Catorce; "Asuntos familiares"

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Una fuerte ráfaga de perfume invadió mis orificios nasales; firme, poderoso y seductor, Elijah Mikaelson. Sus manos tomaron con suavidad mis brazos, a la vez que sus ojos del color del chocolate recorrían mi cuerpo cubierto por unos pequeños shorts de mezclilla de Rebekah y una camisa azul de Klaus. Se detuvo más tiempo en los primeros botones sin abrochar en la parte del cuello, revelando mi clavícula y parte del pentagrama tatuado sobre uno de mis pechos.

No pude evitar repasarlo con la mirada. Igual de fuerte que siempre, su mirada demostraba lo seguro que era de sí mismo, lo poderoso que era, pero al mismo tiempo tan amable....

—¿Y a él quién lo invitó? —Escuché un gruñido y un fuerte golpe en el piso, ni siquiera me volteé para verlo. Estaba demasiado ensimismada con la presencia de Elijah, quien no parecía querer romper el contacto visual de ninguna manera.

—Nos iremos, como familia. Y Lorelai vendrá con nosotros.

¿Que yo qué?

—¿Eh? —Me volteé bruscamente. Klaus estaba sentado en el medio del enorme sofá de la sala, con un vaso de whisky en la mano y otro echo trizas en el piso. Rebekah, lucía molesta y parada en frente suyo.

—No es justo, me estás chantajeando. —Se quejó como si fuera un niño pequeño y rodé los ojos mentalmente.

—¡Nadie te está chantajeando! ¡Prefieres a la puta doppelganger antes que a tu familia! ¡Acéptalo!

—¡Quiero mi ejército! —Se levantó del sofá haciéndole frente a Rebekah.

—Esperaba una bienvenida más próspera, o por lo menos un "hola". —Opinó irónicamente Elijah interrumpiendo la pelea.

—Te diría "hola" si te hubiera invitado, no sé que haces aquí. Vuelve a tu maldito retiro espiritual en Chiang Mai y déjame...

—Yo le dije que venga. —La Original interrumpió. —Mientras tú haces quien sabe qué con la bolsa de sangre, Elijah se llevará a Lorelai lejos de aquí. —Apreté fuertemente mis labios al darme cuenta que me trataban como una pelota que podían pasarse entre ellos sin pedirme opinión.

—¿Perdón? —Musité estupefacta pero fui ignorada.

—¡No! ¡No se la llevará a ningún lado!

—¿Me vas a detener?

—¡Me cago en mi puta madre!

—La boca... —Me regañó el trajeado.

—¿Es que ahora soy su maldita chihuahua de bolso? ¡No me pienso ir a ningún lugar! —Chillé y a toda velocidad huí hacía la puerta.

Mi plan siempre sería perseguir a los Mikaelson, a donde sea que vayan. Después de haberme ganado su confianza, no podía perderla. Pero mi ego impedía que fuera tan fácil para ellos, al fin y al cabo, ellos eran los monstruos, no yo. Nunca dejaría que tengan el poder para decidir sobre mi.

El frío heló completamente mis huesos mientras corría lo más que podía lejos de la casona de los Mikaelson; esta estaba a unos cuantos metros de la carretera principal, por lo que tenía que pasar por medio de unos árboles que rasguñaron mi piel.

Corría como si fuera Billy Loomies con una motosierra el que me perseguía, o un hombre altísimo, súper flaco y mega pálido que me quería comer. Claramente, no era ninguno de los dos.

Ciertamente, Klaus y Elijah se parecían a los dos; a Loomies por lo caliente y a Slenderman porque en sus ojos se notaban las ganas de comerme. ¿Tendrán el súper pollón de Loomies..?

Me sentí una ridícula cuando me volteé finalmente y... No había nadie detrás mío. Me detuve en seco y pateé una roca frustrada, hice tanto drama para nada porque nadie me persiguió.

Winchester Soul ━━ the vampire diaries, supernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora