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—¿Por qué no?— el menor preguntó antes de seguir.

Estaba ebrio, pero aún así tenía muy en mente lo que Jungwon quería.

—Pueden escucharnos.

—¿Es tu única razón?

—Ahm...— trataba de buscar más razones, pero no las encontraba.

Hace más de dos meses que lo hicieron por última vez así que extrañaba eso un poco.

—E-Es que los Hyungs pueden escucha– —

—Entonces solo no tenemos que ser ruidosos ¿no?— metió sus manos en la remera de Jungwon.

—Ugh...— trató de concentrarse en sí mismo cuando sus pezones fueron acariciados y pellizcados.

Bajó una de sus manos adentrándola en los pantalones contrarios, bajando estos rápidamente dejándolo en ropa interior.

—¡Hmp!— de un solo movimiento se adentraron dos dedos en su interior.

Jongseong estaba siendo algo torpe, claro, estaba ebrio.

—A-Al menos... cierra.. l-la puerta— no estaban con seguro.

—Pero mis manos están ocupadas, ¿debería?— adentró un tercer dedo sin ningún aviso.

—¡Jay!— ¿a caso era porque estaba ebrio lo que era tan caprichoso?

—Nadie entrará, todos fueron a dormir.

—¿Seguro?

—Mucho.

El tiempo de preparación fue poco, no duró más de un minuto, pero sacó sus dedos y rápidamente alineó su miembro con la rosada entrada contraria.

—¡Ah!— fue el primer gemido fuerte que salió de su boca.

Dolía, hace mucho que no lo hacían y estaba tan estrecho.

—E-espera... no te muevas... duele— sus palabras fueron escuchadas y obedecidas, su novio no se movió y no lo haría hasta obtener una señal que le diga que podía continuar.

—Tan estrecho...

Las piernas del mayor temblaban, movía sus manos pidiendo ser desatado y pocos segundos después tenía nuevamente movilidad en estas.

—P-puedes... seguir— se sentía como un virgen al decir eso, y es que hace tanto que no le dolía así como en ese momento.

—Lo haré despacio—  sujetó su cadera empezando un vaivén lento y tortuoso que no duró mucho hasta volverse rápido entrando todo lo posible en su interior.

—¡Hmp!— tapaba su boca con ambas manos tratando de contener todos sus quejidos y gemidos.

Con su temblorosa mano aseguró la puerta sintiéndose así, más seguro.

—¡Oh!— había llegado al fondo, golpeando su interior con varias repeticiones seguidas.

Dolía, el dolor seguía ahí, pero también estaba esa placentera sensación de gusto después del dolor.

De sus ojos caían lágrimas, muchas lágrimas mezcladas de dolor y placer, una peligrosa mezcla.

—¡Ah!— estaba a punto de correrse, sus piernas temblaban, no creía poder estar así mucho más.

Mientras que el menor de ambos sólo disfrutaba aquella estrechez que tenía su mayor, lo apretaba tan bien.

—¡Ugh!— Jungwon por fin pudo correrse, sus piernas estaban cansadas, temblaban y perdían fuerza con cada embestida.

—Sí...— de igual manera se corrió en el interior de ese lindo agujero.

—Jay... otra posición...— pidió sintiendo que en cualquier sus piernas le fallarían y caería al suelo.

—¿Entonces quieres otra ronda?— sin esperar respuesta le dio la vuelta, levantándolo del suelo colocando las piernas contrarias a sus costados volviendo a apoyarlo contra la pared.

Entró de una sola estocada en su interior, tocando aquel punto que a Jungwon tanto le gustaba.

—¡Ugh!— estaba siendo lo más silencioso que podía, pero las embestidas tan rápidas y fuertes no se lo permitían demasiado.

Las lágrimas no paraban, seguían saliendo de sus ojos, pero la sensación de dolor era muy baja, lloraba por lo bien que se sentía, por no poder dejar salir su voz como le gustaba, por la sensación de ser atrapados.

—¿Aún piensas en Soobin Hyung?— Jongseong preguntó claramente celoso.

—¿Soo-Soobin Hyung?— apenas podía pensar en otra cosa que no sea Jongseong en ese momento.

Jongseong sonrió satisfecho volviendo a las embestidas.

Hasta que el teléfono de Jungwon empezó a sonar.

—¿Quién es?

—Ahm...— era el mismo que provocó los celos de Jongseong.

Ya que Jungwon no se atrevía a decir quién era, Jongseong tomó el teléfono viendo en la pantalla "Soobin Hyung♡" como llamada entrante.

—Toma— le devolvió el teléfono —contesta si quieres— sus ojos hablaban por él.

—Y-yo no— sin aviso las embestidas volvieron haciendo que suelte su teléfono, aún con la llamada sin contestar, su teléfono estaba en el suelo.

Las embestidas eran fuertes y rápidas, además de que al no poder gemir como quiere su cabeza era un desastre.

Las embestidas eran tan fuertes que podían escucharse en la habitación.

«…»

—¿Te gusta Soobin Hyung?— estaban en la cama, ya eran algunas horas que estaban en eso.

—N-no...

—¿Entonces quién te gusta?

—T-tú me gustas— se aferraba a lo que podía y callaba sus gemidos en la almohada, mordiéndola con fuerza.

¿Viste, Soobin Hyung? Yo soy su preferido.

𝙄𝙉𝙎𝙊𝙈𝙉𝙄𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora