preguntó Ronnie, un tanto sorprendida—. Wow, espera. ¿Cuántos años tiene Once?

—Quince —respondió Nancy, mirando su reloj.

La ojiazul exhaló sonoramente. —La última vez que la vi, tenía siete años. Era diminuta.

—Ha crecido bastante —aseguró Nancy, sonriendo.

—¿Cómo va de tiempo? —intervino Eddie, refiriéndose a Steve.

Nancy volvió a consultar su reloj. —Un minuto y un poco más, quizá deberíamos...

Súbitamente, Steve salió del agua bruscamente, salpicando gotas heladas por todos lados y asustando a los chicos.

—¡Por Dios! —gritó Eddie.

—Demonios, Steve —musitó Ronnie, entre dientes.

El chico hizo caso omiso de sus quejas. —¡Lo encontré! —avisó.

—¿Lo encontraste? —preguntaron todos, al unísono.

Ronnie tomó la radio. —Dustin, eres un genio. Steve encontró el portal.

El chico apoyó los brazos en el bote, y prosiguió. —Es una locura. Es un mini portal al lado del original, pero aún así, es bastante grande.

En el cielo, se proyectaron repentinamente luces rojas y azules que, por supuesto, sólo podía ver la chica telepática.

NICE TO MEET YA  || Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora