Especial Día de Muertos 2022

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- Sigo cruzando ríos
Andando selvas, amando el sol
Cada día sigo sacando espinas
De lo profundo del corazón
En la noche sigo encendiendo sueños
Para limpiar
Con el humo sagrado, cada recuerdo.

Sus pequeños pies infantiles bajaban escalón por escalón haciendo que sus pequeñas pantuflas tejidas en forma de ajolotes aparecieran a la vista poco a poco. Con una infantil sonrisa, cabello despeinado, cubierta por una manta color morado y bordada, en pijama y atraida por el sonido, bajaba una pequeña de 8 años.

- Cuando escriba tu nombre en la arena blanca, con fondo azul
Cuando mire el cielo en la forma cruel
De una nube gris, aparezcas tú
Una tarde suba una alta loma
Mire el pasado, sabrás que no te he olvidado.

La niña se acercó a la mujer de cabello azabache que sentada en un columpio tocaba la guitarra que la pequeña habia llenado de calcomanías y dibujos, los ojos esmeralda de la mujer se abrieron y enfocaron a la pequeña que le sonreía emocionada, sacandole una sonrisa divertida a ella. Aparto un poco la guitarra de su cuerpo y la niña entendió enseguida, subiendo a las piernas de su madre que acomodo de vuelta el instrumento en sus piernas y continuo tocando.

- Yo te llevo dentro
Hasta la raíz
Y, por más que crezca
Vas a estar aquí
Aunque yo me oculte tras la montaña
Y encuentre un campo lleno de caña
No habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas.

La pequeña de ojos ambar sentía su piel estremecerse con cada nota que su madre emitía, haciendo callar a los mismos cenzontles para poder apreciar su canto.

- Pienso que cada instante sobrevivido al caminar
Y cada segundo de incertidumbre
Cada momento de no saber
Son la clave exacta de este tejido
Que ando cargando bajo la piel
Así te protejo
Aquí sigues dentro.

Un pellizquito en la nariz respingada de la niña la hizo reír.

- Yo te llevo dentro
Hasta la raíz
Y, por más que crezca
Vas a estar aquí
O que yo me oculte tras la montaña
Y encuentre un campo lleno de caña
No habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas.

La pequeña movia la cabeza al son de la musica, viajando a otro plano donde solo la voz de su madre la guiaba por un campo entero de flores.

- Canta conmigo, mi amor - pidio la mujer mientras seguía tocando y la niña asintió feliz.

- Yo te llevo dentro
Hasta la raíz
Y, por más que crezca
Vas a estar aquí
O que yo me oculte tras la montaña
Y encuentre un campo lleno de caña
No habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas
Que tú te vayas.
Oh-uh-oh, uh-uh-oh, oh-oh
Oh-uh, oh-oh
Oh-uh-oh-oh
Oh-uh, oh-oh

La mujer sonreía feliz, la voz melodiosa infantil y si voz ronca se unían en armonía casi perfecta, aquellos momentos eran los que más amaba, compartir su pasión con su pequeña era lo que mas disfrutaba. 

- Yo te llevo dentro
Hasta la raíz
Y, por más que crezca
Vas a estar aquí
O que yo me oculte tras la montaña
Encuentre un campo lleno de caña
No habrá manera, mi rayo de luna, que tú te vayas.

La ultima nota fue tocada y la mujer abrazo a la niña contra si hundiendo su rostro en su cuello para hacerla reír a carcajadas pataleando feliz.

- Hoy se come pan de muerto, Tenoch - informo la mujer al alejarse de la pequeña y la castaña volvio la vista hacia su madre abriendo los ojos en grande.

Sobreviviendo a la verdad. RUSMEX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora