Día quince, dieciséis y diecisiete: Trabajo de parto, parto y cordón umbilical

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Para cuándo llegaron al hospital, Steve había iniciado el trabajo de parto temprano, o inactivo. Pues, en esta etapa el tapón mucoso es inexistente y su cuello uterino comenzaba a abrirse, dilatandose y afinandose, para dejar pasar al bebé al canal del parto, cuando este en estado activo. Sufría de leves tirones y contracciones en los muslos de la cadera para abajo, Natasha bajo del auto para ayudar a Steve, Tony salió apenas con unos segundos de diferencia para abrir la puerta del copiloto dónde se encontraba el rubio, quien salió del auto con ayuda de ambos. No es que no pudiera caminar solo, pero no se iba a arriesgar a caer de las escaleras de la entrada del hospital, no había mucha prisa pues el pequeño James no hacía un gran esfuerzo por salir aún, las contracciones no eran tan fuertes todavía, así que podía tomarse un momento para respirar profundo. Natasha fue quien llamo la atención de algunas enfermeras que rápidamente le ofrecieron una silla de ruedas para facilitarle el camino al área de maternidad y parto, tenía a Tony a su lado en todo momento tomándolo de la mano. La pelirroja fue quien  se detuvo en la sala de recepción para el registro correspondiente en el hospital, con el tiempo que tenían logro darse un baño rápido en la habitación asignada, pará ponerse una de esas batas de hospital que le habían pedido que se pusiera, entro un doctor con un portapapeles en los que tenía escrito algo, estaba demasiado asustado pues era el momento y no había alcanzado a procesar mucho el hecho de que su fuente se había roto, desencadenando el trabajo de parto.

—En un momento llegará la doctora encargada de su parto, podría abrir las piernas. Necesita ver si el canal está dilatandose como debería—.La voz monótona y sería del doctor lo hizo dudar de alguna forma, quizás era así por respeto o él mismo estaba lo suficientemente nervioso como para mal juzgar a una persona que solo estaba haciendo su trabajo. Abrió las piernas, con los brazos en el vientre, rápidamente se movió y tomo con fuerza las vigas metálicas de los costados de la camilla en la que estaba acostado, fue una contracción. Suspiró y trato de mantener la calma, había contado el tiempo entre cada contracción. Y cada vez se demoraban menos en aparecer. Una doctora entro a la habitación, detrás de ella una enfermera. La mujer tomo posición entre sus piernas, con sus manos cubiertas con guantes de látex. Todo estaba siendo extraño y nuevo, estaba nervioso.

—Solo cinco centímetros de dilatación en lo que va de la hora, contracciones cada dos minutos minutos y va disminuyendo, a este paso tardará menos de media hora llegar a los díez centímetros, doctor—.El doctor la miro y asintió, confirmando tras la revisión. anotando los datos en su portapapeles. La mujer morena se levantó de su sitio y le sonrió como una manera de calmar su miedo, parecía que sabía que era nuevo en este tema de parir a un bebé.

—No parecen ser primerizos si les soy sincera, muchos llegan aquí hechos una tormenta de pánico y muchas veces gritan o lloran, aunque puedo suponer que los ejercicios de respiración ayudan mucho—.Tony miro a Steve, quien ahora parecía un poco menos temeroso, estaba algo sudado y aún tenía algo húmedo el cabello, el rubio miraba atentamente a pequeñas cosas en la sala o en su defecto al gafete de la doctora. Cómo distrayendo de una manera extraña a su mente.

—Eh combatido amenazas de nivel cósmico, pero esto me asusta más que todo eso...—.Admitio con algo de gracia, repentinamente tomo la mano de Tony y la apretó con fuerza, las contracciones estaban siendo algo más dolorosas, jadeó y trató de respirar como se le había enseñado, estaba en transición y si la doctora no se había equivocado, en menos de media hora estaría en trabajo de parto activo. Tenía sed y quería algo de beber, miro al castaño. Quien se había mantenido callado, podía intuir que estaba sobre pensando la situación o evitando quejarse del posible dolor en la mano.  Llamo levemente la atención de su prometido, el genio salió de sus pensamientos y miro a Steve preocupado.

—¿Necesitas algo? ¿Te sientes bien? Doctora creo que-.

—Ey, Tony cálmate, solo quiero agua... Es decir ¿si puedo?—.Paro al castaño a medio levantarse, se notaba lo alterado. Lo entendía, giro la cabeza al frente para mirar a la doctora, quien había preparado algunas cosas, volteando después de haber sido mencionada.

Primer Embarazo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora