diecinueve.

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—No voy a soportar esto, me voy —Carlos murmuró mientras salía de la habitación

—Carlos —Alice rodó los ojos —¡Carlos! —gritó pero no tuvo respuesta alguna

—¿Esto va enserio? —ella murmuró mientras se levantaba de su cama y lo seguía —. Carlos, deja de ser grosero, te estoy llamando

—¿Que quieres? —el volteó a verla

—Ven —ella murmuró

—No, no quiero —negó —. No después de lo que escuché

—Carlos por favor —Alice negó riendo —. Peores cosas he tenido que ver yo

—Tu siempre supiste a qué te enfrentabas —elevó los hombros

—Ya lo sé —murmuró —. Aún así es egoísta que pienses que yo siempre iba a estar para ti ¿Acaso soy menos merecedora de la felicidad?

—Dios, Alice sabes perfectamente que mereces el jodido mundo entero —Carlos murmuró mientras la miraba

—El cuál tu no eres capaz de darme —Alice se cruzó de brazos

—¿Él sí? —el Español preguntó

—Él me trata bien —murmuró —. Es todo un caballero

—Oh, allí tenemos un problema —Carlos sonrió —. A ti no te gustan así —murmuró —. Entre más salvaje, más te prendes, esa es la diferencia entre él y yo

—Lando puede llegar a ser salvaje si se lo propone —ella elevó los hombros —. Es cuestión de trabajarlo

—Ningún hombre con el que estés se va a igualar a mí, recuérdalo —Carlos le dedicó una sonrisa maliciosa —. Nunca nadie te hará sentir como yo

—Bueno, si estamos sacándonos los trapos al sol, entonces a ninguna otra la vas a desear como a mí —Alice también sonrió —. Por ningúna renunciarías a todo, cómo lo has hecho conmigo

—Tu no tienes punto de comparación —Carlos asintió —. Pero la diferencia entre tu y yo, es que no yo no intentó buscarte un remplazo, desde que te conocí estaba ya con Isabel, entonces eso no cuenta —sonrió de lado —. Yo no estaría con una persona por soledad, o por querer dar celos

—Esas no son las razones por las cuales salgo con Lando —Alice murmuró incómoda —. Realmente disfruto de su compañía

—¿Intentas convencerme o convencerte? —Carlos rió sarcásticamente —. Esto no tiene sentido, me voy de aquí, buenas noches

—Chili, no te vayas —ella murmuró —. Al menos no enojado

—Alice —suspiró —. No puedo quedarme, no cuándo estoy dolido

—Hazlo por mi —ella se acercó a él

—Por ti es que me voy, estoy bastante confundido —murmuró —. No puedo soportar como da vueltas en mi cabeza eso que escuché allá arriba —negó —. No concibo que otro sea quién tenga a la mujer de mi vida

—Ay Carlos —Alice susurró y acarició su mejilla

—Eres todo para mí —Carlos murmuró mientras la miraba a los ojos —. Eres todo lo que deseo cuando me despierto y cuando me acuesto

—Quedate está noche —Alice insistió —. Solo está noche

—¿Por qué juegas conmigo de esa manera? —Carlos susurró

—Hazme tuya Sainz —ella relamió sus labios —. Por favor

—No me pidas eso, no después de haber estado con él —Carlos negó

Infieles »Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora