018

11.7K 1.1K 79
                                    


CAPÍTULO DIECIOCHO.

Había pasado una semana desde que la pelirroja se enteró de la naturaleza de los Cullen, una semana que se sentía observada aún estando en su habitación.

Pensaba que quizás era imaginación de ella, pero hasta estando en la escuela sentía la sensación de ser observada, aquello la inquieta y la ponía nerviosa.

En esa semana la joven no había salido de la habitación, solo lo hacía cuando tenía que ir a la escuela. Pero desde que llegaba corría y se encerraba en la misma, no hablaba con nadie.

Ni siquiera con Alice, por más que está está tratará de hacerlo. Una semana que Bella se había enterado del secreto de los Cullen y estaba como si nada, Adara se preguntó si la chica era suicida o estaba mal de la cabeza, pues está se lo tomo como si escuchar que alguien es vampiro fuera lo más normal del mundo.

Al contrario de ella que tenían llevarle la comida a su habitación, pero no los dejaba entrar. Tenían que dejársela en la puerta para que la tomará ella misma luego de ellos irse.

Esto tenía a Carlisle demasiado tristeza, pero sabía que la reacción de la chica era normal. Hasta llegó a cuestionarse porque ella no pudo tomárselo como la Swan, pero alejó sus pensamiento, su compañera no era como la otra humana.

Él estaba cansado de que la pelirroja le tenga miedo y huya de él por lo que tomo la desición de hablar con la pelirroja aunque tenga que amarrarla.

Quería explicarle cómo era su estilo de vida y que ellos no eran como los vampiros de ojos rojos.

Ese día Edward llevaría a la Swan para que su familia la conozca.

Ahora estaba allí en la ventana de la habitación de la pelirroja. Sabía que lo que iba hacer no estaba bien, pero era la única manera para que ella no escapara de él.

Subió por la ventana y vió a la joven con su laptop en su regazo, al parecer la chica estaba viendo una película. Adara se sobresalto cuando escuchó un ruido en su ventana. Giro la cabeza asustada, para encontrase a Carlisle.

— ¿Que demonios estas haciendo? — inquirió al mismo tiempo que su corazón comenzó a latir rápidamente.

No solo por miedo si no por la presencia del rubio. Se puso de pie y se pegó a la pared mirándolo con temor.

¿Bebería su sangre? Lo miró fijamente notando que tenía algunas ojeras bajo sus ojos. Su mirada estaba cansada y su semblante decaído.

— Por favor necesito hablar contigo. — suplicó, haciendo que la pelirroja se sintiera un poco mal, por la tristeza reflejada en su voz.

¿Acaso le afectaba tanto su rechazo?

Ella soltó un suspiro profundo, sabía que si ellos hubiesen querido hacerle daño ya la habrían hecho, pero eso no evitaba su temor hacia ellos.

Se acercó a la ventana sigilosamente para quitar el seguro de está, cuando lo quito se alejo rápidamente de está.

El rubio suspiro profundo dejando que el olor de la pelirroja entrara en sus fosas nasales, había extrañado su fragancia. La chica se sentó en la cama y señaló un espacio un poco lejos de ella indicándole al rubio que se sentara ahí.

Aunque ella estaba bastante lejos, estaba casi apoyada del espaldar de la cama.

—Habla. — pidió la pelirroja tratando de ocultar sus nervios por la mirada intensa que le daba el el rubio.

— Necesito explicarte que nosotros somos vampiros diferentes. — murmuró el rubio mirándola, mientras esta también lo veía fijamente. — ¿Te has preguntado el porque nuestros ojos son dorados y no rojos? — ante la pregunta la pregunta ella asintió. — No es lentillas como debes de haber pensado, nosotros no somos bebedores de sangre humana, sino de animal. Somos vampiros vegetarianos — explico casi con desesperación.

❥︎𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄𝐒; Carlisle Cullen. (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora