La mañana había transcurrido tranquila para Alice, ella había asistido al restaurante dónde la citó Isabel y la habían pasado fenomenal, jamás habría pensado que se llevarán también aunque bueno, al fin socias...La tarde fue aún más relajada, porque su amiga la había invitado a un spa y allí había recibido una terapia 'especial' por su cumpleaños, también la había obligado a ir al centro comercial donde había visto según ella, el vestido más perfecto y sexy del universo y obvio Alice debía tenerlo para poder captar la atención no solo del español.
Ya en la noche, ambas se encontraban en la casa de cierto piloto, aquel descarado que había preparado la fiesta más increíble del verano, para nada más y nada menos que para su amante, contratando a un dj colombiano para hacerla sentir en casa, bailarines para que tuvieran un show, barra libre con licores típicos del país sudamericano, la ambientación era totalmente latina ¿Quién diría que el colonizador podría captar tan bien la escencia?.
—Es un idiota —Hannah negó
—Es cierto —murmuró —. Solo a él se le ocurre sacar el tema del Borojó, y solo una tonta puede creerlo
—Que decirte, tiene dos cachos bien grande desde el 2019 y no se da cuenta —Hannah rió
—Me da lastima y a la vez no quisiera estar en su posición —Alice hizo una mueca —. Me quiero solidarizar con ella, pero no me puedo resistir a Carlos
—Yo no me quiero meter entre ustedes —Hannah murmuró —. Pero ya sabes lo que opino
—Si, sí, ya sé que quieres que me olvidé de todo y me involucre con Sainz más allá de lo sexual —Alice rodó los ojos —. Ah, y que Carlos es el estúpido más grande de la tierra —sonrió
—¿Eso piensa de mi? —Carlos murmuró detrás de ambas
—Sí, eres un idiota —Hannah sonrió mientras volteaba a verlo
—Soy el idiota favorito de tu amiga —Carlos sonrió y abrazo a Alice
—¿Dónde está tu prometida? —Alice lo miró
—No sé —Carlos elevó los hombros —. La tenía por aquí —observó en interior de su pantalón —. Pero se perdió
—Chistosito —rodó los ojos
—¿Aún sigues con lo que te contó Isabel? —Carlos murmuró —. Entonces te afectó realmente
—Veo que esto empezará a volverse incómodo, así que, adiosito —Hannah murmuró antes de irse
—No me afecta, solo abre la posibilidad a que yo pueda llevar ese nivel con alguien más —sonrió —. Alguien que tal vez sí esté disponible
—¿Quieres que cancelé la boda a dos meses de haberme propuesto? —Carlos sonrió —. Solo dímelo, quiero oírlo salir de tu boca —susurró acercándose peligrosamente a ella —. Pídelo y con gusto iré ahora mismo a terminar con esa farsa
—Ese matrimonio se llevará acabo porque me llamo Alice Martínez Correa —sonrió —. Será mi obra maestra, la mejor boda que haya podido planear y ejecutar en toda mi vida —murmuró —. Mis deseos carnales no se van a interponer en ello
—¿Y los deseos del corazón? —preguntó el español
—¿Corazón? —Alice lo miró —. Solo es sexo Carlos, no funcionaríamos, es ridículo —soltó una risa —. Tu y yo solo encajamos en un lugar y es en la cama
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El resto de la noche había transcurrido bastante tranquilo, ellos no había cruzado la palabra después de eso, aunque ninguno de los dos le había podido quitar la mirada de encima al otro, y es más, el sínico mayor le había enviado pequeñas notas dónde le dedicaba canciones, tales cómo 'infiel', 'amantes', 'monumento' y no podía faltar 'si pudiera' de Manuel Medrano, aquella canción que siempre tocaba las fibras de su corazón.