CAPITULO 32 DESTINATA YIWA

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Boston Natouch estaba por salir para ir a la mansión, ya faltaba poco para regresar a América, había perdido demasiado tiempo en Tailandia. Su teléfono móvil sonó y lo saco de su bolsillo, sonrió al ver quien era.
-Dime- contesto.
-Al parecer Thitiwat mando recoger a su esposa y su criada señor. La señora Natouch logro comunicarse con alguno de ellos, y como el Joven Fluke tiene una relación con este magnate, es algo serio, por lo que investigue.
-¿Fluke esta con Thitiwat?- pregunto creyendo que había escuchado mal.
-Tienen una relación señor, al parecer bastante seria, ya que su esposa, la criada y sus otros dos hijos están quedándose en la mansión de este.
-Maldita sea- rugió molesto- te veo en mi casa en una hora, necesito que me digas todo lo que averiguaste.
-Ahí estaré señor- contesto y corto la llamada.
Boston salió muy molesto y subió a su limosina.
-A la mansión- le ordeno al chofer.
Nada le estaba saliendo bien últimamente, y eso lo estaba empezando a molestar bastante. Primero se había tenido que enterar por terceros de que su primogénito había roto el compromiso con la chica Supasit. Harol Supasit le había llamado muy molesto, para reclamarle y pedirle explicaciones, además de que le dijo que su hijo Prem no había tenido la decencia de hablar con ellos, si no que le había dejado toda la humillante tarea su preciosa hija.
Había intentado comunicarse con su sucesor varias veces, pero este nunca le había contestado, así fue los primeros días, pero después se ocupó y más nunca se volvió a acordar de ese tema, hasta ahora. ¿Cómo las cosas se habían torcido de esa manera?, se preguntó el empresario frustrado. Al llegar a su destino, subió directamente a su recamara y tomo un baño.
Bajo a su despacho, necesitaba un trago, así que se dirigió hacia el bar y se sirvió un wiski el cual se tomó de un solo golpe. Nunca había amado a su esposa, pero había sido adecuada, le había dado tres hijos varones, y siempre fue sumisa y le perdono todo, incluso sus infidelidades, la quería de vuelta.
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Kao se bajó de coche y entro en la casa, había estado unos días fuera, y tenía muy buenas noticias sobre Intouch. Al parecer nadie estaba en casa.
Subió a la recamara que ocupaba con el rubgio, la ducha se escuchaba, sonrió empezando a desvestirse, su conejito estaba en casa y desnudo, se acercó lentamente hacia la puerta del baño, entro con sigilo y se deleitó con lo que tenía frente a él. La pequeña silueta se veía atreves de las puertas de cristal que estaban empañadas por el vapor de la ducha.
Deslizo la puerta y la boca se le hizo agua el ver la tersa espalda y ese precioso trasero.
-¿Me extrañaste?- pregunto con voz ronca, cerrando la puerta tras de sí.
El rubio se giró sorprendido al escuchar la voz de su novio, y sonrió feliz.
-Regresaste- dio un gritito feliz y se dejó ir contra el mayor.
-Te eche de menos- dijo el mayor tomándolo de el trasero para levantarlo.
Ambos hombres no salieron del baño en un buen rato, y siguieron con lo suyo en la cama.
-Así que lograste dar con nuestra hermanita- exclamo feliz abrazando a Kao.
-Ese tipo es bastante escurridizo, y un maldito.
-¿Le ha hecho algo a Intouch?- cuestiono asustado, sentándose de golpe.
-No te asustes, no la maltrato ni nada- también se sentó y se recargo en respaldo de la cama.
-¿Entonces?- lo miro aun con mirada preocupada.
-Tu abuelo materno, le dejo una cuantiosa fortuna a su hermanita y su supuesto padre lo sabe, por eso en cuanto Alicia falleció, abandonaron el lugar y se la llevo lejos de ahí.
-Pero, ¿Cómo va a cobrar el dinero si se fueron lejos?
-Él no sabe que tu abuelo ya no está con vida, además tu hermana no puede hacer uso de la fortuna hasta la mayoría de edad, y no entiendo por qué no sabe esa parte. - se encogió de hombros y atrajo a su pequeño cerca de él. – Así que mi conclusión, es que cree que ahora que su madre no está, tu abuelo ira por la pequeña, y él se quedara sin nada.
-Entonces, ¿Piensa esconderse hasta que Intouch cumpla la mayoría de edad? – se acurruco en el- que tonto.
-Bastante- secundo el pelinegro.
-¿Cuándo se lo diremos a mi madre?
-Tu dime- le ofreció al mayor.
-¿No tenemos que esperar a Ohm y Fluke?
-No es necesario, él fue el que me pidió que siguiera con la investigación aunque estuviera fuera.
-Mamá y Panin salieron desde la mañana y no han regresado- le informo.
-¿No te dijeron a dónde?- cuestiono intrigado.
-No, ¿Crees que estarán en peligro?- pregunto sintiendo como el mayor se ponía tenso.
-No lo sé, pero es raro que salgan de la casa sin decir a donde- se levantó de la cama y se empezó a vestir.
Earth lo imito, empezándose a sentir inquieto.
-¿No sabes a donde pudieron haber ido?- pregunto el pelinegro calzándose los zapatos.
Earth tomo su teléfono y llamo a su madre.
-Mamá, ¿Dónde estás? - cuestiono presuroso el rubio en cuento contesto esta.
-Lo siento Earth- contesto al otro lado de la línea Samantha- pronto llegaremos.
Kao se acercó de inmediato a su conejito.
-Pero, ¿Dónde estás?- insistió su hijo mirando a su pareja.
-Estoy…. en la casa de tu padre- respondió dubitativa.
-Pe… pero ¿Qué estás haciendo ahí?- pregunto preodupado.
-Vine por… por unas cosas, hijo, por favor no te preocupes.
-Dile que salga de ahí, ahora- interrumpió el pelinegro al haber escuchado la conversación.
-Madre, por favor salgan de ese lugar, es peligroso que estén ahí- le dijo poniéndose los pantalones.
-Pronto terminaremos- respondió.
-Es peligroso- insistió.
-Nadie nos vio entrar.- trato de tranquilizarlo.
-Vamos por ustedes ahora, llegaremos en poco- dijo Kao que había tomado el celular de la mano de su pareja, y corto la llamada.
-Kao- grito sorprendido mirándolo con el ceño fruncido.
-Termínate de cambiar conejito- le ordeno dándole un beso en la frente- no te puedo llevar semidesnudo.
-Pero, mi madre y Panin- se quejó el menor.
-Si terminas de cambiarte estaremos en menos de diez segundos con ellas.
El rubio entendió de inmediato y se terminó de vestir. Camino directo hacia Kao y lo abrazo. Se esfumaron en una estela de humo y aparecieron dentro un baño.
-Boala- dijo el mayor soltando al rubio.
Este de inmediato reconoció uno de los baños de la casa de sus padres.
-Te amo- jalo la camisa del más grande y lo beso de piquito.
-También te amo- le sonrió- ahora vamos por ellas.- abrió la puerta y salieron a un largo pasillo.
-Mamá, Panin- grito el pequeño- ¿Dónde están?- llego al pie de las escaleras, y empezó a subir.
-¿Earth?- se escuchó a lo lejos en la planta de arriba.
El rubio subió las escaleras corriendo, seguido por el más grande.
-Joven Earth- dijo Panin apareciendo frente a ellos.
-Gracias a Dios- respondió aliviado Earth.
-Trate de persuadirla para no venir- empezó la mujer mayor- pero no me escucho, y no podía dejarla venir sola.
-No es tu culpa Panin- termino de subir hasta ella, y tomo sus manos.
-Joven Earth- susurro con voz temblorosa.
-¿Dónde está la señora Natouch?- pregunto el más alto.
-En el ático- respondió esta.
Los tres caminaron por el pasillo del tercer piso y subieron otras escaleras.
Samantha estaba inclinada frente a un enorme baúl, y sus pequeños hombros temblaban, su hijo se acercó hasta ella, y dejándose caer tras de ella la abrazo.
-Te… tenía que venir por esto- dijo entre sollozos abrazando un álbum fotográfico.
-Lo sé- la consoló- ¿es todo por lo que venias?
La mujer asintió con su cabeza.
-Vamos mamá- la insto a levantarse.
La mujer se dejó llevar lentamente, sin soltar su preciado tesoro. Kao se había adelantado para deshacerse de cualquier obstáculo que les impidiera salir. Había visto a cuatro guardias fuera, y dentro había otras cuatro, no entendía como habían entrado las mujeres sin que las viera, a menos que es lo que quisiera Boston Natouch, ¿Qué estaba planeando ese maldito?, se cuestionó acercándose hacia el aura humana más cercana que se sentía.
Cuando las dos mujeres y el joven terminaron de bajar las escaleras llegando al primer piso, el pelinegro ya se había hecho cargo de todos los espías que tenía Natouch.
-Vamos, rápido- ordeno el más alto.
Salieron de la mansión, y detrás de las rejas les esperaba un coche. El menor miro sorprendido a su destinado, este solo le guiño un ojo y les abrió la puerta trasera. Ellos subieron, y el coche se alejó de ahí. Nadie cruzo palabra en el transcurso que los llevaba de nuevo a la mansión Thitiwat. Después de veinte minutos llegaron a su destino.
-Ustedes entren, les dijo el pelinegro bajando del carro.
El menor solo vio con curiosidad a su pareja, pero fue dentro con las dos mujeres.
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El matrimonio Supasit seguía con el alma en un hilo, su hija estaba desaparecida hacia dos días, ya habían puesto su desaparición con las autoridades, pero no tenían ninguna respuesta. La señora Supasit no quería levantarse de la cama, mientras su padre junto con los dos jóvenes no había parado de buscarla.
-Boun tiene muchas conexiones, ya no tardaremos en encontrarla- dijo Prem a su exsuegro.
-Eso ya lo has dicho varias veces y no hemos sabido nada- dijo frustrado el mayor.
-Lo sé, pero no es tan fácil, es una ciudad muy grande.
-Si los hospitales y la policía no saben nada, ¿Que te hace tener tanta fe en tu noviecito?- dijo agriamente mirando al joven Natouch.
-Por favor- exclamo empezándose a molestar- ya les pedí disculpas, sé que no fui muy responsable y que me comporté como un tonto.- resoplo.
-No te perdonare hasta que Yiwa este a salvo, con su familia.- exclamo el padre de Yiwa.
Prem solo suspiro pesadamente, sabiendo que no le ganaría.
-Llamare a Boun- anuncio este saliendo del pent house, harto de toda la situación, pero más que nada preocupado por su amiga.
Empezó a marcar el número de su pareja, cuando el apareció frente a él en su estela de humo.
-Por Dios Boun, casi me da un infarto- le reclamo sorprendido.
-La encontré- anuncio el rubio.
-Yiwa- exclamo con una enorme sonrisa.
-Tranquilo, sé que es importante, pero no exageres- dijo algo molesto el mayor haciendo una mueca.
-¿Dónde está?- cuestiono ignorando lo que decía el rubio.
-Esta con mi hermana- contesto.
-¿Con Del?- pregunto frunciendo el ceño Prem.
-Es algo largo de contar- subió la mirada tratando de controlar sus celos- así que vayamos donde están- lo abrazo y se desaparecieron del pasillo del hotel.
Cuando el pelinegro abrió los ojos estaban frente a una puerta que tenía uno números dorados.
-¿Dónde estamos?- pregunto.
-Es el departamento de Del- dijo acercándose para presionar el timbre.
-¿Cómo dio con Yiwa?- siguió el menor aun sin entender muy bien.
Antes de que Boun pudiera responder la puerta se abrió.
-No me dejan ni cinco minutos con mi amor- dijo fastidiada viendo molesta a su hermana.
-Hola también- contesto su hermano sin inmutarse y entrando en el lugar.
-Prem- grito la otra chica dejándose ir contra su amigo.
-Yiwa- exclamo sorprendido y feliz, devolviéndole el abrazo.
-Esta chica dice que soy su Destinata, y que solo puedo estar a su lado, que soy solo suya. No entiendo nada- le informo.
El joven pelinegro volteo a ver a su pareja y a su cuñada.
-Siempre eres tan impulsiva- se quejó el rubio fulminándolos a los tres con la mirada, más a la Yiwa esa, que abraza a su Destinata.
-Sácame de aquí Prem- suplico la chica mirando a su amigo.
-No tienes nada que temer- le contesto este- sé que todo lo que te ha dicho Del suena disparatado, pero no lo es, bueno si, pero te acostumbras - se encogió de hombros, separándose de ella.
-Pero…- comenzó la chica.
-Del, ¿Podrías darle espacio?- pidio él pelinegro- sus padres están preocupados a muerte.
-Pero, después de tantos siglos acabo de descubrir que si tengo mi Destinata- se quejó la otra.- ¿Sabes lo maravilloso que es eso?- cuestiono.
-Lo sé- le sonrió- sé que es algo que pocos tienen la fortuna de encontrar- miro a su rubio sonriendo- pero sus padres necesitan verla y saber que está bien.
-Hermana, ella no se va a ir lejos de ti, solo va con sus padres- secundo Boun- debes entender.
-Está bien- bufo inconforme - pero ella es mía- recalco acercándose a la chica, alejándola de su cuñado, y dándole un apasionado beso- solo no se tarden- ordeno la vampira relamiéndose los labios frente a los tres pares de ojos bien abiertos.
-Esto es secreto- dijo el más alto a su futura cuñada tomándola de la cintura para poder trasladarse en la estela.
Aparecieron en un lugar desconocido para Yiwa.
-¿Dónde estamos?, y ¿Mis padres?- pregunto algo mareada la chica.
-Creí que iríamos con los Supasit- dijo Prem, reconociendo el lugar, estaban en el departamento de Boun.
-Lo haremos, pero primero necesito aclarar ciertas cosas- dijo este alejándose de ellos - ¿Qué tanto te dijo Del?- cuestiono a la chica.
-Lo que ya les dije- respondió sin entender nada.
-Quiero saber todo- exigió el rubio con mirada furiosa.
-Basta, la estas asustando- intercedió el pelinegro.
-Solo quiero que me diga todo lo que Del le dijo- lo miro muy serio.
-¿Qué está pasando?, no entiendo nada, quiero ver a mis padres.- pido la chica con miedo en su mirada.
-Yiwa- dijo su amigo- sé que todo es confuso- la guio a que tomara asiento- pero eso no significa que sea malo.
-¿Tu sabias todo esto?- cuestiono sorprendida sabiendo la respuesta- de vam… vampiros, Destinatas, mundo sobrenatural y no sé qué más.
-Lo sabía- acepto- pero nunca creí que fueras a ser parte de todo esto.
-Pe…
-Confías en mí, ¿cierto?- interrumpió arrodillándose frente a ella.
-Lo hago- concedió.
-Entonces harás lo que te diga- interrumpió el mayor.
Ambos voltearon a verlo, se habían olvidado de su presencia.
-Te llevaremos con tus padres- dijo mortificado y celoso el rubio, alejando a su pareja de esa arpía que sería su cuñada- pero no debes de decir nada de lo que te dijo mi hermana- ordeno.
-¿Por qué debo hacer lo que me dices?
-Porque si no lo haces, no volverás a ver a tus padres- le sonrió abrazando posesivamente a Prem.
-Boun- golpeo el pecho de su pareja.
-No le hagas caso- dijo su amigo- pero si confías en mí, podrás hacerlo, por favor- le pidió con una sonrisa de disculpa.
-Prem, no entiendo nada- se levantó- y la verdad estoy muy asustada y confundida, pero ¿que les diré?, estuve días desaparecida- concluyo.
-Diremos que unos buenos samaritanos te recogieron- se encogió de hombros el rubio.
-¿Y por qué no me comunique con ellos?- le contesto a este ya fastidiada por su mal carácter.
-Estuviste inconsciente- le dijo con simpleza.
-Muy bien, ya tenemos la respuesta- interrumpió Prem sintiendo el ambiente tenso. - Ya todo resuelto podemos ir con los Supasit- los miro con ansiedad.
-Está bien- acepto con los dientes apretados su pareja.
-Gracias- lo beso en la mejilla el pelinegro.
-Sí, sí, lo que sea- no se dejó ablandar.
-Ven Yiwa- le tendió la mano valientemente sabiendo que su rubio estaba a punto de explotar.
-Acabemos con esto- dijo antes de desaparecerlos en la estela.
Aparecieron en el estacionamiento subterráneo del gran hotel.
-¿Boun? –pregunto mirando a su alrededor.
-Ustedes suban- ordeno señalando uno de los elevadores.
-Pero- empezó Prem.
-Necesito tener una larga platica con mi querida hermanita- contesto despareciendo del lugar.

SOLO MÍO (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora