𝘟𝘟𝘐𝘐

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Jungwon miraba el techo desde hacía horas, eran tres las noches que no dormían juntos, tres noches que no podía dormir más de dos horas.

Jungwon llegó a una conclusión, una dolorosa pero real conclusión, pero no debería ser todo tan triste, al menos no por ahora.

Era la una de la mañana, sabía que Jongseong estaba despierto, de su habitación se veía la luz debajo de la puerta.

—Jay...— Jungwon entró a la habitación lentamente con su pijama color azul que combinaba con su pelo.

—Hyung— Jongseong, como esperaba, estaba despierto.

El peliazul cerró la puerta con seguro y caminando hasta donde Jongseong, empezó a desabotonar la camisa de su pijama.

—Jungwon...— Jongseong miraba atentamente todos los movimientos de Jungwon.

—¿Quieres?

—Siempre quiero— Jongseong tomó las caderas de su mayor en sus manos.

Jungwon sonrió tomando las manos de Jongseong colocándolas en su cintura.

—Hoy hagámoslo lento ¿si?— nunca lo habían hecho delicadamente, quería probar —hagamos algo nuevo.

—Claro que sí— abrazó su cintura sentándolo en sus piernas.

Pronto sus labios se encontraron, un pequeño choque de belfos que poco a poco se hacía profundo y caliente.

Las manos de Jongseong acariciaban su piel, pero no rápidamente ni desesperado, como si tuvieran todo el tiempo del mundo para hacer esto, como si solo estuvieran ellos dos atrapados en un cuarto donde el tiempo no pasaba.

Las manos de Jungwon se enredaban en los cabellos de Jongseong, sus caderas se movían involuntariamente buscando atención en su parte baja.

—Jay... te amo.

«…»

—¡Ah!— Jungwon gemía agudo ante las embestidas no rápidas pero sí profundas que le eran proporcionadas, sentía todo su interior ser estimulado, lenta y tortuosamente.

—Ah... Hyung— Jongseong igual gemía, grave y ronco en el oído de Jungwon quien lo abrazaba mientras sus cuerpos estaban unidos.

La mano izquierda de Jungwon, tomó la de Jongseong, entrelazando sus dedos mientras seguían en su "demostración física de amor"

Sus ojos se encontraron, inconscientemente se sonrieron y pronto sus labios chocaron, no violento, no deseoso, puro amor y cariño.

Lo que hacían no era sexo, ellos estaban haciendo el amor.

De los ojos de Jungwon salían lágrimas y no eran solo por la estimulación que recibía.

—¿Duele?— el menor preguntó deteniendo las embestidas.

—N-no... solo te amo mucho.

—Yo igual te amo— besó su mejilla volviendo a lo anterior.

Esta vez un poco más rápido, estaba casi al límite.

—¡Oh!— Jungwon dejaba que todos los sonidos de su garganta salieran sin problema, sabía muy bien que a Jongseong le gustaba escucharlo.

—Te amo— Jongseong repetía estando ya a poco de terminar —te amo.

—Y-Yo.. ¡Ah! Te amo— las lágrimas no paraban de salir de sus gatunos ojos.

Y en poco tiempo, ambos se corrieron a la par, con sus manos entrelazadas y sus labios unidos.

—Jay... te amo.

—Lo sé, Hyung— unió sus frentes.

—Te amo...— las lágrimas seguían saliendo —así que esto lo hago por tí...

En redes sociales, últimamente hubo mucho hate irracional hacia Jongseong desde que los rumores se hicieron cada vez más fuertes.

—Te amo más que a nada... y es por eso que es mi turno de protegerte.

—Hyung ¿a qué te refieres?

—Chocolate...— le dolía tanto siquiera pensar en esa palabra, el significado que le dieron a esta, por primera vez, utilizó la palabra de seguridad diciendo que ya no quería continuar.

Jongseong pensó que dañó a Jungwon, por eso salió de inmediato revisando su piel y rostro.

—Estoy bien, pero...— Jungwon no paraba de llorar —ya no podemos...

—Hyung, no te entiendo.— lo limpió y vistió rápidamente.

—Estoy... terminando contigo— esas palabras dejaron a Jongseong petrificado. —no significa que ya no te ame... significa que te amo tanto que te voy a proteger... Lo prometo.

—Hy-Hyung...

—No dudes que te amo.... No olvides... que te amo— se paró besando la frente de Jongseong, las lágrimas al parecer no pensaban querer detenerse.

Y se fue, dejó a Jongseong solo en esa habitación, sentado en su cama con lágrimas corriendo por sus mejillas y un gran dolor en su pecho.

𝙄𝙉𝙎𝙊𝙈𝙉𝙄𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora