CAPITULO 6 PASIÓN

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-To… todo está bien señor Ohm - Fluke se llevó sus manos a su entrepierna. – ¿Puede salir?, por favor – le pidió rojo como la grana sin levantar la mirada.
-¿No me dejas unirme a ti? –pregunto con voz ronca, empezando a quitarse la camisa.
-¿Qu…que? – pregunto casi en un grito el menor levantando rápidamente su rostro encendido. Y casi se le salen sus hermosos ojos de sus orbitas al ver que el más grande se estaba desvistiendo. – Señor Ohm, ¿Qué está haciendo? – cuestiono con claro pánico.
-Te ayudare con tu pequeño problema- le sonrió mirando donde sus manos cubrían su miembro.
-Yo… yo no tengo ningún problema – le dijo con voz chillante por el miedo.
-Creo que si – sonrió mas y se empezó a desabrochar el pantalón.
El más pequeño no sabía qué hacer, estaba desnudo en el jaccuzi, con una semi erección en medio de sus manos y un gran hombre atractivo se estaba desvistiendo a su lado. No quería mirar, pero no podía evitar admirar esos bien trabajados músculos, su abdomen era duro y parecía tableta, y esos brazos. Sus ojos avellana recorrían la piel desnuda con avidez, esos anchos hombros, las marcadas clavículas, ese pecho masculino, y que decir del abdomen que terminaba en el elástico de la ropa interior por donde asomaba en inicio del vello íntimo. Bajo más su mirada y se encontró con ropa interior color negra que abrasaba unas fuerte caderas, y entre ellas un enorme pene.
Fue en ese momento que su mente volvió a la realidad, y aparto la mirada de ese hombre semidesnudo.
Ohm sonrió con malicia al verse observado con tanto detenimiento por parte de su Polcino. Decidió no presionarlo mucho, así que se dejó el bóxer, y se dirigió al jaccuzi con paso lento, se introdujo por detrás del menor, y vio como este se ponía tenso.
-Tranquilo Polcino- le dijo con voz suave- no tienes que temer.
-Señor Ohm – dijo con voz temblorosa - Deje que salga, para que usted pueda ducharse.
-Pero si yo no vengo a ducharme – contesto acercando el pequeño cuerpo a su pecho. Lo que causo que Fluke soltara un pequeño grito de sorpresa, al sentir esas fuertes manos rodear su cintura y su pequeña espalda chocando con ese fuerte pecho.
El menor se puso más tenso, si eso se pudiera. Sabía que ese momento llegaría, pero no creyó que fuera tan pronto. Sentía como el señor Ohm le empezaba a masajear los hombros, tenía manos habilidosas, eso se tenía que reconocer. Pero aun así no podía dejar de estar tenso, y mucho menos separo sus manos de su miembro que en ese momento lo estaba traicionando, poniéndose más duro.
Y al parecer no era el único que estaba duro, empezó a sentir como el pene del mayor se iba poniendo más grande y duro, su respiración la contuvo al sentir rozar “eso” entre sus nalgas.
El mayor separo un poco a Fluke para seguir con el masaje sobre su espalda. Esa delicada y aterciopelada piel lo estaba volviendo loco. Así estuvo un rato, repartiendo sus manos entre cuello, hombros y espalda, hasta que sintió que le menor soltaba un suspiro de satisfacción. Así que dejo se hacer presión, y lo que era un masaje se fue transformando en caricias. Sus hambrientos ojos no se alejaban de ese terso y lechoso cuello.
Que fácil sería dejarse llevar y hundir sus colmillos en ese tierno pedazo de piel. Pero no era el momento adecuado, apenas había logrado que Fluke se relajara. Lo tenía dócil entre sus piernas, no como le gustaría, pero ya era un avance.
El más pequeño se había relajado tanto que había dejado de cubrir su parte intima, dejando sus delgados brazos a los acostados rozando los grandes y fuertes muslos de su acompañante de ducha. Sintió como esas grandes manos tomaban de nuevo su cintura y lo apretaban contra sí.
-Mmmmm- no pudo evitar Fluke soltar al sentir como ese enorme miembro topaba con su retaguardia.
-Así es mi Polcino – le dijo con voz grave el mayor llevando una de sus manos sin previo aviso hacia enfrente tomando su pene.
Fluke abrió los ojos de golpe y jadeo con sorpresa.
-Relájate – le dijo en el oído el más grande, mientras empezaba a mover su mano de arriba abajo, y con la otra le acariciaba el vientre plano.
-Haaaa, n…no – jadeo el pequeño sin saber muy bien que hacer, antes las caricias del pelinegro. Nadie nunca lo había tocado de esa manera, aunque nunca había estado enamorado y jamás había tenido pareja, no era del todo virgen, bueno solo había besado a dos chicos. Conforme las caricias seguían invadiéndolo, perdió noción de todo, dejo caer su cabeza en el hombro del mayor.
-No te contengas Polcino – le dijo Ohm con voz ronca sin dejar se masturbarlo y llevando su otra mano a los testículos del menor.
-Hoooo, mmmmm- Las caderas del más pequeño se empezaron a mover si pedirle permiso.
Ohm empezó a besarle lo mas cercano, que era el cuello del pequeño. Lo lamia y lo succionaba, sintiendo como el placer hacía temblar a Fluke. Eso era la gloria gruño, subiendo la mano que estaba masajeando los testículos hacia el rostro del menor.
Este recibió esos llenos labios con avidez, sin dejar de mover sus caderas al ritmo que marcaba el señor Ohm. La lengua del más grande invadió esa pequeña y dulce cavidad con un hambre atroz, el agua a su alrededor solo seguía el moviente de esos dos cuerpos, que bajaban y subían sus caderas. El chapoteo del agua y de esos labios era ensordecedor.
La grande lengua recorría todo su interior, Fluke creyó que en cualquier momento se desintegraría entre ese fuerte cuerpo. Esa mano en ningún momento dejo de darle atención a su miembro el cual sentía bastante caliente, la mano libre se había dirigido a torturar uno de sus pezones, junto la combinación de esa boca devorándolo, lo estaba volviendo loco.
Una corriente exploto dentro de él, reuniéndose en su centro. Ohm se tragó el grito de éxtasis de su Polcino a sentirlo tensarse con el orgasmo, y aumentando el movimiento su mano sobre el miembro.
Después de esa descarga eléctrica por cada rincón de su cuerpo, el pequeño cuerpo quedo sin fuerzas sobre el más grande, flácido y jadeante. Nunca había tenido un orgasmo tan potente, él se había auto complacido desde su adolescencia, pero nada como lo que acaba de sentir.
Ohm lo tomo en brazos y lo saco del jaccuzi, Fluke escondió su rostro avergonzado en el pecho del mayor. No podía creer lo que acaba de pasar, ni sabía cómo lo había permitido. La situación era surrealista, probablemente había bajado la guardia por todo el estrés de la situación, se trató de consolar el pequeño. Ohm lo dejo al pie de la cama, y en un segundo regreso con una enorme toalla, con la cual envolvió el pequeño y tembloroso cuerpo.
Fluke no podía levantar la cara, estaba muerto de vergüenza, así que se dejó secar por esas enormes manos que lo trataban como si fuera de cristal.
-Descansa – le dijo sonriéndole con ternura, y bajo su rostro para volver a besarlo.
Y Fluke a pesar de su vergüenza, correspondió el beso gustoso abrazando esos enormes hombros. Se sintió apretado a ese grande y musculoso cuerpo, suspiro contra los labios ajenos.
-No me tientes Polcino – dijo separándose de esos dulces labios con la respiración agitada. Junto su frente con la del menor, tratando de controlarse, y omitiendo el dolor de su pene. Tomo con ambas manos esas tiernas mejillas- por hoy es suficiente.
-Pero- empezó bajito el menor, tratando de protestar.
-Pero nada – le interrumpió el mayor acariciando su cara- no es el momento – le dijo mirándolo a los ojos, sin separarse de él.
Fluke solo se le quedo viendo, disfrutando de las caricias. El mayor se separó, solo para darle un tierno beso en la frente.
-Ve a dormir – le ordeno con una sonrisa.
El pequeño asintió devolviéndole la sonrisa. Vio como el mayor salía de la habitación en ropa interior, y por fin se pudo sentar sobre la cama son sus piernas temblorosas. ¿Qué demonios había sido todo eso?, todo había sucedido tan de pronto. Tomo las orillas de la toalla y se envolvió en esta, aun en estado de shock, y de éxtasis, ¿a quién engañaba?, había disfrutado como nunca de las caricias del señor Ohm. Aun no comprendía como había permitido que lo tocara de esa manera, siendo que nunca había cedido ante nadie, y muchos lo habían intentado.
No supo cuánto tiempo estuvo en ese estado, pero lentamente se dirigió al guardarropa y tomo ropa interior y conjunto deportivo. Se vistió en un estado ensimismado, y al terminar se dirigió a la enorme cama, aun sintiéndose aturdido. Se acurruco entre las cobijas, mirando fijamente las puertas corredizas hacia la terraza, donde todo era oscuro y frio. Sus ojos poco a poco se fueron cerrando.
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Ohm había atendido su molestia en el baño que estaba en la oficina. ¿Hacia cuantos siglos que no se masturbaba?, había pasado tanto, que no recordaba. El tacto de ese cuerpo contra el suyo, sumado a sus jadeos, suspiros y movimientos, lo habían vuelto loco. No sabía cómo se había logrado contener para no morder ese delicioso cuello, y para no enterrarse en ese pequeño y pecaminoso cuerpo.
Sabía que con Fluke las cosas eran diferentes a el resto de amantes que había tenido en su larga vida. ¿Por qué lo sabía?, no tenía idea, pero así era. Sabía que su Polcino era diferente a todo lo que estaba acostumbrado.
Se secó el cabello con movimientos enérgicos, hacía rato que había escuchado la respiración acompasada de Fluke, podía irse sin preocupaciones, si algo había aprendido todos esos meses de espiar a su pequeño, es que tenía el sueño muy pesado, ya que se dormía, era raro que despertara.
Se vistió decidido a dar la ronda nocturna que estaba acostumbrado a hacer en su hotel. Se miraría en un espejo, pero de nada serviría, esos utensilios estaban prácticamente de adorno, ni el, su familia y empleados no se podían reflejar, al menos la mayoría eran seres sobrenaturales.
Antes de irse, se dirigió de nuevo a la recamara, se acercó lentamente a la cama donde yacía el pequeño cuerpo. Fluke estaba boca arriba con sus enormes ojos cerrados plácidamente, y su boca carnosa estaba entre abierta dejando salir su respiración. Se sentó acercándose a el, acaricio su cabello, el cual todavía estaba un poco húmedo, y sin poderlo evitar beso esos rosados labios.
Salió del pent house, primero se pasaría por su oficina, necesitaba revisar unos documentos. Era cierto lo que su Polcino le había dicho más temprano, había descuidado el hotel. No era algo grave, pero si algo había prendido era que, si dejaba que el trabajo se acumulara, las cosas podrían verse mal.
-Hasta que llegas- le recrimino un pequeño hombre levantándose de uno de los sillones.
-¿Qué quieres Pham? – pregunto fastidiado.
-No te preocupes querido, no te quitare mucho tiempo – se defendió el otro.
Ohm paso de largo entrando en su oficina.
-Ya que estas aquí deberías de traerme un café – le ordeno el mayor sentándose frente a su escritorio.
-No soy tu secretaria- se quejó el hombre yendo hacia la cafetera, haciendo lo que se le había pedido.
-Ya sabes cómo me gusta – le dijo este sin tomar en cuenta el tono molesto.
Pham bufo molesto, pero se dispuso a hacerle un café a su jefe y majestad.
-¿Y bien? –pregunto tomando la taza de café recién hecho que le había dejado sobre el escritorio.
-Tuve que despedir a Ameyal- le dijo sentándose frente a el.
Ohm subió las cejas mientras tomaba de un sorbo del café.
-Se puso súper pesada Ohm- siguio este- no dejaba de preguntar por ti, el por qué la evadías y otras más tonterías – siguió viéndose las uñas.- No sé cómo te pudiste liar con esa zorrita.
-Esta buena- le respondió dando sorbo a su café.
-Definitivamente pareces inteligente- le dijo mirándolo a los ojos- pero a veces dejas todo que desear.
-No seas impertinente – lo amenazo Ohm.
-Está bien – le dijo levantando los brazos en son de paz. – Yo solo venía a infórmate que la zorrita ya no estaría más en el hotel.
-Así como fuiste de rápido en despedir a nuestra estrella principal del show, quiero que la sustituyas –lo miro duramente dejando la taza.
-¿Con quién crees que estás hablando? – le dijo Pham- desde que me entere que te acostabas con esa zorra, busque su remplazo- contesto muy pagado de sí.
-Perfecto- le dijo Ohm encendiendo su lap top- ¿Es todo?
-Así es su majestad- contesto levantándose.
-Bien- respondió sin mirarlo- puedes irte.
-Antes de irme- empezó el otro- ¿Qué tal es ese tal Natouch?
El mayor lo miro molesto.
-¿Es tan espectacular como dice Del?- insistió el chico.
-Mi hermana y su bocota – susurro molesto.
-Entonces es cierto – le dijo el menor satisfecho antes de salir de la oficina.
El Rey Ohm Thitiwat se enfrasco en el trabajo pendiente. Leyó contratos y firmo documentos que requerían de su firma. Cuando menos pensó el sol ya asomaba dando su saludo al nuevo día. Estiro su cuerpo entumido. No solo sus hoteles requerían de su atención, también los asuntos no mortales necesitaban de su interés.
A veces era difícil dividir su responsabilidad entre los dos mundos, pero era necesario para que los seres sobrenaturales siguieran con su vida, ese era su legado, y algo de los cual estaba orgulloso y amaba. No permitiría que esa armonía se rompiera, todos esos seres dependían de él, y no les fallaría.
Se tallo los ojos, con una hora de descanso tendría suficiente para seguir. ¿Podría acurrucarse en los brazos de Fluke?, esperaba que sí, sonrio. Salió de su oficina y se dirigió al elevador que lo llevaría hacia su Polcino.
Entro en el lugar dirigiéndose directamente a la cama. Solo una hora. Abrió la puerta de la recamara, y vio ese pequeño cuerpo acurrucado entre las cobijas. Se desvistió con presura y se metió con cuidado en el colchón. Pego su cuerpo al menor, sintiendo su calidez, y se dejó llevar por el cansancio.
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La luz le molesto en sus ojos, estiro su cuerpo sintiendo un cuerpo pegado al suyo. Abrió los ojos de golpe. Frente a él estaba un rostro muy atractivo y masculino, retuvo la respiración sorprendido. Contra lo que su instinto de supervivencia le dictaba, se quedó quieto observando a ese hombre. Sus cejas eran tupidas, pero bien formadas, y sorpresivamente tenía unas hermosas pestañas, muy negras. Su nariz recta le confería poder, los pómulos muy marcados, y esos labios carnosos y bien formados.
Lentamente se fue separando de ese suculento cuerpo, con cuidado se levantó y salió del dormitorio cerrando delicadamente la puerta, recargándose en ella con respiración acelerada. Se llevó una de sus manos a su pecho, ese corazón suyo estaba loco.
¿Qué hora era?, se preguntó mirando alrededor. Escucho ruidos y voces en la cocina, así que fue para haya.
-Joven Natouch – saludo la mujer mayor con una sonrisa.
-Si no me equivoco usted es Martjha- le dijo el joven.
-Así es joven- le respondió sin dejar de sonreír- esta es mi nieta Itzel, y esa chica de haya es Iris.
Fluke se inclinó para saludarlas.
-Oh, no es necesario que se incline joven Natouch – le dijo la mujer mayor.
-Un gusto conocerlas- les dijo en un español algo pobre. Lo que causo que las tres mujeres lo miraran con enormes ojos y mucha satisfacción.
-El joven amo sabe español- exclamo en español feliz Iris.
El joven la miro extrañado ante tal efusividad.
-Iris- regaño la mujer canosa a la otra chica.
Esta bajo de inmediato su rostro.
-¿El joven Natouch desea algo en especial para el desayuno?- pregunto en ingles Martjha
-¿Un “Jauk”?- pregunto tentativo el menor, pidiendo una desayuno típico en Tailandia.
-No podemos ofrecerle exactamente lo que pide – le dijo la mujer mayor- pero, si algo parecido. - le sonrió.
-Gracias – respondió igualando la sonrisa de esta.
Fluke salió de la cocina para dejarlas trabajar. Martjha era amable y comprensible, parece que su escapada no sería tan difícil como había pensado. Se dirigió hacia la oficina para tomar otros libros que creyó le ayudarían a salir de ahí. Antes se había concentrado en el idioma español, pero ahora necesitaba saber en qué terrero se movía. Tomo todos los libros que mencionaban México.
-Vamos a desayunar- dijo una voz ronca y sexy.
El menor salto del susto. Miro hacia la puerta, donde se encontraba el señor Ohm.
-Si- dijo en voz baja sorprendida.  Se había sentido pillado haciendo algo indebido, así que decidió seguir al hombre mayor fuera de la oficina.
-Un desayuno muy peculiar – exclamo Ohm al ver los platillos sobre la mesa.
-El joven Natouch pidió el desayuno- le explico la mujer canosa.
-Eso lo explica- dijo el vampiro- vamos Polcino- invito al menor.
Fluke al ver esos platillos, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas.
-Gracias – le dijo a la mujer en español.
Ohm lo vio sorprendido al escuchar tan buen acento. Le separo la silla para que pudiera tomar lugar. El menor se sentó sin dejar de ver esos platillos.
-Come con moderación – ordeno el mayor notando la mirada brillosa de su Polcino.
Este solo asintió con una sonrisa.
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-Madre como no puedes creerme- dijo exasperado Earth.
-No es que no te crea cariño- le contesto la hermosa mujer- solo digo que tienes la información incorrecta.
-Tu hijo fue vendido, no es algo de juego – dijo molesto.
-Estas exagerando Earth, Fluke solo está siendo intermediario en un negocio de tu padre.- contesto mirando con concentración las nuevas cortinas.
-¿Cómo no puedes verlo? –pregunto apesadumbrado el rubio.
-¿Ver qué? – le pregunto su madre volteando a verlo.
Earth bajo su cabeza negando.
-Ire a hablar con Prem – le anuncio.
-Esta bien cariño- contesto la mujer regresando su mirada a las cortinas.
Earth salió desanimado de la sala del nuevo hogar de sus padres. Era una fortuna que su padre estuviera fuera de la ciudad cuando el había llegado. Se fue directo hacia donde sabía que su hermano mayor estaba.
Entro en la habitación que tenía colores pasteles.
-Prem- llamo- necesitamos hablar de nuevo.
- ¿Qué paso Earth? – le pregunto su hermano.
-Como ya sabíamos, madre no entiende lo que quiero decirle – dijo desanimado.
-¿Y qué puedo hacer yo?- lo miro como si el asunto no fuera de él.
-¿Que puedes hacer tu? – le pregunto molesto- es tu hermano- le grito – ¿Cómo puedes sentirte tan ajeno?- le reclamo- hace dos semanas que no sabemos nada de Fluke, ¿Es que acaso eres como mi padre?- lo empujo enrabiado.
-Nunca digas eso- le dijo mirándolo con fiereza, respirando aceleradamente.
-Entonces escucha lo que te digo- le pidió con voz suplicante- tu hermano menor esta desaparecido hace semanas.

SOLO MÍO (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora