Temática: Ghosts
Categoría: fluff
Advertencias: mención de asesinato
Xingchiu no sabía bien qué hacía ahí, en medio del cementerio. Sabía que su amigo era un amante de lo paranormal, y que él había contribuido bastante en aquel pasatiempo. Sin embargo, no esperaba que Chongyun le mandase a buscar fantasmas y demonios personalmente.
—¿Y por qué no vienes conmigo? —Le había preguntado Xingchiu a Chongyun, poco antes de encaminarse hacia el cementerio.
—Lo siento mucho, de verdad —respondió el chico de cabello claro, mostrándose visiblemente decepcionado—. Hace demasiado calor, y salir al cementerio con este clima...
Xingchiu lo entendía, y sabía que Chongyun no le había mandado ahí con malas intenciones. Tan solo estaba desesperado por algo de trabajo, y su positividad congénita le impedía ir él mismo a buscarlo.
Por ello, sin apenas quejarse, el joven se había dispuesto a tomar una mochila con comida, una linterna y agua, y se dirigió al cementerio local. Tan solo tenía que quedarse quieto en un espacio y marcharse de ahí antes de que algún enterrador le descubriese. No es que quisiera criticar el trabajo de Chongyun, pero él no creía tan fervientemente en lo paranormal.
Para ser honesto, nunca se había encontrado con un fantasma o con un ente que fuese más allá de la comprensión humana, por lo que su vasto conocimiento sobre ellos se basaba en todas sus lecturas. Ahora, sin embargo, sentía que algo iba mal.
El cementerio, casi siempre silencioso y repleto de una calma fantasmagórica, aquella noche parecía más pesado, asfixiante. Al sentarse en uno de los bancos más cercanos a la entrada, notó una brisa extraña chocar contra su cuello. No le dio mucha importancia, atribuyéndole la culpa al viento que hacía aquella noche, pero unos minutos después, estuvo seguro de haber visto una silueta cerca de él.
El joven se quedó quieto en el banco, agudizando todos sus sentidos. ¿Quién podría andar en el cementerio tan tarde? Él tenía la excusa de estar buscando demonios, pero no podía imaginar a alguien más que quisiera pasar su rato en ese fúnebre terreno.
Otra brisa golpeó su cuello, esta vez con más fuerza, y su corazón dio un brinco al notar cómo la silueta que le parecía haber visto ahora aparecía frente a él.
Esa silueta eras tú. Xingchiu sabía bastante sobre ti, y no porque fuese tu amigo o acostumbrara a hablar contigo, sino porque te había visto en las noticias. Habías desaparecido hacía unos meses, y nadie había sido capaz de encontrarte, ya fuese tu cuerpo vivo o muerto, y ahora, de la nada, acababas de aparecer frente a él.
—¿Qué haces aquí? —Como si tu desaparición de la ciudad no fuese un tema de gran importancia, te dirigiste a Xingchiu, esbozando una pequeña sonrisa—. El cementerio no es un buen lugar para dormir.
El joven se quedó sin palabras. Cuando decidió ir al cementerio en búsqueda de entes, no esperaba encontrarse contigo. Pero, si estabas tan cerca de la ciudad, ¿por qué nadie te había encontrado todavía? ¿Por qué parecía como si no te importase regresar con tu familia?
—¿Estás bien? ¿Puedes hablar? —preguntaste, pasando tu mano ante su rostro.
Él, confundido, trató de tomarte de la muñeca, solo para que sus dedos traspasaran tu brazo.
—Tú...
—Sí. Soy un fantasma. Genial, ¿no?
Xingchiu notó una cierta melancolía en tu voz. Resignación, más que nada. Él no sabía qué le sorprendía más: que los fantasmas existían, o que tú justamente hubieses aparecido frente a él.
—¿Por qué estás aquí? Si yo te puedo ver...
—Escúchame —dijiste tú, cortando sus palabras—. Necesito tu ayuda, y la de tu amigo. Lo he visto algunas veces en el cementerio, y sé que es un exorcista.
—¿Chongyun?
—Ese mismo —contestaste, clavando tus ojos, que habían perdido su color para pasar a verse traslúcidos, en los suyos—. No sé quién soy realmente. Solo sé que morí y ahora no puedo ir al otro lado.
—¿Has perdido tus recuerdos? —dudó Xingchiu.
—Si supiese quién soy, hubiese visitado a mi familia hace tiempo. Pero no puedo hacerlo, y por eso mismo necesito que me ayudéis. Tú y tu amigo sois los únicos que podrían hacerlo.
Xingchiu se quedó en silencio durante unos segundos, pensando sobre las posibilidades de que estuviese soñando. No entendía cómo era posible que, de la nada, un fantasma le estuviese pidiendo ayuda. No sentía temor alguno, pues tu presencia era más tranquilizadora que otra cosa, pero sí que sentía una tristeza profunda en su corazón, un pesar surgido del hecho de que habías muerto tan joven y, además, parecía que el destino te había condenado a aquel solitario plano entre la vida y la muerte.
Así pues, entendía cómo era posible que un exorcista pudiese serte de ayuda, y, siendo él el mejor amigo del susodicho, también podría ayudarte. Aunque aquello fuese un simple sueño, ¿por qué no ayudarte? ¿Por qué no tratar de otorgarte la paz? Tu cuerpo fantasmagórico parecía exhausto, y no podía ni imaginar la tortura que deberían haber sido esos meses en los que no te habías podido comunicar con nadie. No le deseaba aquel sufrimiento ni a su peor enemigo, a decir verdad.
—Está bien. Cuenta con nosotros.
En ese momento, tú sonreíste, y, por un instante, Xingchiu sintió que notaba ciertos atisbos de vida en tu rostro. Solo esperaba que, con su ayuda, pudiese verte sonreír de ese modo muchas veces más.
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AUgust [Genshin Impact x lector/a]
Fanfic¡Bienvenidos y bienvenidas! Como bien dice el título, este libro será una recopilación de drabbles y one-shots siguiendo la temática de AUgust con los personajes de Genshin Impact, tanto hombres como mujeres, y tú, la querida persona que está leyend...