Capítulo 23: Encuentros, Amistad y Preguntas.

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...
Cena frunció su ceño. Nathaly se había quedado básicamente congelada con su vista en otro lugar. Chasqueo sus dedos frente al rostro de ella pero solo consiguió que parpadeara. Quiso girar para ver que era esa que la había dejado perpleja pero antes de hacerlo, Nathaly había tomado su cara impidiéndoselo.

- Deberíamos invitar en otra ocasión a Nikki a este lugar, ¿no crees?

-          Me parecer una gran idea - concordó con ella...olvidando completamente su intención de antes. Eso alivio a Nathaly.- A Nikki le encantan estos lugares, seguramente la comida le fascinara.

-          Espero que si.- sonrió nerviosamente. El chico de la otra mesa le hizo una seña. Esta frunció el ceño confundida, ¿Qué diablos significaba?

-          ¿sucede algo? - rápidamente regreso su atención a Cena quien bebía de su vino. ¿Cómo la haría ahora?

-          Sí, todo bien... me preguntaba donde quedaba el baño - se golpeó mentalmente. Típica y tonta escusa. John levanto sus cejas.

-          Le preguntare a Dylan - John empezó a llamar al mesero. Nathaly volvió al chico de ojos mieles que le hablaba entre dientes. ¡Ja! Como si ella pudiese escucharlo. Trato de darle señales de que no entendía pero todo era en vano.

-          He, Nathaly - se sobresaltó. - Dylan te acompañara, ve con él.

-          Claro, ah...ahora regreso. - John asintió.

Junto con Dylan se alejaron de la mesa donde había estado sentado segundos antes. Dylan señalaba algunos de los lugares del restaurante como el bar, la cocina, el salón principal, etc. Aun todo resultaba fascinante su concentración e interés se centraban en algo diferente.

Al pasar por la mesa del chico de ojos color miel le hizo una seña para que la siguiese. Este asintió un tanto confundido. Nathaly paso por la mesa ocultándose de la mejor manera de las personas que se encontraban sentados junto al chico. Todo parecía complicarse, nunca pensó que esto pasaría. Pero bueno, después de todo...CHICAGO no es tan grande como pensábamos.

Llegando al tocador de damas, Dylan se despidió de ella sin antes haberse asegurado que ella sabría cómo regresar a su mesa sin él. Nathaly solamente asintió. Observo la puerta de madera un momento, no entraría ahí...eso es seguro, solamente esperaba que llegase ese pequeño intruso de ojos ambarinos. Justo cuando pensó que no llegaría fue sorprendida siendo casi arrastrada a un pequeño cuarto.

De seguro el cuarto de limpieza, era lo más lógico después de haber chocado accidentalmente con un escoba haciéndola caer. Su respiración era jadeante debido al susto, no podía ver nada y ya se imaginaba la peor. Quería gritar pero antes de hacerlo la luz fue encendida dejando a la vista un hermoso joven de ojos ambarinos y cabello del mismo color, su rostro al igual que el de ella reflejaba sorpresa y desesperación. Quería golpearlo...eso aria.

-          Eres un estúpido, ¿Cómo te atreves asustarme así? - le reclamo. Este solo frunció su ceño como si ella estuviera loca.

-          Oh, disculpa la próxima será más cuidadoso.- fue sarcástico.

-          Déjate de tonterías, ¿Qué diablos ases aquí? - exigió. El solamente se cruzó de brazos apoyando se espalda contra la dura pared.

-          Mi hermana se acaba de comprometer, y bueno... la familia del novio quiso venir a celebrar en una de las mejores restaurantes de la cuidad.- explicó como si nada.

-          ¿Corina se comprometió? - no fingió en demostrar sorpresa.

-          Ah sí, hace dos días...es de lo único de lo que se habrá en casa.- se encogió de hombros.

Aprendiendo a ser Padre. «John Cena»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora