Sobreviviendo a la verdad. RUSMEX

Capitulo 11

- Me saludan a Ale y a mi jalapeño - dijo México feliz mientras abrazaba con fuerza a Rusia.

- Ok, yo les digo, pero Taquito, ya suelta al comunista, volverá en un rato más - río USA al ver cómo México se negaba a soltarlo.

Rusia sonrió cuando México negó con la cabeza como niña pequeña y se aferró más al torso del albino que solo le dio un beso en la coronilla como respuesta.

- ¡Patrona! ¿Quiere pozole? - la voz de Ana desde dentro de la casa logro que México por fin soltara a Rusia y, olvidándose de los que había dejado en la entrada, corrió dentro de la casa.

- ¡No corras, los bebés! - le alcanzó a decir Rusia mientras USA y Perú se reían de ver a la embarazada correr a su ritmo como niña pequeña. Rusia suspiro resignado y miro a Brasil que sonreía divertida - cuídala, porfavor, solo será un rato.

- No te preocupes, aquí la cuidamos, en un rato más llega Toño del encargo que le pedí, entonces Mex estará bien aquí - dijo Brasil segura.

- Paso en un rato más por ella - se despidió Rusia mientras USA y Perú volvían ya al auto del rubio donde FBI e Interpol los esperaban.

- Aún me deben la explicación del porque no se puede quedar sola ¿Eh? - soltó Brasil logrando que Rusia se detuviera a medio paso, se volviera un segundo y asintiera seriamente para luego volver hasta su auto con KGB y FSB que lo esperaban también.

Brasil cerro la puerta cuando vio ambos autos partir y camino hasta la cocina donde se escuchaban las voces de México y su cuñada. Cuando Perú le llamo preguntando si estaba en casa y si podía dejar a México con ella se sintió como si Maya le encargará a alguno de sus primos pequeños, al parecer, en casa de España no había nadie y por eso la llevaron con la excusa de "ver a Toño y a Ana" México se dejó hacer sin protestar y sin preguntar a dónde iban, estaba muy concentrada en mejorar su puntuación del juego en donde KGB le había ganado su mejor récord.

Brasil sentía el peso de la preocupación al notar la seriedad en los rostros de las rusas que habían venido con Rusia y México y normalmente, USA no andaba con FBI e Interpol a todos lados, además de que México le había dado la queja de que ahora tenia no solo de niñeras a dos "niños" que ella misma podría cuidar, si no a un par de rusas que parecían sacadas de la era socialista de la union soviética, algo estaba pasando en torno a su prima y no era del todo bueno.

- ¡Bras! ¿Me puedo llevar a mi chamaca a mi casita? - dijo México con emoción - quiero que me haga pozole a diario - sonrió feliz mientras Ana se reía sentandose a su lado.

- No, nada de pozole diario, te hace mal - dijo Brasil segura de si misma, sentandose al lado de su prima que la vio completamente ofendida - mejor vienes y aqui comes de lo que ella preparo ¿Cómo ves?

México se lo pensó un poco y después asintío feliz antes de volver a prestar atención a su comida como si fuese lo único que importara, Ana sonrió y comenzó a comer con ella mientras Brasil veía a su prima comer como una niña. Esa castaña que le cuidaba cuando eran niños, que se peleaba a puño limpio con quién la llegará a molestar, que cuidaba de todos ahora tenia que ser cuidada, era hora de devolver todo lo que México había hecho por ella en su transición.

- ¿Tu no comes? - dijo México viendo a su prima con los labios manchados de la comida como una niña pequeña.

Brasil sonrió mientras tomaba una servilleta y le limpiaba la boca.

- Come primero - dijo Brasil sonriendo - voy a esperar a Toño y como con el.

México asintió conforme y siguió comiendo con emoción.