17 | ¿Algún día dejará de quemar?Ellie.
Vergüenza.
Esa es la emoción que me embarga desde que desperté ayer, sabiendo el lugar en donde me encontraba y bajo qué circunstancias.
No podía mirar directo a los ojos a Nat y mucho menos a los de papá, la vergüenza que sentí y siento al saber que les hice pasar un momento no agradable hace que me retuerza de la vergüenza y, de la muy familiar culpa.
Si tan sólo fuera fácil dejar esas malditas drogas... Porque, sea poco o mucho lo que consuma; sea seguido o no tan seguido, sé que terminaré dependiendo de ellas si sigo de este modo.
Si tan sólo fuera fácil dejar de sentirme tan culpable por lo que pasó...
¿Has vivido ese momento en el cual te quedas en blanco sin saber cómo resolver el ejercicio de matemáticas, pero algo en tu interior te dice que si lo podrás resolver? Sin embargo, no lo resuelves porque no estás segura si quiera de que 2+2 dan cuatro, y cuando la profesora anuncia que la hora ha acabado, te acuerdas de que el ejercicio estaba fácil y no tan complicado como pensabas.
La profesora anunciando que la hora ha acabado para poder ver que mi ejercicio no es tan difícil como lo pensé, aún no ha llegado y temo que nunca llegue.
La silla de ruedas en la que estoy sentada se mueve, gracias a papá que va al mando, y esa es mi señal para saber que ya me voy del hospital. Después de exámenes de sangre e indicaciones de la doctora, puedo irme a casa.
Se supone que puedo caminar por mi cuenta, pero papá ha pedido la silla de ruedas en la que me encuentro y sólo me senté, sin rechistar.
Él y Nat se quedaron a dormir, Max y Kora entraron después de que Ryan saliera de la habitación, pero les pedí que no se quedaran a dormir, no después de que pasaran casi todo el día en el hospital, y Ryan se quedó en la habitación de su primo.
Mi recordatorio de que no fue un mal sueño que los dos son parientes.
Detengo mis pensamientos cuando Nat abre la puerta de copiloto para mí, niego con la cabeza y abro la puerta de atrás.
Creo que dicen algo pero no los escucho y me dedico a mirar por la ventana mientras dejamos el hospital atrás.
Mi celular vibra en el bolsillo delantero de mis vaqueros y salgo de mi ensimismamiento.
Ryan.
"El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, esa es la pesadilla de la vida.
Oscar Wilde".
Te ví salir y reflejabas esa culpa que te atormenta.
Grita, llora, habla. Expresa eso que te detiene vivir.
No importa el día, la hora o el lugar, si te sientes en confianza, siempre estaré para escucharte ;).
Una media sonrisa tira de mis labios y el corazón revolotea por unos pocos segundos.
—Cuando muestras esa pequeña sonrisa me siento el papá más afortunado por tenerte.–comenta papá a través del retrovisor, sonriéndome.
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Volveré a verte
Teen FictionTras la inesperada y dolorosa muerte de su muy adorada hermana, el mundo de Ellie Gauthier se convierte en un calvario por tormentosas voces en su cabeza, junto a una pesada carga que no parece tener intenciones de aligerarse: La culpa. Entre drogas...