𝐅𝐎𝐑𝐓𝐘 𝐓𝐖𝐎

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━━━━━ 𝐀𝐈𝐋𝐄𝐍 ━━━━━

Entré a mi antigua casa, estaba lleno de polvo y de papeles en una pizarra, en la mesa un par de armas, caminé hacia ella y suspiré.

Agarré los papeles y comencé a mirar la información que tenía.

Hace meses que se había ido de Beacon Hills, la última vez que lo vieron estaba a las afuera de esta ciudad, pero me enteré de que había vuelto, ahora debía averiguar en dónde se escondía.

Comencé a tachar los lugares que sé que no estaba y solo me quedaban algunos por saber.

Dejé todos los papeles ahí, agarré el arco y flecha y comencé a practicar.

Una...dos...tres...cuatro...cinco. Cinco flechas dieron en el blanco. Pude mejorar mucho mi puntería, con un poco de ayuda de mi amiga. Deje el arco y agarre las dagas, comencé a tirar una por una y di en el blanco. Fui hacia donde había tirado todo, agarré las flechas, las dagas y las volví a dejar en la mesa.

Volví a mirar los papeles, el mapa, las pocas noticias que encontré, buscando algún tipo de pista. Escuché unos pasos cerca de la puerta, agarre rápidamente el arco y apunte.

Me miró asustado con un toque de sorpresa en su cara y con las manos arriba.

— ¿Qué haces acá? — pregunté bajando el arco y dejándolo en la mesa.

— Vine a buscarte ¿Qué haces vos acá?

— Es mi casa después de todo, puedo venir cuando quiera, no sabía que te tenía que pedir permiso. — me di vuelta y comencé a guardar todo.

Se acercó hacia la mesa y vio todo, algo que no quería que pasara.

— ¿Qué es esto?

— Nada — dije mientras seguía guardando las cosas.

— ¿Por qué no dejas la policía se encargue de esto?

— Porque tienen otros casos y yo no puedo esperar. No voy a dejar que mi mamá muera en vano.

— Después que lo encuentres ¿qué harás?

Me quedé callada — Matarlo — respondí fría y segura después de unos segundos.

— ¿Y después de eso? El matarlo no va a revivir a tu mamá.

— Eso lo sé — dije con cierto dolor en mis palabras.

— No va a sacar el dolor que sientas. Lo único que va a pasar es que te hundas vos misma

Mire a Scott a los ojos, sabía que tenía razón, pero no voy a dejar que se salga con la suya Nicolás, mi "papá".

El extendió su mano — Vamos — suspiré, le di la mano y me saco de allí.

Me extendió el casco, pero no lo agarré — Traje mi auto.

— Entonces, seguime.

— ¿A dónde vamos?

— Solo hazlo.

Asentí sin decir nada y me subí.

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Subimos hasta su habitación, abrió uno de sus cajones y me dio una remera con un pantalón.

— ¿Por qué no me dejaste ir a mi casa? Dónde vivo ahora — aclaré.

— Porque sé que te escaparas para ir de nuevo.

Yo reí y negué con la cabeza. Fui hacia el baño, me cambié y salí.

𝑳𝑨𝑻𝑰𝑵𝑨  ━ Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora