No me llevó mucho tiempo convencer a Jennie para que me dejara ir con ella a BouAzzer, el sábado por la noche, cuando supe que Somi y su grupo tocarían allí. Somi le había llamado por teléfono el jueves a media mañana y Jennie le atendió desde su tumbona, próxima a la mía. Volvía a hacer un día inusual para ser pleno invierno y Jennie quería disfrutarlo al aire libre. Le dije que podíamos ir a la playa por si le apetecía darse un paseo, pero me dijo que no. En su lugar dispuso las tumbonas con las mullidas colchonetas en mitad del jardín y allí pasamos prácticamente todo el día. También comimos en el jardín, aprovechando la sombra que nos ofrecía una palmera. Cogió mi libro de texto y comenzó a leer un nuevo temario en voz alta. Llevaba toda la mañana estudiando conmigo, repasando temas ya dados y explicándome dudas que surgían en los nuevos por no haber asistido a clase.
-¿No estás cansada? - preguntó aprovechando una pausa.
-¿Lo estás tú? - me miró con sus gafas de lectura. Volví a sus piernas cruzadas, al hipnotizador balanceo de su pie descalzo mientras le escuchaba.- ¿Quieres dormir un poco?
-Contigo.
-De acuerdo, duerme un rato y luego seguimos.
-Contigo - repetí con la vista posada sobre su precioso pie y el dibujo de su puente.
Su silencio hizo que mis ojos ascendieran por su cuerpo tumbado hasta encontrarme con los suyos.
-¿Eso es un no?
-Eso es que tú duermes un rato, yo me callo y te dejo dormir.
-O sea, un no - confirmé. Sus labios estuvieron a punto de sonreír, pero logré controlarlos. Recorrí de vuelta el camino por su cuerpo hasta el pie, que continuaba con aquel balanceo.- Sigamos entonces.
-Me parece bien que quieras descansar, llevamos todo el día.
-Te vas a quedar sin voz - apunté antes de recostarme de lado, dándole la espalda. Cerré los ojos. Echaba de menos su proximidad, que me abrazara como el día anterior, pero era obvio que ella a mí no me echaba de menos. No obstante, había dedicado todo el día a estudiar conmigo, empeñada en que no me quedara rezagada por mi ausencia a la facultad.- Jennie- la llamé cuando la oí levantarse de la tumbona.
-¿Sí?
-Muchas gracias por estudiar conmigo.
-De nada, boba.
Supe que se alejaba cuando escuché sus pisadas sobre el césped. Después, sus pasos se perdieron dentro de la casa y dejé de oírla.
-¿Estás dormida? - preguntó cosquilleándome la cabeza.
Entreabrí los ojos y la vi a mi lado. Era la primera vez que Jennie me tocaba desde que llegáramos a su casa por la mañana.
-Anda, ven, échate mejor en la cama.
-Aquí estoy bien, gracias - volví a cerrar los ojos.
-Aquí te vas a enfriar. ¿Tienes mucho sueño? - asenti perezosa. -Ojalá pudiera llevarte en brazos, pero no puedo. Haz un esfuerzo, yo te ayudo - negué con la cabeza.- Aquí no puedes quedarte - susurró retirándome el pelo de la cara.
-Sí que puedo.
-¿No querías dormir conmigo?
-Sí - abrí los ojos de golpe.
-Pues ven.
-Pero tú no querías, ¿no te acuerdas?
-He cambiado de opinión.
-No te creo - comenté escéptica, poniéndome en pie. Caminé agarrada a su mano, que tiraba de mí y me iba dirigiendo por toda la casa. Entramos en su habitación. había abierto la cama y varios almohadones esperaban acogedoramente contra la cabecera.- ¿Tanto se me nota? - pregunté adormilada cuando me senté en el extremo de la cama al que me había llevado.

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JENNIE
FanfictionUn accidente lleva a Lisa ingresar en la clínica donde trabaja Jennie, médico que se encarga de la recuperación de la joven. desde el primer momento nacerá una especial fascinación por parte de Lisa, que está acostumbrada a conseguir lo que quiere...