Temática: Space Academy
Categoría: angst
Advertencias: muerte
El fin del mundo estaba por llegar. La Tierra se había vuelto inhabitable, y miles de criaturas de todos los tamaños y apariencias habían hecho de ella su dominio.
Eso mismo había llevado a los habitantes más ingeniosos a colonizar otros planetas similares a la Tierra, ansiosos de poder aprender todo lo posible sobre la civilización alienígena para poder regresar a su planeta de origen.
Tú no juzgabas aquellos deseos, porque formabas parte del grupo colonizador, y era innegable que la forma en que habíais sido expulsados de vuestro planeta era realmente injusta. Aquellas especies alienígenas se habían adueñado de la Tierra como si fuese una actividad frecuente para ellos.
Era inaceptable, y por ello te habías unido a la Academia Andrómeda para poder formarte como combatiente. Eso sí, tu progreso hasta ahora... Podría haber sido mucho mejor.
Las artes del espacio no eran como luchar en la atmósfera terrestre. Podías usar todo tipo de estrategias para esquivar o para terminar con tu oponente, ya fuese con rayos láseres, tecnología extraterrestre o sables que podían atravesar a los enemigos con una facilidad sorprendente, incluso si su carne era mucho más dura que la de los humanos al pertenecer a otra especie.
Por lo menos no todas las especies alienígenas eran agresivas, y las había que parecían tenerle piedad a los terrestres por lo sucedido en vuestro planeta natal. Y, al parecer, esos extraterrestres no eran tan diferentes a los tuyos. Su apariencia se asemejaba a la humana, con la diferencia de que poseían habilidades elementales y sus orejas puntiagudas se asemejaban a la de los elfos.
Incluso lograste que uno de ellos se volviese tu mejor amigo (aunque tú te habías enamorado de él, pero eso era un secreto, después de todo), cambiando radicalmente tu manera de ver a las criaturas de otros planetas. Aunque en un inicio pensaste que todos tenían un deseo imperioso de arrebatar a los demás lo que más amaban -en tu caso, la Tierra-, Venti, que era como se llamaba aquel extraño extraterrestre, logró rectificar tu punto de vista.
Venti era uno de tus compañeros en la Academia Andrómeda, un extraterrestre de la especie Arconte, aquellos mismos que tan semejantes eran a los humanos.
Al principio solamente lo viste actuar en alguna que otra clase de lucha, luciéndose con armas a distancia, y pronto decidiste hablarle para pedirle consejo sobre tus estudios. Él se mostró amable y agradable contigo, enseñándote a pelear con más destreza, y pronto dejaste de hablarle solo para pedirle ayuda y te amistaste con él.
Siempre creíste que, una vez lograseis recuperar la Tierra, podrías invitarle a pasar algún tiempo en tu casa y mostrarle las maravillas del planeta en que te habías criado. Incluso si ahí las estrellas no se podían ver con tanta facilidad, él parecía emocionado ante la idea de conocer de dónde habías salido tú.
Entonces, la guerra inició. Al parecer, el resto de los humanos que se habían estado entrenando estaban convencidos de que ganarían, y además, contaban con los Arcontes para ayudarlos. Incluso Venti se había sumado a la lucha, prometiéndote que te protegería en caso de que alguno de las bestias que se habían apoderado de la Tierra tratase de dañarte.
Pero las cosas no fueron bien. En la guerra siempre habrá muertos, eso es algo de lo que te habías concienciado antes de tomar el arco que Venti te había obsequiado.
—Hey, mírame —dijo Venti.
Su voz sonaba débil, y sus labios estaban manchados de sangre.
—No puedo —negaste—, sabes que no puedo.
Una sonrisa surcó su ensangrentada boca, y su tos adolorida te hizo mirarle a los ojos de una vez por todas.
—Estás demasiado pálido —dijiste, notando las lágrimas en tus ojos.
—Podría ser peor.
—¡Es peor, Venti! ¡Mírate! —No te importó que tu grito llamase la atención del resto de tus aliados.
La lucha había acabado. Los extraterrestres invasores habían sido vencidos por los humanos, y ahora la Tierra volvía a ser habitable. Sin embargo, eso no te importaba ahora. Lo que más querías era mostrarle tus zonas preferidas a Venti, pasear con él junto a la playa e ir a dar paseos nocturnos lado a lado.
Pero ahora, eso era un simple sueño frustrado.
—Oye, debes admitir que la herida es absolutamente genial —dijo él, forzando una risa—. Parezco un guerrero de verdad.
—Es que lo eres. De no ser por la ayuda de los vuestros, nosotros... Eres un héroe, Venti.
Su mano detuvo tus palabras, y notaste cómo el chico se esforzaba por levantar su rostro. Tu mundo se detuvo en el momento en que sus labios se unieron con los tuyos, y aunque el sabor metálico de la sangre te hubiese echado para atrás en otras circunstancias, no pudiste evitar fundirte en aquel fugaz beso que tanto tiempo habías deseado.
—Es una lástima —dijo al separarse—, realmente quería ir a la playa contigo.
—Venti, por favor, quédate conmigo.
—No puedo. Sabes que lo haría, pero...
Cerraste tus puños con impotencia, notando cómo tu mundo se tambaleaba a la par que Venti cerraba sus ojos, vencido por el agotamiento y la pérdida de sangre.
—Debería haberlo hecho antes —sus palabras apenas se escucharon, pero tú le escuchaste, y notaste que su cuerpo cada vez se helaba más.
—¿Hacer el qué?
Su cuerpo finalmente se quedó inmóvil, y su respiración se cesó por completo, pero de sus labios moribundos salieron las palabras que tanto anhelaba decir y que tú tanto deseabas corresponder.
—Decirte que te amo.
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AUgust [Genshin Impact x lector/a]
Fiksi Penggemar¡Bienvenidos y bienvenidas! Como bien dice el título, este libro será una recopilación de drabbles y one-shots siguiendo la temática de AUgust con los personajes de Genshin Impact, tanto hombres como mujeres, y tú, la querida persona que está leyend...