15 | Un lienzo suplicando arte

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15 | Un lienzo suplicando arte.

Ellie.

La veo cerrar sus ojos mientras sus dedos se mueven con destreza sobre las teclas del piano y es...alucinante. Es como si hubiera nacido para esto—y no lo dudo—.

No entiendo por qué aún no aceptan su carta de solicitud para tocar en ese prestigioso lugar.

Bufo.

Ellos se lo pierden en no considerarla, puesto que es una increíble pianista.

Cuando termina, abre sus ojos tras un suspiro y una sonrisa tira de sus labios cuando me ve.

Espiándome, ¿eh?.

Sabes que me encanta verte tocar. Eres increíble.

Su sonrisa decae un poco, la conozco tanto que sé lo que piensa sin aún decirlo.

No tan increíble para ellos, ya que aún no aceptan mi carta de solicitud.—se lamenta, y el sonido de una tecla suena al ser presionada.

Camino hacia donde está y me hace lugar para sentarme a su lado en el banco de terciopelo blanco.

Ellos son unos imbéciles por no considerarte tocar en ese lugar.

Mala palabra.—me riñe y yo ruedo los ojos, cosa que le hace soltar una pequeña risa.

Amo su risa y amo más ser yo la responsable de que ría, pero odio ver a mi hermana triste, aunque sepa ocultarlo bien sé que le entristece que aún no sea aceptada.

Nunca te rindas, por favor.—le digo y ella asiente con la cabeza.

Tampoco te rindas tú.

Promesa.

Unimos nuestros meñiques y yo le muestro una amplia sonrisa.

Ahora toca para tu fan número uno.

No sabía que tenía alguna fan.enarca una ceja con diversión.

Siempre seré tu fan número uno, Elina.

Y yo la tuya, Ellie.

Me da una última sonrisa y me pierdo en la melodía que empieza a tocar.

Abro los ojos y lo primero que veo es el techo de mi habitación, casi quiero volver a cerrarlos para poder estar unos segundos más a su lado.

—Un recuerdo.—susurro.

Con sólo estar al lado de mi hermana mientras la veía tocar, ya era motivo suficiente para sentir una inimaginable sensación de refugio expandiéndose por mi pecho.

Recuerdo que después de que terminara, nos dió hambre e intentamos hacer lasaña, pero:

1. La cocina terminó hecha un desastre.

Volveré a verteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora