Capítulo 7 (+18)

4K 417 73
                                    

── Yo nunca... ──nunca había estado con un hombre, y sus relaciones con mujeres eran tan pocas que le daba pena admitirlo.

── Confía en mí, Pete. Te gustará. ── Todavía encima suyo, se las arregló para ir soltando uno a uno los botones de su camisa. La noche anterior apenas pudo logró jugar con su torso, pero esta vez quería tenerlo completamente desnudo. Liberó una de sus muñecas para poder quitarle la camisa, dejándole atado aún de una mano. Pete no paraba de temblar, ya fuese por nervios o por el recorrido de las manos de Vegas que viajaban por su pecho y jugueteaban con sus pezones.

A Pete le parecía extraño, nadie nunca lo había tocado de esa forma, pero le gustaba la sensación que provocaba. Vio como Vegas se inclinaba sobre él, llevando sus labios a envolver uno de sus pezones, sintió su lengua jugar con aquel pequeño botón y liberó un jadeo, sorprendido por el cosquilleo que le había provocado. Instintivamente su mano libre agarró la cabeza de Vegas, manteniéndolo pegado a su pecho hasta que sintió sus dientes morderlo y chilló.

No pudo evitarlo, le dio un manotazo al contrario y este se separó, riendo y mirándole casi indignado mientras frotaba su cabeza. ── Oye, soporta un poco, ¿quieres? ──Pete lo ignoró, seguía mirándolo con disgusto, pero no hizo nada para evitar que Vegas volviera a besar su pecho. Sus succiones eran fuertes, fue regando chupones por su pecho y cuando lo notó dirigirse hacia su cuello le dio una advertencia.

── ¡No! No en el cuello, señor. Por favor.

── Hm, Pete, ¿lo haces a propósito o en verdad no sabes cómo me pone que me digas así? ──Dijo él e ignoró su petición, besó su cuello como si se tratara de su boca, dejando lamidas en los mismos lugares que había marcado la noche anterior. Bajó sus caricias hacia el abdomen de Pete, podía sentir su erección contra sus muslos, sabía que él también lo deseaba, solo necesitaba que fuese más valiente.

Sus respiraciones empezaban a agitarse, cada movimiento era tortuosamente lento. Las manos de Vegas deslizaron hacia abajo el pantalón de Pete y antes de hacerlo mismo con sus boxers, le miró. Pete seguía cada movimiento con esos grandes ojos suyos que aceptaban los retos de Vegas; eso le gustaba, que Pete lo mirara fijamente, como hizo aquella madrugada, sin evitarlo, que sostuviera su mirada mientras él lo tocaba. Las únicas veces en que sus miradas se separaban, era para ver los labios ajenos. Él también sentía ganas de besarlo, lo que le sorprendía aún más pues no había besado a nadie desde aquella vez que le robó un beso a Porsche, aunque aquel sentimiento no había sido sincero y ahora, teniendo a Pete entre sus brazos, tan cerca y tan excitado le hacía querer besarlo.

La mano libre de Pete bajó hasta posarse sobre uno de los muslos de Vegas, como una invitación o un permiso para que continuara, aunque Vegas no se lo estaba pidiendo. Fue, entonces, despojado de cualquier vestimenta, Vegas seguía cubierto por la toalla por lo que Pete la agarró del borde borde y deshizo el nudo que la mantenía enrollada a la cintura ajena. El miembro de Vegas estaba casi erguido, inevitablemente sus ojos viajaron allí, de todas formas él también estaba expuesto. Le generaba una sensación confusa a Pete encontrarse en esa situación, completamente desnudo con otro hombre encima que lo miraba como si fuese una botella de agua fresca en medio del desierto.

Cuándo vio que Vegas alcanzaba uno de los juguetes al lado de la cama, se espantó y sus manos rápidamente apartaron el objeto con "forma de micrófono" que Vegas acercaba a él.

── ¡Woah! ¡Espere! Eso... No, aparte eso. ¡Que asco! ¿Acaso no usó todas esas cosas con el chico que estaba aquí? ──Le cuestionó, sin bajar las manos, protegiéndose del juguete. Vegas se echó a reír ante sus preguntas.

── Relájate. No hice absolutamente nada con "el chico que estaba aquí", él tiró todo en medio de una rabieta. Además, estos... Son nuevos. ──Dijo, encendiendo el aparato que empezó a vibrar frente a los ojos escandalizados del ingenuo Pete.

𝐢𝐢. 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora