Capítulo 9

2.9K 412 56
                                    

Esa no era su versión amable, Pete ya la había conocido las noches anteriores, esto que veían sus ojos, era algo que Vegas simplemente no le había mostrado aún. ¿Acaso era un psicópata? Estaba seguro de que moriría, y sería en manos del primer y único hombre que había logrado agitar su corazón. No tenía idea de cómo interpretar eso, pero mientras veía los ojos furiosos de Vegas, con su vista borrosa por el poco oxígeno que le quedaba, se esforzó por hablar.

── Mi... mochila... ──Dijo, su voz que ya estaba ronca, apenas fue audible ya que Vegas se ensañó con su cuello, reacio a aflojar el agarre.── Mi... B-b..lso.... ──Repitió, casi perdiendo lucidez. A Vegas le costó entenderlo, pero tan pronto como lo hizo, algo en su cerebro hizo click.

── Mierda... ──Susurró, ya se había dado cuenta del error. No recordaba que Pete había olvidado su mochila y que él mismo se la guardó para entregársela por la mañana. No supo cómo reaccionar. La imagen de enojo que su rostro proyectaba, cambió drasticamente, dejándole ver, por primera vez, nervioso. Sus manos soltaron el agarre que asfixiaba a Pete, presenció con pánico como un par de lágrimas se habían derramado por el rostro ajeno y lentamente se fue separando de él.

── Pete... Lo... Yo no... ──tragó saliva, tenía el pulso acelerado y su cuerpo perdió temperatura, sus manos se recubrieron de un sudor frío al comprender lo que había hecho.

Pete seguía atónito, con su tez recuperando de a poco el color y sus pulmones el oxígeno, derramando lágrimas en silencio, incapaz de producir ruido alguno, tanto por el shock como por el dolor en su garganta, que ya estaba inflamada, y ahora dolía el doble. Le dolía hasta respirar. Cuando vio a Vegas aproximarse, con sus manos extendidas hacia él, corrió tan lejos de él como pudo, temiendo que volviera a atacarlo. Se refugió en una esquina de la habitación, protegiéndose con sus manos, él sabía pelear, aunque le doliera cada extremo de su cuerpo, se defendería sin dudarlo.

── No... No te asustes, Pete. Lo siento. ──Quería acercarse, pero prefirió no hacerlo o solo lo asustaría más──. Pensé que tú... Eras... ¡Me olvidé de tu bolso! ¿De acuerdo? ¡Lo siento! No debí pensar mal de ti, perdóname, Pete ¿sí? ¿Lo harás? ──Era extraño observar un gesto tan desesperado en alguien que siempre mantuvo la calma frente a él. Verlo tan nervioso, mostrando otra nueva faceta de él, le hizo entender a Pete que debía irse. No conocía a Vegas en lo más mínimo, y las cosas que terminaba viendo le asustaban.

── T-traeré tu bolso, ¿está bien? ¡Mira! ──Era como si lo hubiesen cambiado, Vegas tenía la capacidad de mutar sus personalidades en una fracción de segundo y era difícil seguirle el ritmo, descifrar lo que vendría después. Fue en busca del bolso hacia el estudio, Pete aprovechó para salir de la habitación y lo vio sacar el maletín de uno de los cajones en su escritorio, a él no se le había ocurrido buscar allí──. ¿Lo ves? Lo había guardado, pero olvidé llevártelo en la mañana... Pete... Perdóname, ¿sí? ──insistió. Su sonrisa era triste y sus ojos reflejaban el miedo que sentía al abandono. Pete se alejaba de él, no sólo físicamente, podía ver como él ya se encontraba en un extremo completamente inalcanzable, lejos de su vida. Había perdido la oportunidad de conocerlo, de envolverse con la calidez que su presencia desprendía y de saciar el deseo más fuerte que había sentido nunca.

──  Q... Q'ro irme... ──como sospechó, su voz era apenas audible, pronunciar esas dos palabras le hizo doler aún más la garganta, pero ya no quería escuchar más, ni ver el rostro afligido de Vegas que tantas cosas lograba hacerle sentir. Se abalanzó hacia adelante y arrancó el bolso de las manos ajenas, abrazándolo con fuerza a su pecho y echando a correr hacia la puerta.

Se detuvo en seco al escuchar un par de golpes en ella, y la voz de Nop desde afuera.

── Khun Vegas, el Dr. Top está aquí con los resultados del tutor. ──anunció. Pete quería mandar todo al carajo, no le importaban los resultados, solo quería irse. Iba a abrir la puerta, pasaría por encima de quien tuviese que pasar para irse, pero Vegas le detuvo, envolviendo su cuerpo por detrás, con sus brazos aprisionándolo y una mano cubriendo su boca. Pete gritó, pero fue contraproducente; no emitió ningún ruido y solo lastimó su garganta. Intentó quitarse de encima a Vegas, pero cada movimiento era como sentir un garrotazo.

𝐢𝐢. 𝐁𝐚𝐛𝐲𝐬𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora