4| Inhala paz y exhala miedo.
Algunas personas dicen que todo es mental, y si, muchas veces me he encontrado dándoles la razón.
Es fácil decir: Trata de controlarte, todo está en tu mente.
Ojalá fuera tan fácil como parece, pero se olvidan de que tu mente es ese enemigo que ataca silenciosamente y sin mediar nada.
Y aquí estoy, sin saber cómo controlarme para que el maldito ataque de pánico no me consuma.
Ojalá poder hacer que el tormentoso zumbido en mis oídos desapareciera.
Ojalá poder hacer que esta terrible sensación de asfixia desapareciera.
Ojalá poder dejar de sentir que mi cuerpo se va desconectando con cada segundo que pasa.
—No...No pu-puedo–cada vez se me dificulta más respirar y mi vista se nubla.
¿Moriré?
¿Moriré en un puto elevador? Bueno... Si no me matan las drogas, entonces que lo haga un ataque de pánico.
No, no, no. ¿Qué estoy diciendo? No puedo irme, aún tengo algo importante que hacer...
Voy a contar hasta mil si es posible.
Pero no puedo.
¡Maldita sea, tengo que respirar!
No logro enfocar bien y mi vista se volvió más borrosa, siento que es muy escaso el oxígeno que llega a mis pulmones.
—Escúchame–una voz baja, pero armoniosa y clara hace que levante la mirada y vea al frente de mí una figura alta y borrosa–. No vas a morir, pero tienes que luchar para mantenerte despierta hasta que nos saquen de aquí.
Su voz, aunque me suena lejana, hace que olvide por un momento la situación en la que estoy.
Pero sólo es por un momento, porque mis piernas flaquean y caigo de culo al suelo.
El zumbido en mis oídos no se disipa, las lágrimas resbalan por mis mejillas y los acelerados latidos de mi corazón hacen una ruidosa fiesta.
—Inhala paz y exhala miedo–vuelve a escucharse su voz.
Inhalo...paz...mie...
Lo tomo por los hombros y lo sacudo como una histérica.
—¡Eso no me ayuda!
No puedo.
Mi cuerpo deja de pesar y me desconecto.
〃 〃 〃〃
Alcohol etílico.
Eso es lo que mi olfato puede descifrar cuando logro despertar, aunque no del todo, puesto que mis párpados pesan y sigo con los ojos cerrados.
¿Dónde estoy?
Mierda, las alarmas en mi cabeza se activan y logro abrir poco a poco los ojos.
Lo primero que veo es a una figura alta caminando de un lado a otro.
Pestañeo repetidas veces y logro enfocar al chico que estaba impaciente por entrar al elevador.
—...lo único que me dijeron es que la niña no paraba de llorar–se pasa las manos por su cabello con intranquilidad.
Me asombra que no esté gritando como un loco cuando es evidente que se encuentra en una situación complicada, y noto el rojo en sus mejillas, supongo por el enojo.
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Volveré a verte
Teen FictionTras la inesperada y dolorosa muerte de su muy adorada hermana, el mundo de Ellie Gauthier se convierte en un calvario por tormentosas voces en su cabeza, junto a una pesada carga que no parece tener intenciones de aligerarse: La culpa. Entre drogas...