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CAPÍTULO DIEZ.

Adara ya estaba saliendo su segunda clase, era la hora de receso, por lo que ahora se dirigía a la cafetería. Su mirada se encontró con Alice, quién la esperaba cerca de su casillero.

Rodó los ojos con molestia al ver cómo todos la miraban, ¿nunca habían visto una chica o que? Se estaba controlando para no mandarlos a la mierda a todos. Lo que más odiaba es la gente se le quede mirando fijamente. La hacía sentir incómoda y molesta.

— Vamos, ya tengo tu almuerzo. No comiste nada antes de salir. — Alice dijo tomándola del brazo con más confianza.

Todos en la cafetería dejaron de hacer lo que estaban haciendo para prestarle total atención a las chicas. Nadie sabía quién era la pelirroja, aquello solo lo intrigaba más. Ella tan hermosa como los Cullen, lo que más llamaba la atención era su larga melena roja.

Ella los miro a una mesa que la miraba fijamente. Entrecerró sus ojos haciendo que desvíen las miradas.

Alice soltó una leve risa cuando vió como los adolescentes evitaban mirarla. La morena se había dado cuenta que el único que podía sostenerle la mirada era Carlisle. Quizás tenga que ver con que eran compañeros.

Llegaron a la mesa donde estaban los demás Cullen, jasper apartó dos sillas para las dos chicas como todo un caballero. Adara le agradeció con un movimiento de cabeza.

— Hola rojita, ¿cómo fue tu primera clase. — Emmett preguntó, mirándola con una pequeña sonrisa.

El pelinegro le había puesto aquel apodó, al principio pensó que ella se molestaría o lo corregiría, pero no fue así.

Adara lo miró soltando un suspiro profundo.

— Ni bien, ni mal, aunque para mí la escuela nunca será buena. — contesto, comenzando a comer con una mueca en su rostro.

— Ya somos dos. — respondió el grandullón con una gran sonrisa. Adara luego se dispuso a comer.

Los Cullen se miraron entre ellos,  habían notado que la chica comía poco. Alice frunció el ceño pensado que no le gustó lo ella había elegido.

— ¿No te gusto?, puedo elegir otra cosa para ti. — Alice dijo mientras la miraba, los demás fingían que comían para no levantar sospecha.

— No, bueno, no me gusta mucho la hamburguesa. — ella respondió con una mueca.

Era una hamburguesa de carne de cerdo, la muecq aún seguía en su rostro. De repente la dejo la bandeja de lado y con rapidez se levantó de la mesa para correr al baño.

Todos miraban como la pelirroja iba con pasos apresurados hacia el baño, aquello solo hizo que comenzarán a murmurar mucho más.

La pelirroja se perdió de la visita de todos, Alice se levantó de la mesa para ir con Adara, dejando a los demás preocupados.

— Creo que ella tiene serios problemas con la comida. — Rosalie fue la primera en hablar, haciendo que los demás la miren.

Edward miraba en dirección a la mesa de dónde había una chica castaña, quién no apartaba su mirada de ellos. Rosalie rodó los ojos con molestia.

— El otro día que iba pasando por el pasillo cerca de su habitación la escuché revólver el estómago, creo.  Pero no quise entrar, esa chica tiene un carácter de mierda. Estoy segura que me iba a sacar de la habitación a patadas. — Emmett junto con los demás sonrieron con diversión. —¿Qué? — cuestionó con una ceja alzada.

— Es que tú no puedes hablar de carácter Rose. —  Jasper dijo sacándole una sonrisa a Emmett. La rubia sólo rodó los ojos.

— Edward, ¿no sabes nada? — Rose preguntó mirando al cobrizo.

— No lo se, sabes que no puedo leer su mente. — él cobrizo contesto quitando su mirada de la Swan.

Adara estaba en el baño, con su cuerpo apoyado en el retrete vaciando su estómago. Alice tomó su cabello dándole unas suaves palmaditas en la espalda.

Cuando terminó de vomitar tomo un trago de agua para enjuagar su boca, tenía una mueca de asco en su rostro.

— ¿Estás mejor? — Alice le cuestionó preocupada, Adara solo asintió y se recostó en la pared del baño, se sentía mareada, le dolía la cabeza y el estómago.

Alice acarició su cabello con una sonrisa, luego de unos minutos las dos salieron del baño aunque no se sentía del todo bien.

Isabella Swan que estaba en una mesa con sus amigos miró a la pelirroja de arriba abajo.

No pudo evitar compararse con ella, ella sabía que si esa chica era novia del cobrizo este jamás le pondría un ojo encima. Adara al sentir la mirada de la chica la miró con el ceño fruncido, haciendo que está desvíe la mirada con nerviosismo. Rosalie en su mesa río cuando vio aquello.

— ¿Estás bien? — Rosalie le pregunto,  de verdad se veía agotada la joven.

Adara la miró con una ceja alzada, era la primera vez que se dirigía a ella sin sonar molesta, pero de todos modos contesto.

— Sí, no me hizo bien al parecer. — respondió.

Los hermanos Cullen sabían que había otra razón, pero no dijeron nada.

— Toma mi jugo, te hará sentir mejor. — Emmett le tendió su jugo de naranja.

Adara le regaló una sonrisa de labios cerrado aceptando el jugo.

[°°°]

Las clases habían terminado, Adara estaba saliendo del aula, cuando en su camino se atravesó una chica castaña impidiéndole que siguiera caminando.

Adara la miró de arriba abajo con el ceño fruncido, era la misma chica que no le quitaba la mirada de encima.

— Hola..., te quería preguntar... Si eres algo de Edward. — Adara la miró directo a los ojos, haciendo que la castaña baje la mirada.

— ¿Quién diablos es Edward? Mira chica como sea que te llames, he notado que me miras demasiado. ¿Tus padres no te enseñaron que es de mala educación mirar fijamente a las personas?  Ahora quítate de mi caminó. — escupió con brusquedad apartandola suavemente de su camino

No estaba de humor para lidiar con alguien, lo único que quería hacer es llegar a la casa Cullen y dormir.

Bella se quedó de piedra en su lugar, cuando la chica la tocó sintió una sensación extraña recorrer su cuerpo.

Adara vio como Alice la esperaba en la puerta de su auto con una gran sonrisa en su rostro angelical.

— ¿Vamos? — inquirió cuando llegó a su lado, Alice sabía que ella estaba de mal humor y que empeoró con la interrupción de la chica.

La vampira asintió y se subió al deportivo. Adara sentía que no tenía fuerza para ir de regreso, así que le pido a Alice que manejará ella.

La pixie asintió con sonrisa emocionada tomando la llaves que la pelirroja le ofrecía.

La duendecillo comenzó el viaje de regreso a casa, mientras veía como la joven cerraba sus ojos.

Aveces le preocupaba el no poder ver nada relacionado con ella. Siempre que lo hacía sólo veía completamente rojo. No había vuelto a tener otra visión desde que se enteró que la joven vendría a Forks.

Aquello la tenía nerviosa y ansiosa, solo esperaba que ella y Carlisle puedan estar juntos.

Aquello la tenía nerviosa y ansiosa, solo esperaba que ella y Carlisle puedan estar juntos

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❥︎𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒; Carlisle Cullen. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora