Aguantar

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-¡Te dije que le dieras una lección,no que lo dejaras inconsciente!- Hinata pudo oír las voces de dos hombres distorsionadas.

-¡Haberlo hecho tú!

-Yo estaba lleno de vomito,idiota.

-Pero podemos torturarlo igual.

-¡No!,la gracia de torturarlo es ver su sufrimiento,no torturarlo sin más- frunció el ceño ante esas palabras.

-Pues para la próxima lo haces tu- oyó como uno de ellos salia de la habitación con un portazo,chasqueó la lengua, ruidos tan fuertes como esos le perforaban la cabeza.

-Mira que es tonto- negó- Haber que hago contigo ahora- bufó- habrá que esperar,dormido no servirás de nada- se encogió de hombros y también salió de la habitación.

Hinata intentó abrir los ojos,le dolían,habían sido uno de los sitios las golpeados junto a su barriga.

Tenía que respirar por la boca, pues la nariz la tenía taponada de la sangre que escurría  por ambos orificios nasales.

Hinata empezó a llorar,le dolía el cuerpo,la herida del brazo no paraba de sangrar y tenía hambre,no había comido nada desde ayer.

Lo peor de todo es que el sabía que esto no era más que el principio de muchas torturas que le tenían preparadas,de lágrimas que iban a manchar sus mejillas y de sangre que se iba a derramar.

Se intentó mover para estar más cómodo,sabía que estaría allí un largo tiempo, tenía que aguantar, tenía que aguantar por su hermana,por su tía,y por su difunta madre, tenía que aguantar por Kageyama,así podría dejar de llamarle flacucho.

Si salía de esta se lo iba a reprocha el resto de su vida,y no le iba a quedar otra que aceptarlo.

La única forma de mantenerse a salvo era estar dormido,o en este caso,fingirlo,en algún momento se cansarían y seguramente lo despertarian a golpes,pero hasta entonces,era una ventaja a su favor.

Si pudiera llegar a la navaja podría cortar las cuerdas,aún estando a una distancia considerable de la mesa creía poder llegar,o eso esperaba,era su única opción.

-Con que no estabas inconsciente- Hinata torció la mirada.

Con algo de borrosidad pudo ver cómo uno de los dos hombres estaba cruzado de brazos en la puerta.

-¿Que?,¿Intentado escapar?- río.

Caminó con lentitud hacía Hinata,con despreocupación cogió la navaja.

-Dime,¿El cuchillo fue una buena experiencia?,a muchos no les gusta,pero a mi me gusta ver sus caras cuando lo clavo en ellos.

-Estas enfermo- Hinata no sabía si insultarle en ese momento había sido buena idea,pero las palabras le habían salido solas.

-¿Perdona?,me parece que tendremos que... re-educarte,¿Que te parece?

Shoyo tembló al ver como se ponía delante suyo y jugaba con la navaja,de verdad que ese señor no estaba bien de la cabeza.

-¿Donde podemos hacer el próximo corte?- exploró el cuerpo de Hinata,parándose en su pecho- Ya se.

Con la navaja hizo añicos la parte derecha de la camiseta de Hinata, dispuesto a cortar allí se acomodó mejor,y sin dejar de tener una sonrisa la apoyó en la parte desnuda.

-No te muevas,si lo haces será peor- advirtió, Hinata solo pudo asentir y rezar internamente para que fuera rápido.

Spoiler: no lo fue.

El hombre incrustó la navaja en el pecho de Hinata,manteniéndola ahí unos segundos para que si sintiera el máximo dolor posible,después, pasó la hoja del cuchillo dibujando una línea,cada vez que movía el arma hacía más profunda la herida,causando que Hinata no pudiera respirar.

Bailando con el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora