Los gritos se hicieron presentes y John aún más orgulloso levanto su Título entre sus brazos. Rusev solo observaba la escena impasible y algo furioso. Al parecer no había sido muy mala idea salir con Nathaly junto a él como pensó que sería al principio, Bryan había sido muy insistente con aquello. ¿Razón? Aun no tengo idea. Él tenía sus motivos eso era verdad.
John tomo la mano de Nathaly acercándose al ring. Ella realmente se veía preciosa, es que su hija lo era. Se podría decir que se sentía orgulloso de ser padre de una adolescente hermosa e inteligente como lo era Nathaly. Vestía y se veía adorable con ese vestido en corte A hasta cuatro dedos más arriba de sus rodillas, de color verde menta junto a una chaqueta de color azul marino fuerte que la protegía del frio de Chicago (donde se encontraban ahora) y junto a estos unos converse azules al igual que el color de la chaqueta. Simplemente estaba siendo ella misma junto a su cabello suelto en un lizo natural.
John se acercó a los mesa de comentaristas donde dejo a Nathaly a su cuidado. Ellos asintieron deseándolo suerte. Nathaly les sonrió antes de tomar asiento en una de las sillas junto a ellos. Uno de los comentaristas; Carlos Cabrera, le entrego unos Audífonos con Micrófono.
- Gracias – murmuro un tanto insegura.
- Para los fans Latinoamericanos de la WWE, tenemos junto a nosotros a la hija de John Cena.- hablo un animado Carlos Cabrera ganándose una sonrisa de parte de ella.- esto viví para verlo.
- Es un gusto conocerte.- entrelazaron sus manos saludándose. Saludo de igual forma a los demás comentaristas de la mesa, de nombres: Jerry Soto y Marcelo Rodríguez.
- Se de alguien que le hubiera gustado conocerte.- menciono el Colombiano. Nathaly aun sonriendo frunció ligeramente el ceño.
- ¿ah sí? ¿Quién sería esa persona?
- Hugo Savinovich, ex compañero de trabajo y comentarista de la WWE- respondió Carlos con algo de nostalgia.- fue un gran amigo y lo sigue siendo.
- Me hubiera gustado conocerlo.
John aun con su energía al máximo se acercó al ring con su título sobre su hombro. La música seguía sonando llenando cada rincón de las instalaciones. Hoy no solo estaba en juego su título, también su reputación que sería rebajada si perdía esta noche y claramente no lo haría. Claro que no. Se había preparado, se sentía listo, nada arruinaría esa noche.
Una vez dentro del ring empezó a presumir de su Título y fuerza al igual que lo había echo Rusev minutos antes. El árbitro se acercó a ellos llamando la atención de ambos luchadores. Ambos se acercaron al centro de ring donde Rusev entrego la cadena con unas correas de cuero que se encontraban al principio y final de esta, al árbitro. Este último, coloco primero la primera correa de cuero en la muñeca de Rusev donde contenía una bandera rusa para luego colocar la otra en una de las muñecas de John que contenía una bandera estadounidense.
Dando así inicio a la pelea.
Nathaly hacia muecas de dolor cada vez que su padre era golpeado fuertemente, incluso ella estaba sufriendo viendo a su padre hacer lo que más le gusta. Definitivamente no era algo agradable ver a un padre siendo apaleado por un luchador profesional. Definitivamente no. Aun así Nathaly seguía dándole su apoyo, tratando de que la pelea no le afectara tanto como lo estaba haciendo. Incluso, aunque no es fanática ni apoya la violencia, gritaba emocionada cuando su padre golpeaba a Rusev.
Por inercia llevaba su mano sobre sus labios por sorpresa cada vez que ambos recibían golpes. Sinceramente ahora veía por qué su madre nunca le dejaba ver programas violentos o Fox Sport. Aun así la adrenalina seguía ahí presente. John parecía algo desconcentrado...para ser más claros, lo estaba. No paraba de mirar o echar un vistazo a su hija, que no quería que nada de lo que sucediera esa noche la afectara, pero al parecer... le estaba afectando a él.
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Aprendiendo a ser Padre. «John Cena»
Roman pour AdolescentsQuien diría que el grandioso John Cena seria padre de una adolescente. Ni el podía creerlo y mucho menos los medios de comunicación. Ahora es cuando tendrá que utilizar todo su fuerza para soportar la dura tarea de ser uno. ¿Quien dijo que cuidar a...