Extra #2: Un mortal.

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Antes que nada, este extra es para celebrar los 1k de visitas a las que llegó el libro, muchas gracias por todos los lindos comentarios.

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Algo de ella.
Dura y fría, por protección.
Pero ella en el fondo es de esas
Que se enamoran hasta de un atardecer.
— Andrés Alfonso.


Elliot Silver.

10 de Abril del 2018.

Sostengo el cabello de Evangeline mientras esta vomita. Honestamente nunca había visto a alguien vomitar tan seguido en mi vida. Particularmente esto no le agrada; suele quejarse mucho y estar malhumorada porque la mayoría de sus comidas favoritas le causan náuseas. No puede tener cerca nada que tenga chocolate, en este momento, lo odia.

Por otro lado, es la mamá más linda del mundo. Últimamente está más sonriente y cariñosa, lo cual me mantiene alegra puesto que su felicidad también es la mía. Recuerdo la felicidad que sentí cuando me enteré de que Elise venía en camino, era indescriptible, sin embargo, esta se vió opacada por la cantidad de problemas que generó Maureen. Ahora puedo disfrutar libremente del embarazo de Evangeline y estoy eufórico.

Nuestras familias no creían la noticia, en especial la familia de Evie, quienes sabían el historial médico de la chica, no obstante, la emoción por un nuevo integrante en la familia es palpable.

Elise es la más emocionada en todo esto. No para de hablar acerca de lo genial que va a ser tener un hermanito y que le encantaría que fuera niño para poder disfrazarlo de príncipe encantador.

Nosotros queremos que sea una niña, para tener otra princesa, pero Elise nos afirma constantemente que no va a serlo. Estamos esperando con ansias la ecografía del tercer mes para ver si el bebé quiere revelar su sexo. Todavía falta un poco para eso, pero no puedo quejarme, es la mejor etapa de mi vida.

Evangeline por otro lado, ha tenido unos días difíciles. Está feliz y nos lo hace saber, pero tuvieron que asignarle otro tipo de medicamentos menos invasivos y en dosis más bajas, por lo que últimamente ha tenido bastantes bajones. No es fácil para ella, la ansiedad la tiene estresada y no puede dormir bien por las noches, pero las terapias han ayudado bastante. Se lava la cara varias veces antes de regalarme una débil sonrisa. Sus ojos de distintos colores bailan por el espejo observando por completo mi anatomía, y sonrío de vuelta.

—Disculpa que tengas que ver esto, Elliot —menciona ruborizada por el esfuerzo—. Creo que uno no se acostumbra a este etapa nunca.

—Quédate tranquila, Evangeline. Mientras tú te sientas bien no importa lo demás —acaricio su mejilla.

Observo la pequeña cicatriz casi imperceptible que hay en el puente de su nariz, una que me ha dolido como si fuera yo quien la tuviera. Cada golpe que Evie obtuvo fue como si pudiera sentirlos, y no se han borrado de mi memoria.

Cuando perdí a Evangeline literalmente estaba muerto. Ya habíamos hecho todo por encontrarla y resulta que ella misma fue quien se hizo ver. Todo el daño físico fue demasiado para mí, me sentí como la peor persona del mundo porque prometí protegerla y no lo hice. Y luego, cuando Evan y yo la encontramos en la cabaña, fue que me sentí perdido por completo. La había perdido, lo sabía, y lo peor, es que la distancia quemaba como fuego.

Nunca fui a visitarla en el centro porque estaba luchando mi propia batalla personal. No es una justificación, quizás debí dar la cara y buscar las disculpas de Evangeline, pero mi psicóloga llegó a la conclusión de que ni a ella ni a mí nos hacía bien vernos.

Hasta el día que llegó.

Nunca me había desarmado tanto en mi vida.

Entré a su habitación en ese entonces, y la observé en silencio. Se veía hermosa, guerrera, y yo me sentí como un simple mortal, como hoy en día.

Incluso ahora que vivimos juntos, y puedo observarla todos los días de mi vida, no dejo de sentirme insignificante ante su presencia. Esto no quiere decir que ella me haga sentir inferior, sino, que lo único que quiero hacer es venerarla por el resto de mis días. Tenerla con nosotros es una de las mejores cosas que nos han sucedido a mí y a Elise, sin duda alguna.

Estoy orgulloso de todo el avance que ha tenido Evangeline con el paso del tiempo, tratando de dejar el pasado atrás y de vivir su vida sanamente.

Creo que si me preguntan quién salvó a quien, yo diría sin dudar que ella a mí, porque estoy completamente seguro de que sin ella, sería el hombre más infeliz del mundo.

—¿En qué piensas tanto, Elliot? —inquire Evie mientras sale del baño.

La sigo por la casa en silencio, y veo como se tira con aburrimiento en un sillón. Aún no se le ve el embarazo, pero deseo poder contemplarlo pronto. Siento que no cambiaría ninguna decisión que he tomado porque todas ellas me llevaron a estar aquí en este preciso momento.

—En lo maravilloso que es estar contigo —le respondo mientras me siento a su lado.

—Que cursi eres —suelta una risita mientras recoge su cabello—. Yo en lo único que he podido pensar en los últimos 45 minutos es en el asqueroso sabor del vómito.

Ruedo los ojos—: Que romántica.

—¡Es verdad! —chilla.

—Volviendo a tu pregunta, no sé que haría sin tí.

Acaricia mi mano—: Elise y tú me hacen feliz —susurra y mi corazón late—. Nunca los voy a dejar porque con ustedes he encontrado mi propia familia. Espero que ustedes no quieran dejarme.

—No voy a hacerlo de nuevo —le prometo—. Te amo como no voy a amar a nadie, y deseo estar a tu lado hasta que tú me quieras contigo.

—Entonces es un para siempre.

—Es un para siempre —contesto.



La Chica de la ventana hacia las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora