Prólogo.

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Durante años había estado para ella.

Por y para su bienestar, por su felicidad, por su cariño, solo a la espera en tener aquella preciosa oportunidad.

¿Era mucho pedir que se fijará en el?

Al parecer para ella si.

Primero empezó con aquel rubio despreciable, que solo termino utilizándola para acercarse a su hermano, vaya hipócrita de su parte el cuidarla y estar a su lado sin falta después de terminar su relación.

Pero el quería su oportunidad.

Y claro que la obtendría, no se detendría, ni por nada ni por nadie.

¿Que más daba que ella se hubiese decepcionado de el antes?

Podía demostrarle que podía cambiar.

¿Que más daba que incluso se haya olvidado de él?

Podría recordarle quien era y asegurarse de que jamás lo olvidará.

¿Que más daba si no era su primer hombre?

Mientras fuera el último de todos.

¿Que más daba si estaba embarazada?

El podía hacerle más hijos, unos más perfectos, hermosos y sobre todo, de ellos dos.

¿Que más daba si tenía ahora un estúpido novio que siempre estaba alrededor de ella?

El podía hacerse cargo de ese maldito que toco lo que era suyo por derecho.

Pero primero debía encargarse de lo que su madre le pidió.

Claro, no podía esperar más tiempo, suficiente tiempo había perdido cuando se fue del país por años a estudiar por no poder hacerlo cerca de su madre y su objetivo, culpa del maldito rubio del cual se encargaría después.

Pero ahora tenia otras cosas que hacer.

1. Cumplir el deseo de su madre.

2. Qué debería ser la primera meta....

Obtener a la dulce y tierna México y hacerla suya por completo.

Sobreviviendo a la verdad. RUSMEX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora