Aprendiendo a ser Padre. «John Cena»

Capítulo 28: Preocupaciones.

Con la manga de su abrigo limpio sus lágrimas y se concentró solo en caminar. No media el tiempo que llevaba haciendo lo mismo, simplemente quería alejarse del nuevo mundo que la rodeaba. En lo general estar sola, suele ser la mejor solución. O al menos eso es lo que muchos pensamos.

Sin darse cuenta, se había alejado de casa de John y mucho más de Austin. No solía ser buena con los sentimientos, mucho menos para expresarlos, sin embargo, resultaba doloroso el repetir cada una de las palabras de Austin en su cabeza, simplemente torturándose y recordándose a sí misma el por qué no debía enamorarse.

Con el paso del tiempo había olvidado tantas emociones que experimentarlas de nuevo, solo eran un triste recuerdo de lo que una vez fue. Siendo sumida en el dolor de los recuerdos se dejó caer en la fría madera de una banca.

Aunque el día resultaba hermoso en aquel parque, ella no veía eso reflejado, solo veía un mundo de color que se volvía gris con el paso de los segundos. Volvía limpiar sus lágrimas, enojada consigo misma por no haberlo previsto. ¿Por qué no lo vio antes? ¿Desde cuándo el empezó a quererla?

El viento soplaba fuerte, deslizándose por su cabello y sintiendo más frio del que ya sentía. Simplemente quería regresar el tiempo atrás, dejar a un lado todo. Simplemente olvidar que un absurdo plan existió.

Entonces observo entre lágrimas observo a una bella pareja que jugaba y reía entre ellos. Sonrió con cierta nostalgia. Aquella pareja se veía alegre y el parecía amarla tanto como ella a él. Ambos eran felices. De pronto las lágrimas fueron más frecuentes. Duele.

Una melodía interrumpió todo pensamiento negativo. Opto por ignorar, pero nuevamente aquel sonido volvió, entonces tomo su celular del bolsillo de su abrigo. Al observar el nombre registrado en la pantalla, dudo en contestar. Absorbió su nariz y limpio todo resto de lágrimas. Era ahora cuando necesitaba de cierta persona que la llamaba ahora por teléfono.

#Llamada Telefónica.

- ¿Hola?

- ¡Hola Querida! – dijo aquella vez energética- la mentó no haberme comunicado antes, la señal es escasa, no tienes idea de cuánto te extraño.- Esa voz. Sin pensarlo, las lágrimas se volvieron acumular.

- Yo también te extraño- su voz era entrecortada debido a las lágrimas contenidas. Su voz era apenas un hilo, teniendo un nudo en su garganta.

- Pequeña... ¿has estado llorando? – pregunto aquella voz preocupada. Ella negó.

- No, es la alergia.

- Te conozco desde que eres un bebe, cuando dices eso sé que algo sucede – sonrió con tristeza. La conocía demasiado bien.

- Estoy bien, es que te extrañado mucho en estas semanas – y no mentía.

- Yo también pequeña, muy pronto estaremos juntos de nuevo...dame unos tres semanas más.- suspiro- te prometo que todo será como antes.- ella sabía que no.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo, pequeña- ella negó. Ambos sabían que nada sería igual, aunque lo intentaran.- encontrare ese milagro y volveré.

- ¿puedes darme una fecha exacta?

- No podría pequeña, solo espera.- silencio.- me tengo que ir, te volveré a llamar pronto, te quiero.

- Yo también te quiero – y sin más ambos colgaron.

#Fin de llamada.