𝘐𝘐𝘐

3.7K 243 72
                                    

—Iré a cambiarme— Jungwon avisaba a Jongseong quien estaba en la sala con un tarro de palomitas de maíz en manos, estaban viendo películas de terror y Jungwon se cambiaría a su pijama.

—No te tardes— lo miró salir, caminaba tan adorable, como un pingüinito.

Hace más o menos 5 horas lo habían hecho en la cocina, ahora estaban en la sala.

Ya habían visto 2 películas, el plan era ver películas toda la noche... aunque Jay tenía otros planes de qué hacer toda la noche.

—Está haciendo calor— Jungwon volvía a la sala con una pijama que consistía en un short y una camisa rosa de seda.

—Sí... calor— aunque podría ser que sienta calor por otra cosa.

Reprodujeron otra película en la televisión, aunque los ojos del americano no estaban en la pantalla, sino en las largas y torneadas piernas de Yang, en su clavícula descubierta, en esos rosados y sus carnosos labios.

Jongseong de a poco pasó su mano hasta rodear a Jungwon, tocando su cintura y aferrándose a esta.

—Mira la película— Jungwon habló un poco nervioso al sentir la respiración de su menor en su oreja.

—Eso estoy haciendo— besó el lóbulo de su oreja y mordió en ese lugar, sacándole un pequeño suspiro a Jungwon.

—E-en verdad quiero ver la película— atrajo sus piernas a su pecho, encogiéndose en su lugar.

—Vamos a ver la película— de un jalón, subió a Jungwon encima de sus piernas para tener más control en cómo manejarlo.

Lamió su nuca, mientras que con una mano desabotonaba la camisa de seda que tenía como pijama, su otra mano acariciaba sus piernas que estaban descubiertas por el short que tenia.

—L-la película...— cerró sus ojos intentando concentrarse en no disfrutar todos los toques de Jay.

—Puedes mirarla si quieres... yo tengo otras cosas que hacer— terminó de desabrochar su camisa y empezó a tocar sus pezones, rosaditos y bonitos.

—P-pero...— con una de sus manos cubrió su boca.

Y sin darse cuenta, sus caderas se movían buscando más contacto en su parte baja.

—Sigue moviéndote así— tomó sus caderas en sus manos, haciendo el movimiento más violento.

Como lo hicieron hace poco, Jungwon ya no necesitaba ser preparado y dilatado, pero aún no estaban en esa parte.

—J-Jay~

—Shh...— lo silenció —solo déjate llevar y le dio la vuelta para que de esa forma, poder ver el rostro de Jungwon mientras proseguían.

—Eres....

«...»

—¡Ah!— los gemidos de Jungwon eran sonoros y agudos, claro, estaba sentado en el miembro de Jongseong, moviéndose como podía.

—Lo haces muy bien— Jungwon saltaba en su lugar, su menor llegaba hasta lo más profundo de él, tanto que como la noche anterior, la hombría contraria sobresalía en su blanco y plano vientre.

—S-se siente ¡Ah! ¡Se siente bien!— no podía pensar con claridad.

De pronto, el teléfono de Jongseong empezó a sonar, Heeseung lo estaba llamando, entonces se le ocurrió una idea.

—Silencio, ¿Si? no queremos que Hyung se de cuenta de esto— besó los labios de Jungwon —Y no pares, o tendré que castigarte— entonces besó su nariz.

—J-Jay, no contes-- — una mano tapó su boca impidiéndole hablar.

—¿Hyung?— Jongseong contestó a Heeseung que estaba en la llamada.

—Jay, ¿Está todo bien? llamé a Jungwon hace rato pero no me contestó ni los mensajes.

—Está bien— miraba a su lindo gatito que saltaba de manera constante sobre su miembro —Está un poco enfermo, tal vez por eso no revisó su teléfono— Jungwon seguía saltando sin parar mientras tapaba su boca con sus propias manos.

Unos cuantos saltos más fueron la causa de Jungwon para que termine corriéndose en medio de sus abdómenes, entonces paró de saltar, estaba agotado.

—¿Está contigo?

—Así es, Hyung, está al frente de mi.

Mientras tiene sexo conmigo.

—¿Puedes pasarle el teléfono?— Heeseung se quería asegurar de que Jungwon estaba bien.

—Claro— miró a Jungwon —Jungwon Hyung— habló como si nada estuviera pasando —Heeseung Hyung quiere hablar contigo— y aunque Jungwon negó, Jongseong susurró un "atiende el teléfono" y lo sostuvo de todas formas.

—Hyung— Jungwon habló lo más estable que pudo.

—Jungwon, ¿Estás enfermo? ¿Por qué no contestas ni mis mensajes ni los de Ni-ki?— el mayor del grupo cuestionaba.

—Hyung, verá—— sus palabras se cortaron al ser embestido con bastante fuerza —Y-yo...— reprimía todos sus quejidos en su garganta.

Detrás de la llamada se escuchó un "Dame el teléfono", ahora Riki estaba al habla.

—Jungwon Hyung, ¿Estás bien?

—¡Ni-ki!— contestó aferrándose al cuello de su menor —E-estoy bi-bien.

—¿En serio? porque tu voz no parece estar bien.

Jungwon golpeó un poco el pecho de Jongseong para que se detuviera y poder contestar bien, pero Jongseong solo respondió un "Te dije que no pararas y no hiciste caso" y continuó con las embestidas.

—En verdad...— tomó aire —estoy bien... muy bien.

—Bueno... Llegaremos pasado, dile a Jay hyung que te cuide— y colgó la llamada.

Jungwon soltó el teléfono sintiendo como pronto volvería a correrse, su interior se movía, todo estaba siendo estimulado.

—Po-podrían ¡ah! Haberse da-do cuenta— Jungwon enredó sus dedos en el cabello de Jongseong.

—Pero no lo hicieron ¿o sí?— abrazaba con fuerza el pequeño cuerpo de su mayor, una y otra vez, empujaba sus caderas para poder sentir más de esa deliciosa fricción.

—¡Cállate!— no podía procesar sus propias palabras como para procesar las de Jongseong, lo besó para callarlo, silenciar sus palabras.

Jongseong sonreía mientras embestía a su lindo Hyung, tan adorable y pequeño, su piel tan delicada como porcelana y blanca como la leche, todo en él era rosa, desde sus mejillas hasta la punta de sus pies, sus manos pequeñas que trataban de aferrarse a algo y sus caderas que se movían esperando poder por fin tener ese necesitado orgasmo.

—Aún no— Jongseong vio que su lindo Hyung estaba por correrse así que tomó su miembro y con su pulgar tapó la punta para que así no pueda liberarse.

—P-por favor— rogó con sus piernas temblando —Por favor....— necesitaba correrse.

—Aún no— quería que se vengan juntos.

Varias embestidas que torturaban a Jungwon pasaron entre pedidos y lágrimas.

—Jay— sus ojos lloraban, de tantas sensaciones en su cuerpo —Yo... por favor...

—Oh, mi lindo Hyung... solo tienes que ser paciente.

Unas cuantas embestidas más para que Jongseong deje su semilla dentro del cálido y apretado interior de Yang, soltando su miembro para que se vengan al mismo tiempo.

—Tú...— Jungwon estaba tan cansado.

—Solo me corrí una vez, Hyung.

—Ajá...— su respiración era agitada.

—Aún no te duermas— lo dejó bajo él besando su mejilla.

—¡Espera!

𝙄𝙉𝙎𝙊𝙈𝙉𝙄𝙊 » 𝙅𝘼𝙔𝙒𝙊𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora