24 | Playa, sol y arena.
Ryan.
—¿Qué?–pregunta con aire burlón–. ¿Saldrás de nuevo con ella? Te ví llegar en la madrugada.
Termino de apilar los alimentos y me giro dando un suspiro. Kevin le da un mordisco a su manzana desde el umbral de la cocina.
—Si, saldré de nuevo con ella.
Rueda los ojos y se adentra a la cocina para quedar frente a mí.
—¿En serio, Ryan? Te creía más inteligente.
Otro suspiro de mi parte.
—¿Vas a volver con tus comentarios? La semana pasada me dijiste que ella no me convenía y que tampoco sabía nada de su vida. ¿Qué me dirás hoy?
—Hablo en serio, Ryan.
—Yo también.
Sacude la cabeza con aire burlón y le da otro mordisco a su manzana, traga y vuelve a hablar:
—No sabes nada de ella.
Y ahí están esas palabras otra vez. Me empiezan a irritar.
—Ah, ¿y tú si?–me cruzo de brazos y su mirada se torna más oscura de lo que ya es, ante su falta de respuesta. Vuelvo a hablar:– Puede que no sepa demasiado sobre su pasado, pero me basta con empezar a conocer su presente.
—Es una pu...
—Cuidado–lo corto, serio.
—Ella no te conviene. Eres muy ingenuo.
Inhalo hondo.
—¿Qué sabes tú de lo que me conviene?
No responde mi pregunta y, en su lugar, lleva la mirada hacia el mesón, en donde se encuentran distintos alimentos crudos.
—¿Qué harás con todo eso?–me observa y vuelve su sonrisa burlona–. ¿Un patético picnic? Qué cursi eres.
—Prepararé varias comidas, lo que me recuerda que ya debo subir a mi habitación para bañarme si no quiero que se haga tarde para buscar a mi cita.–respondo sin una mala reacción por sus palabras dichas anteriormente. Le paso por el lado para salir de la cocina y escucho su resoplido.
—Te lastimará–dice antes de dejarlo solo–. Es lo que siempre hace con las personas.
Pese a que no sé en qué se basa para decir eso, me detengo y digo:
—Sea lo que sea, ella se encuentra arrepentida. Por más estúpido que suene, sus ojos lo demuestran. A veces, la mirada expresa más o igual que una palabra.
Dejo atrás a mi primo y subo las escaleras de dos en dos. Poso mi mano en el pomo de la puerta de mi habitación, y no entro porque escucho el chillido de Lizzie junto a un estallido de risa.
—¡Basta, mamá!
Abro la puerta de su habitación y sonrío, viéndolas en la cama de mi hermanita mientras la menor se retuerce por las cosquillas que le hace mamá.
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Volveré a verte
Ficção AdolescenteTras la inesperada y dolorosa muerte de su muy adorada hermana, el mundo de Ellie Gauthier se convierte en un calvario por tormentosas voces en su cabeza, junto a una pesada carga que no parece tener intenciones de aligerarse: La culpa. Entre drogas...