Capítulo veinticinco

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Leah

"Lover" suena por los altavoces del coche.

Después de salir de la cafetería he obligado a Ayden a ir en busca de una pista de hielo.

Canto a todo pulmón esta canción que debería ser un himno y él me mira divertido. Aunque lo niegue, sé que le gustan las canciones de Taylor. Incluso una vez cuando íbamos con el coche escuché como tarareaba una canción suya.

Cuando aparca me giro para mirarlo.

—¿Hemos llegado? —pregunto emocionada.

—Sí.

—¡Bien! —doy pequeños aplausos pero cuando veo que Ayden va a abrir la puerta lo agarro del brazo y lo tiro hacia atrás.

Me mira confuso.

—¿Qué pasa?

—Espera a que termine esta canción.

Pone los ojos en blanco.

—Prioridades Ayden —añado encogiéndome de hombros y volviendo a cantar a pleno pulmón.

Un minuto después, la canción ya ha terminado y Ayden se apresura a salir antes de que me dé tiempo a poner otra. Yo sonrío y salgo también.

Me acerco a él.

—Vamos —lo agarro del brazo y empujo para que vaya más rápido.

Ayden ríe.

—Cálmate. Llegaremos igualmente.

—Pero mejor llegar antes.

—¿Por qué?

Buena pregunta para la que no tengo respuesta.

—Porqué sí —me encojo de hombros.

—¿Y cómo sabes que es en esta dirección?

Me quedo parada y lo miro entrecerrando los ojos.

—¿Es en esta dirección?

—No.

—¡Pero dímelo antes! —me quejo, doy media vuelta y vuelvo a caminar a paso rápido.

Ayden me mira divertido.

Entonces pasa lo que no quería que pasara. De repente, a lo lejos, veo a James. Acaba de salir de una tienda.

—Mierda... —murmuro.

—¿Qué pasa?

Empujó a Ayden hacia un coche que está aparcado.

—¿Pero qué...?

No dejo que diga nada y tiro de su chaqueta para que quede de cuclillas, y yo hago lo mismo.

Veo como James se acerca hacia nosotros y bajo cabeza para que no pueda verme.

—Leah, o me dices que pasa o...

Me acerco rápidamente a Ayden y tapo su boca con mi mano. Veo en sus ojos como sonríe.

Durante unos segundos no hago nada y entonces él decide coger mi mano y apartarla.

—¿Puedes decirme...?

—Ayden —susurro desesperada volviéndole a tapar la boca.

Pero entonces todo pasa muy rápido. Me acerco tan bruscamente que perdemos el equilibrio y prácticamente todo mi cuerpo cae encima del suyo.

¿La parte buena? No caemos hacia la carretera sino hacia la calle.
¿La parte mala? Justo veo a James más cerca.

Me levanto de un salto y vuelvo a esconderme detrás del coche, Ayden hace lo mismo.

Solo nosotros dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora