—¡Carlos! —Hannah gritó
—Eu —Carlos respondió
—A ver estúpido escúchame bien lo que voy de decirte —lo encaró —. Arréglate, ponte guapo, perfumate y me buscas cuando estés listo
—¿Qué? —Carlos la miró confundido
—¡Que te arregles porque eres el regalo que le pienso dar a mi amiga!
—Ah ¿Me viste cara de que? —rodó los ojos
—De muñeco comestible —sonrió —. Así que mueve tu culo y lárgate a tu casa para que te vistas
—¿Y por qué debería hacerte caso? —la miró
—Porque aunque Ali te deje plantado, te deje con ganas, te haga hasta para vender, tu siempre vas a querer estar con ella —sonrió —. No te hagas el pendejo que se muy bien que estabas enamorado cuando ella se fue a Miami
—Era tiempo pasado —elevó los hombros —. Ahora voy a casarme, por si no sabes
—Lo harás, pero es Alice quién hace palpitar ese corazón —rió —. Di de una vez ¿Vas a ayudarme para que Alice inicié cómo se debe él día de su cumpleaños o no?
—No estoy seguro —murmuró
—Tu pito no dirá lo mismo, cuando la veas en la lencería que le regalaste ayer —sonrió —. ¿Cuál es tu afición por el rojo?
—Ire, no porque quiera, si no porque tú me lo pides —Carlos sonrió
—Ajá —asintió
——————————
Carlos no dudó en ningún momento en ir a verla, a pesar de lo que había pasado en los días anteriores, su yo de antes estaría sumamente decepcionado y su yo del presente jamás habría pensado en caer una vez más a los pies de una mujer que lo habían rechazado en incontables ocasiones, pero el problema era que ella no era cualquier mujer, era Alice y ella jamás tuvo punto de comparación, nunca nadie como ella.
—¿Que haces aquí? —ella preguntó una vez abrió la puerta
—Hola —sonrió —. Supongo que así es como se empieza ¿No?
—¿A qué viniste? —se cruzó de brazos
—¿Puedo pasar? Podemos hablar más a gusto a dentro —sonrió —. De hecho casi no vengo
—No estoy interesada en lo que casi sucede —elevó los hombros —. Pasa —se hizo a un lado y Carlos entró
—¿Quieres algo de beber? —ella preguntó mientras cerraba la puerta
—Dudo que tengas una Galicia aquí —murmuró mientras la miraba
—No es mi favorita, pero tengo, una nunca sabe lo que puede pasar —le dedicó la primera sonrisa desde que llegó
—Entonces sabes porque estoy aquí —Carlos sonrió
—Algo me dijo Hannah por teléfono —asintió —. A parte somos dos personas adultas, sé qué viniste porque quieres tener sexo conmigo
—Vine a pasar un buen rato contigo —murmuró —. Cómo tú lo expresas es bastante crudo
—Pero estoy en lo correcto ¿No? —sonrió —. Me estoy quedando en este hotel porque aquí no nos verán a comparación de tu lujosa casa —rió
—Ya era hora de que admitieras que ambos queríamos esto —suspiró —. Los agentes externos a los dos se pueden ignorar
—Es cierto —asintió —. Pero aún tengo dudas respecto a lo que puede pasar hoy