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Esa misma tarde, Blake le enseñó las fotos prometidas a Ashton y él quedó fascinado, dándole muchos elogios a la chica. Ella apenas podía con tanto.

Durante la visita de los Hemmings en su casa, Luke y Blake apenas pudieron compartir palabras de manera cómoda, pues la presencia de las dos mujeres y otros presentes hacían que la situación no fuese muy cómoda.

Ahora mismo todo en la casa de los Collins se encontraban durmiendo, después de todo había sido un día agotador, se habían concentrado en ayudarle a los dos chicos a hacer sus maletas para su partida que estaba muy próxima a suceder.

Esa vez Blake no quiso salir a su tejado, por lo que decidió sentarse en la cómoda de su ventana viendo al exterior. Tenía los audífonos puestos y con la luz de su lámpara de estudio leía del manga que se había comprado hace un par de días.

Aún llevaba los zapatos puestos, por lo que tenía los pies fuera de la ventana. Le había costado encontrar una posición cómoda para continuar leyendo.

Ella tenía el volumen algo fuerte por lo que no podía escuchar nada del exterior. La luz de su escritorio no está en el modo más potente, por lo que al sentir esa fuerte luz blanca llegarle cerca de los ojos y después verla parpadear dos veces en dirección a su mano volteó en dirección a la calle encontrándose con Luke desde la habitación de enfrente.

Él estaba recargado en la ventana y tenía sostenida la lámpara con una mano. En cuanto el notó la atención de la chica le dio una sonrisa.

—¿Ya te han reparado la luz? —preguntó con un tono más fuerte de lo habitual.

—Así es, ¿qué estás leyendo?

—Un manga —respondió enseñándole la cubierta de la misma.

—¿Cuál es el nombre?

Haikyuu!! Es deportivo.

—¿Está bueno?

—Demasiado.

—Está mañana cuando fui a tu casa, me siento algo avergonzado por no haber podido mencionar algo, ya sabes cómo un saludo simple —frunció un poco la nariz.

—Está bien, no tienes porque disculparte, yo tampoco dije nada.

    Blake había cerrado el libro y lo había dejado a un lado para darle más atención al chico. Seguramente los vecinos deberían de estar pensando que son unos pesados por estar gritándose en la noche para poder conversar.

—¿Qué tal te ha tratado Canberra? ¿Haz podido conocer la ciudad?

—Canberra parece agradable. Aún no he tenido la fortuna de conocer más allá del vecindario, me he mantenido ocupado estos dos días y estimó que seguiré así hasta finalizar el verano —bufó—. Las mudanzas son algo molestas.

—Deben serlo. ¿De dónde vienes Luke?

—Sídney.

La abuela de Blake solía vivir en Sídney, su madre había crecido en la ciudad y vivió casi toda su vida ahí. Hasta que se casó y se vino a vivir a Canberra con su padre.

    Ella y su hermano Cole solían ir durante los veranos para visitar a su abuela y disfrutar de los días soleados y la playa de la ciudad. Extrañaba mucho esos días.

    Desde que abuela murió no había ido a Sídney. Esperaba ir para el aniversario luctuoso de su abuela. Su madre estaba algo afectada por la pérdida de su mamá, pero sin duda Blake también lo estaba.

    Ahora esa era la única ocasión en que toda la familia de su madre se reunía. Ella no era muy unida a sus hermanos. Cuándo sus hermanos se casaron todos perdieron conexión entre ellos.

    Blake y Cole conocían a sus primos, pero no se tenían un gran apreció cómo muchos pensarían. Las veces que se han visto han sido escasas y siempre que lo hacían era después de mucho tiempo.

    La última vez que los vieron fue en el funeral de su abuela.

—Sídney es hermoso —dijo ella sonriendo. Luke ni siquiera pudo percibirlo debido a la distancia.

—Lo es.

—¿Por qué se han mudado?

—A mi padre le ofrecieron un mejor empleo aquí.

—¿Estudias?

—Sí, estoy por mi último año de preparatoria. Entraré a un instituto cerca de aquí.

—¿Hablas de ese instituto con fachada verde?

—Ese mismo.

—Entonces sospecho que nos veremos más seguido después de las vacaciones. Estudio ahí.

—Eso es reconfortante...por lo menos al llegar conoceré a una persona y no será tan extraño ser el chico nuevo.

    Blake nunca ha sido la chica nueva. Pero sabía que es el nuevo en un instituto donde las personas se conocen desde hace años es bastante difícil y en muchas ocasiones horrible.

    Lo sabía por Ashton. Él había vivido toda su vida en Melbourne, hasta que su mamá decidió mudarse a Canberra e iniciar de nuevo.

    Hace unos años Ashton le contó lo difícil que fue para él la secundaria antes de conocer a Cole. Según sus propias palabras, no fue nada agradable y fue un alivio haber conocido a Cole poco después de llegar a la ciudad.

—Tengo que irme Luke —le dijo mientras apagaba su lámpara da de lectura.

—De acuerdo, buenas noches Blake.

—Buenas noches Luke.

    Blake cerró la ventana de su habitación para después levantarse de su cómoda y dejar el manga en su estantería, se había preparado para dormir desde hace un buen rato, pero no pudo conciliar el sueño.

    Fue esa la razón por la que se sentó en la ventana a leer un poco. Le alegro haber conversado un poco con Luke.

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