Especial III (Final)

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Los dos corrieron a vestirse mientras escuchaban los gritos de auxilio y salieron descalzos, con la ropa mal puesta y el terror reflejado en la cara. Vegas había agarrado su pistola y ahora apuntaba hacia la oscuridad. La fogata se había apagado, pero todavía estaban las linternas colgantes y la luz de la luna iluminando el claro. Tankhun daba gritos en el suelo, frente a la carpa del doctor Top, quien lo sostenía en sus brazos mientras Kim le examinaba la pierna.

── ¡¿Qué pasó?! ──gritó Kinn que llegaba junto a Porsche quien apenas se estaba poniendo una camisa. Los guardaespaldas los rodeaban, algunos ya había ido a buscar ayuda en la cabaña de los guardabosques y el resto observaba.

── Lo mordió una araña. No creo que sea venenosa, pero necesitamos ir a un hospital rápido. ──Dijo Top. Hablaba con la calma propia de los médicos aunque su rostro reflejaba su preocupación.

── Khun, ¿qué hacías afuera? ¿Viste como era la araña?

── ¡Ai'Kinn! ¿Eres tonto? ¿Cómo iba a ver si está oscuro? ──Contestó el pobre Khun que no dejaba de llorar. Pete se acercó a él con cuidado, dejando sobre sus hombros la sabana con la que se había cubierto al salir de la carpa.

── Tranquilo, Khun. Aquí no hay arañas venenosas, pero te llevaremos rápido a un hospital. ── Le dijo para tranquilizarlo, aunque no sabía si eso era cierto. El hijo mayor de los Theerapanyakul le tomó la mano, tirando de él con fuerza para acercarlo y llorar en su hombro. Khun era como un niño a veces, pero Pete parecía tenerle una paciencia increíble que sorprendía a todos.

── ¡Pete! ¡Me voy a morir, Pete! ──gritaba él, exagerando. Nadie le regañó por su actitud, sus hermanos sentían dolor por él, no querían verlo sufrir. Incluso Vegas se veía conmovido.

Los guardabosques llegaron con una camilla de inmovilización, el doctor Top y uno de los guardabosques lo subieron en ella con cuidado y entre ellos lo llevaron hacia la cabaña. Kim, el doctor Top y un par de guardaespaldas fueron con él mientras los demás se apresuraron en vestirse y recoger sus cosas para ir con Khun. Pete se aseguró de que Macao fuese a su lado y ambos siguieron a Vegas, flanqueados por sus dos guardaespaldas. Cuando llegaron a la cabaña, Khun seguía dando gritos, negándose a soltar al doctor Top, de quien se abrazaba con terquedad.

── Khun, tiene que dejar que el doctor vea tu herida, si no lo sueltas no podrá hacerlo. ──Le decía Kim, exasperado con su hermano mayor.

── Entonces... ¡Pete! ¡Tú, ven! Abrázame mientras me revisan. ── Pidió al darse cuenta que él ya estaba ahí. Vegas se negó, agarrando a Pete enseguida.

── Vegas, suelta... El pobre está asustado. Entre más tardemos aquí, será peor. ──Le dijo en voz baja, zafándose de su mano para ir a darle apoyo moral al mayor.

Top lo revisó, la herida era de lo más diminuta, pero podía ver que sí estaba roja. Tenía una pequeña roncha, pero ni a él ni a los guardabosques les parecía una mordida de araña. Sin embargo, Khun insistía en que había sido una enorme tarántula, por lo que era mejor ir a un hospital para estar seguros.

No tardaron ni quince minutos en regresar a la carretera. Estaban cansados, preocupados y todavía algo mareados por el alcohol, pero solo podían pensar en Khun. Él insistía en que una araña lo había mordido y que no se sentía bien, y no era posibilidad remota que algo así sucediera en el bosque.

── ¿Por qué crees que estaba Khun afuera a esa hora? ── Preguntó Pete. Vegas descansaba sobre sus piernas, usando el regazo de Pete como almohada.

── ¿Tú qué crees? Todos estaban cogiendo, él también quería su tanda. ──Se sonrió, burlón──.  Por algo estaba frente a la tienda del doctor Top. Él ha estado enamorado de Top desde hace tiempo.

── Hm... Sí, me di cuenta de eso. Y ¿al doctor le gusta Khun? ──Pete jugaba con el cabello de Vegas, despejando su frente.

── ¿Ese loco? Si le gusta es que él está aún más loco que Khun. ──Contestó.

── Pues a mí me gustas tú y muy cuerdo no estás.

── Eso solo quiere decir que tú estás menos cuerdo que tu marido. ── Sonrió tras decirlo y se giró, escondiendo el rostro en la panza de Pete para seguir durmiendo. O más bien para evitar escuchar el reclamo de Pete por haberle dicho loco.

Porsche llamó a Pete para preguntar cómo estaban. Él, Kim y Kinn de habían ido junto a Khun y el doctor en una de las camionetas, iban de camino al hospital más cercano, y Pete y Vegas se habían quedado a cargo de los menores, acompañados de sus guardias. Ellos irían a casa, pero dejarían a Porschay en la mansión de la primera familia.

Cuando al fin llegaron a casa, Porsche volvió a llamar.

A Khun le había mordido una hormiga. Una hormiga de monte. Así que no había riesgo alguno, pero le habían desinfectado la diminuta roncha que la mordida causó y lo enviaron a casa. Aunque los médicos dijeron que hicieron bien en ir al hospital porque no sabían con seguridad lo que había mordido a Khun, tanto Kinn y Kim, como Porsche, querían asesinarlo.

── Bueno, al menos no tuvimos que pasar un día más en ese bosque. ──Dijo Vegas.

Acababan de llegar a la mansión, los empleados de la casa se encargaron de bajar todos los equipajes del auto y de devolver el microbus a la casa de la primera familia en donde ya habían dejado a Porschay. Macao se había ido a su habitación y ellos se preparaban para seguir durmiendo, aunque ya iban siendo las cuatro de la mañana.

── La verdad... Estoy de acuerdo. El viaje fue muy largo y sería incómodo dormir así otra noche. ──Pete se acostó junto a Vegas, debajo de las mantas. Nada se comparaba a la comodidad de esa cama.

── Pero si tuviera que repetir el viaje, lo haría mil veces. Que bueno que me obligaste a ir, cogerte en esa tienda de camping fue increíble. ── Confesó, susurrando y buscándole para besar su cuello.── Y comerte en el camino...

── ¡Vegas! Deja. ¿Acaso no tienes sueño? ── Reclamó Pete, riéndose por las cosquillas que su beso le provocaba.── Pero sí, fue increíble. Nunca había hecho algo así. Eres una mala influencia.

── ¿No te gustaría volver a hacerlo? ── Preguntó. Pero escucharon golpes en la puerta, y luego Macao entró hasta las puertas de espejo.

── ¡Hia! ── Llamó desde el otro lado.

── Entra, Macao ──le pidió Pete──, ¿Estás bien? 

El menor había llegado cargando su almohada y una expresión avergonzada. Vegas supo lo que quería de inmediato, así que le hizo espacio en la cama. Entonces Pete entendió.

── Perdón, phi. ¿Podría... Dormir aquí está noche? ──pidió. Seguramente todavía estaba asustado por la historia de Vegas. Pete llamó con la mano para que se subiera a la cama y se acostara justo en medio de los dos.

── No te preocupes, Macao. Puedes quedarte aquí.

── ¡Pero solo por hoy! ── Aclaró Vegas, quien tenía la culpa para empezar.

── ¿Para qué le cuentas historias de terror que ni siquiera son reales, entonces?

── ¡¿Era mentira?! ¡Hia Vegas!

── Shh, cállate o la bruja te escuchará y vendrá por ti de nuevo.

Pete escuchó el jadeó asustado de Macao, le dio un manotazo a Vegas estirando la mano por encima del menor y a él lo abrazó para calmarlo. Vegas también hizo lo mismo, pero él  los abrazó a los dos, dejó un beso en la cabeza de su hermano y otro en la frente de Pete.

── No tengas miedo, tonto. Tu hermano no dejará que algo te pase. Ni a Pete. Los fantasmas no existen, no tienes que tener miedo a los muertos, los vivos son los que hacen daño.

Macao asintió, pero ya no sentía miedo, solo sentía como si su rompecabezas estuviese al fin completo; ahora sí se sentía como una familia.

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𝐢𝐢. 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora