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CAPÍTULO VEINTICINCO.

La pelirroja se quejó cuando sintió un beso un su nariz, luego en su mejilla hasta bajar a su cuello.

Carlisle sonrió al ver cómo está daba manotazo para alejarlo, la pelirroja al escuchar aquella risa masculina abrió los ojos rápidamente. Confundida miro a su alrededor hasta encontrarse con la mirada del rubio, quién la miraba con total adoración.

Entonces se acordó de lo paso la noche anterior, sus mejillas se pusieron rojas rápidamente.

Nunca se había avergonzado cuando tenía relaciones con alguien, pero aquello no fue solo sexo. Era el hombre por el que estaba comenzando a enamorarse, quizás ya lo estaba y ella no lo aceptaba.

Sin poder evitarlo se tapo la cara con la sábana hasta la cabeza. Carlisle sonrió con ternura, le quitó la sábana dejándola descubierta.

Ella estaba vestida solo con un camisón de él. El cual él se encargo de ponerle cuando ella dormía profundamente.

Se acercó para besarla en los labios, pero ella aparto la cara rápidamente. El rubio la miró con el ceño fruncido e intento besarla nuevamente. Pero la pelirroja apretó los labios en un línea fina.

— Tengo que cepillarme. — nurmuró, como si fuera obvio.

El rubio ignoró aquello y la beso sin que ella lo rechazará nuevamente.

Se apartó después de unos segundos, la miró de arriba abajo e hizo una mueca cuando vio algunas marcas en el cuerpo de la pelirroja, no eran muy notarias. Pero él podía notarla perfectamente.

Ella se dió cuenta del cambio en el rostro del rubio, él miraba su cuerpo con culpa en su rostro.

Entonces miró donde tenía algunas marcas rojizas. Sonrió con ternura y se puso de rodillas subiré la cama y acarició sus frías mejillas, con cariño.

Se sentó ahorcadas sobre él mientras acariciaba los cabellos de la nuca del vampiro, mientras que él abrazaba sus caderas.

— No te preocupes, no me has hecho daño. — lo tranquilizó, juntando su frente con la de él.

Carlisle escondió su cara en el cuello de la pelirroja y dejo un beso en aquella zona haciéndola estremecerse.

Estaban tan concentrados dándose mimos que no se dieron cuánta que la puerta de la habitación se abrió bruscamente.

La pelirroja se apartó rápidamente del rubio y miró la puerta para encontrarse con la mirada furiosa de su padre. Pero este no la miraba a ella, sino a Carlisle, lo miraba como si quisiera matarlo, Alice desde la puerta les pedía disculpa con la mirada.

— ¿Que demonios significa esto Carlisle? — inquirió apunto de saltar sobre él, como un león enjaulado.

Carlisle lo miró, Adara seguía acariciando su nuca, con ternura. Importandole poco la mirada de los demás sobre ellos.

— Tengo que hablar contigo. — susurró, con fingida calma.

Miró a la pelirroja que estaba como si nada, aunque Adara no lo dijera estaba divertida con la situación.  Carlisle entrecerró los ojos en su dirección al ver qué está casi sonriendo. El rubio la colocó en la cama con delicadeza y se alejo de ella.

— Claro que tenemos que hablar. — dijo con notable enojo en su voz — ¿Sabes que lo está haciendo es ilegal? Eres un viejo delante de ella. — el enojo era palpable en cada palabra.

—Es un Daddy. — susurró, pero todos la escucharon. Jhon le lanzó una mala mirada y ella alzó la manos en son de paz, con una sonrisa de diversión.

❥︎𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒; Carlisle Cullen. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora