Winchester Soul ━━ the vampire diaries, supernatural

Quince; "Mi nueva realidad"

—Ese viejo oculta algo. —Señalé mientras cargaba con balas de madera mi pistola y la acomodaba en el pantalón gigante que me había dado mi hermano mayor. Dean asintió.

—No confío en él —Opinó y Sam lució incrédulo.

—¿Qué?

—Oh, vamos, Samuel. Tú eres el inteligente aquí, se nota a distancia que algo oculta ese viejo. No deben confiar en él. —Dije con algo de dureza. Por alguna razón, parecía que Sam confiaba mucho más en el viejo que Dean.

—Y sí no fueras RoboSam, te darías cuenta —Alcé una ceja sin comprender a qué se refería mi hermano mayor.

—Están diciendo que no confían en la familia. —Rodé los ojos.

—Carajo, Sam. Yo soy su familia, sí es que se acuerdan. Pareciera que confían más en la versión cazadora de Yoda que en mí. —Sintiendo la rabia invadir mi cuerpo, decidí adelantarme un par de metros y dejarlos detrás mío para caminar sola.

—¡Pero sí yo no estoy diciendo que...! —Interrumpí furiosa a Dean.

—Cállate, perra.

Era algo frustrante observar a mi alrededor y ver a todas aquellas personas que parecían ser cercanas a mis hermanos, ¿Hace cuánto tiempo será que cazan juntos? Tenía muchas dudas acerca de todo lo que había pasado, la curiosidad llenaba mi cuerpo pero el orgullo y el resentimiento eran tan grandes que no me dejaba saciar mis dudas. Por lo menos, tenía a mi favor que Dean tampoco confiaba en su abuelo.

Al ingresar nuevamente en la casa, estaban todos preparando botellas con sangre de hombre muerto, cuchillos de madera, balas y demás artefactos anti-vampiros. Hice una mueca al oler la sangre.

—¿La sangre te causa impresión, pequeña? —Se burló Christian, mi rostro se transformó en uno apenado.

—¿Sabes qué causa impresión, Chris? —Batí mis pestañas —A tu mujer le causa impresión lo pequeña que tienes tu pollita.

—Maldita zo...

—Termina la frase, pedazo de mierda. —En menos de un segundo, Dean lo había tomado por el cuello de su chaqueta y lo tenía contra una pared.

—No estoy para esta mierda. —Algo molesta, tomé una botella con la sangre y uno de los cuchillos sobre la mesa. Luego decidí salir de la casa y quedarme esperando sentada en la parte de atrás de un vejestorio de camioneta.

—Christian es algo molesto, disculpalo... —La pelinegra, Gwen, apareció en frente mío rascándose la sien.

Esta perra metida...

Decidí no contestar y tomé con rabia del pico de mi botella de agua, sin quitarle la vista de encima. Lucía algo incómoda, pero era ella la que quería hablar, no yo.

—¿Sabes? Lo siento si crees que fui algo metida, puede que lo haya sido...

—Peor que una bikini en trasero de gorda. —Interrumpí, sin muchos ánimos.

Gwen soltó una risa. —Realmente lo siento, Samuel nos habló de ti y pensé que quizás extrañabas a tus hermanos...

Asentí sutilmente, claro que extrañaba a mis hermanos. Las pagaba con Gwen porque realmente hubiera querido que fueran ellos los que me buscaran, que me extrañaran tanto que decidieran contactarme y volver a nuestra vida, no una mujer que no conocía de nada. Realmente hubiera querido que nunca me mintieran.

Gwen no tiene la culpa de nada que hayan echo mis hermanos.

—Bien, lo siento por ser una perra contigo. Normalmente soy... —Busqué las palabras. —¿Menos perra quizás? —Gwen se rió y extendí mi mano para que la apretara.