Capítulo 3 (+𝟭𝟴)

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El sueño se le espantó de repente. Observó la silueta de Vegas moverse en la oscuridad por la habitación, levantando todas las prendas sucias y mojadas que habían quedado desperdigadas por el suelo; las llevó al baño y al cabo de algunos minutos regresó. Entrecerró los ojos, aunque estaba oscuro, así que dudaba que Vegas fuese a darse cuenta de que estaba despierto. ¿En verdad dormiría allí? Había más habitaciones en esa enorme casa, de eso estaba seguro, lo que no sabía era si estaban amobladas. Quizá no lo estaban y por eso Vegas se quedaría con él, o tal vez no confiaba en dejar a un desconocido dormir en su cuarto. Eso le parecía más probable.

── ¿Por qué sigues despierto?

Su pregunta le congeló. "¡¿Cómo se dio cuenta?!"
Lentamente se movió, volteándose para verlo. No esperaba que estuviera tan cerca, la cama era amplia, pero Vegas estaba a poca distancia de él. Pete se echó un poco hacia atrás, o al menos su rostro.

── No lo sé. Solo logro dormir por ratos. ──Contestó con honestidad. Otra vez sintió la mano de Vegas sobre su frente, sabía que aún tenía calentura, pero esta era mucho más leve ahora──. Khun Vegas... En verdad estoy muy agradecido por su ayuda y tamb-

── Duerme, Pete. Estoy muy cansado──. Le interrumpió.

── Sí, señor. Que descanse.

Ninguno de los dos se durmió. Eran las 2 am, pero Pete seguía dando vueltas en la cama, incómodo por su malestar a causa del resfriado, y Vegas siempre tuvo problemas de sueño, sufrió de insomnio por muchos años y ahora debía tomar pastillas para dormir, solo que no lo hacía. Sin embargo, él sí sabía mantenerse quieto y ya empezaba a fastidiarle el constante movimiento de su compañero. Cuando parecía que al fin se había quedado dormido, volvía a cambiar su posición, entonces, y ya harto, Vegas pasó un brazo y una de sus piernas por encima de él para hacerle recostar boca arriba en la cama, dejando tanto su brazo como su pierna encima del cuerpo de Pete para impedir que se moviera más.

── ¿Podrías dejar de moverte por un par de minutos? ── Espetó. Lo había tomado por sorpresa a Pete, quien no pudo moverse tanto por la presión de las extremidades ajenas como por el aturdimiento. "Demasiado cerca, demasiado cerca". Podía sentir la respiración del hijo mayor contra su mejilla y de soslayo alcanzó a verlo en la oscuridad; tenía los ojos cerrados, pero sabía que estaba despierto por la fuerza con la que lo apretaba a la cama para que ya no se moviera.

── Lo... Lamento, Khun Vegas. ──Respondió, muy apenado. Simplemente no podía evitarlo, su cuerpo se sentía mal. Dormir con otro hombre tampoco le facilitaba las cosas, estaba nervioso desde que lo vio desnudo y la situación solo fue escalando y empeorando a medida que la noche avanzaba. Ahora estaba en la misma cama con su jefe, durmiendo como si fuesen los más íntimos.

── Si te duele algo, tómate tu medicina, ahí la tienes al lado. ──Le dijo sin abrir los ojos o moverse.

── Pero, Khun Vegas... Usted tampoco puede dormir, ¿verdad? ¿Es porque está incómodo conmigo aquí? Puedo dormir en otro lado, no me molesta.

Vegas suspiró, volvió su cabeza boca arriba, pero no soltó a Pete, su brazo y pierna se habían convertido en una camisa de fuerza para Pete. ── No hay más habitaciones disponibles. Simplemente no tengo sueño.

Pete guardó silencio, quería decir algo, pero no se le ocurría nada bueno que decir en esos momentos. Intranquilo, movía sus dedos, jugueteando con ellos, mordía su labio y miraba a cada esquina de la oscura habitación. "¿Qué estará pensando el señor Vegas?" "¿Ya se habrá dormido?" Intentó alejarse un poco, pero Vegas instintivamente le apretó, así comprobó que seguía despierto. Le parecía extraño que un hombre tan ensimismado en su propio mundo, tan serio y distante de pronto no le importara compartir su espacio personal con un desconocido.

𝐢𝐢. 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora