Capítulo 30 : El Mejor Amigo.

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John veía desde el umbral de la puerta a su hija dormir. Parecía tan tranquila y serena. Sonrío al ver como la pequeña mascota y ella se aferraban entre si. Se imaginaba a su adolescente hija en sus años de niñez. Hubiese querido estar ahí para verla dormir después de que leyera algún cuanto infantil y para asegurarse de intimidar a cualquier monstruo que quisiese hacerle daño.

Hubiese preferido en pocas palabras recuperar todo el tiempo perdido para así compartir cada pequeños momentos de alegría y tristeza. Para ser el su héroe.

Nikki apareció a su lado y sonrío al igual de enternecida. Acaricio los brazos de John y colocó su cabeza sobre su hombro. Ambos mirando a Nathaly dormir abrazada a Blue.

- Cada vez se parece más a ti -John sonrío como todo padre orgullo.- ¿Crees que a ella le agrade tu descabellado plan? - John suspiro relajando sus hombros.
- Tengo fe en ello.
- ¿No crees que ella es como ese milagro que esperas después de días de estar perdido en un desierto? - preguntó Nikki inclinado un poco su cabeza para mirar los ojos de John que solo miraban a su hija.
- Ella es la lluvia en mi desierto- Nikki sonrío y negó divertida.

Poco a poco John estaba acostumbrándose mas de lo debido a la niña que tenía frente a sus ojos.

¿Eso?... ¿Eso era bueno o malo?

•*•

El chico bufo y agito su cabello estando indeciso. Tomo aire y se prepare mentalmente para lo que vendría. La casa frente a él era en si, hermosa y con un gran diseño que llamaría la atención enseguida de cualquiera que pasara en frente de esta.

Coloco bien su mochila sobre su hombro y tomo el maletín del violín del suelo acercándose a la puerta de la gran casa.

Se preguntó seriamente si esto era una buena idea. No era muy usual en el tomar malas decisiones o por tener malas ideas. Él es esa clase de chico que evita dudar ya que sus planes son muy bien calculados y bien empleados. Y Nathaly era una clara testigo de ello. Por algo era un chico superdotado.

Seguro se ello y de que su tontería no era eso, una tontería. Toco el timbre esperándose que con el tiempo no arrepentirse de ello.

La puerta fue abierta y el cuerpo fuerte y de alta estatura se hizo presente. El hombre de grandes músculos frunció el ceño ante el joven que tenía en frente.

- Buenos días, señor Cena - saludo el ojos mieles.
- Buenos días - saludo un tanto desconfiado. Miro al chico y tenía al aspecto de todo un chico bastante diferente a los chicos despreocupados o con estilo deportivo de hoy en día.
Su forma de vestir le llamo la atención. Pantalones jeans un poco ajustados de color azul intenso, un suéter que de color chocolate que dejaba al descubierto el cuello de una camisa de color azul junto a una chaqueta de tela gris que llegaba un poco mas arriba de la mitad de sus muslos. Llevaba un sombrero en su cabeza del color de sus zapatos y su calzado, unos converse de color negro.

Viéndolo físicamente el era delgado (lo normal) y de cabellera lacia de color castaña miel, sus ojos tenían un color ámbar llamativo y su piel era un tanto blanquecina. La estatura, podía ser de la misma estatura que Austin. Aún así, Su rostro le parecía familiar. Además de tener uno que otro rasgo asiático.

- ¿A que se debe su visita a estas horas de la mañana, muchacho? - por inercia el chico miro su rolex y si, era demasiado temprano. Seis y diez minutos. El chico sonrío y negó divertido.
- Tal vez esto suene inadecuado e incluso imprevisto pero con su consentimiento desearía ver a Nathaly.

John parpadeo sin entender nada en lo absoluto. ¿Quién era ese chico?

•*•

Austin suspiro y se incorporó enseguida en su cama. Bufo y miro su reloj sobre el velador cerca de su cama... Volvió a bufar molesto cuando noto la hora.

Aprendiendo a ser Padre. «John Cena»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora