𝐗𝐗: 𝐋𝐨𝐬 𝐦𝐞𝐫𝐨𝐝𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬

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--¿Están listos chicos?  -preguntó un azabache de anteojos a sus dos amigos que estaban frente a él.

--Sí… es hora  -respondió el ojigris con entusiasmo, pero ligeramente nervioso. Su otro amigo más bajo que ellos igual asiente con cierto nerviosismo.

Así James, Sirius y Peter entraron al túnel que había debajo del sauce boxeador y una vez dentro se transformaron en los animales que habían conseguido adquirir al hacer el ritual para ser animagos. Desde que descubrieron que Remus era un hombre lobo descubrieron que si eran animagos podían acompañar a su amigo en sus transformaciones sin ninguna preocupación porque al ser animales no saldrían afectados, lo intentaron desde segundo año, pero sin éxito pues el ritual necesitaba mucha concentración y esfuerzo hasta hace un mes, en este quinto año, lograron completar el ritual y adquirieron la habilidad de ser animagos, fue algo difícil tratar de esconder que estaban intentando el ritual, pero por fin se pudo lograr.
James se había transformado en el animal más grande, comparado a sus amigos, era un ciervo rojo; le seguía Sirius que era un gran perro negro y al último Peter, que… bueno, logró transformarse en una rata, al menos lo había logrado.

Toda la noche estuvieron con Remus acompañándolo en la casa de los gritos y evitando que ocurriera algún incidente. Al día siguiente el castaño se encontraba despertando en la enfermería y lo primero que vió fueron unas siluetas algo borrosas, cuando terminó de despertar completamente distinguió las siluetas, sus amigos.

--¡Hola Remus!  -dijeron casi gritando James y Peter.

--Chicos… -dijo feliz, pero entonces no vió a Sirius entre ellos-.  ¿Dónde está Sirius?  -entonces un perro negro apareció y se sostuvo con sus patas delanteras en la cama en donde estaba Remus. El perro ladró, el castaño estaba confundido y los otros dos chicos tenían cara de que querían reírse.

--Canuto vuelve a tu forma humana antes de que madame Pomfrey vuelva  -regañó el de anteojos, el perro lo volteó a ver y le ladró, James por supuesto que no entendió, pero al ser Sirius seguro le reclamó. El perro bajó de la cama y ante los ojos de Remus volvió a su forma humana dejando ver al ojigris.

--¿Esto es un sueño? ¿El perro… Sirius? ¿Ca-Canuto?  -él castaño estaba más que confundido.

--Pudimos transformarnos en animagos… ¡Sorpresa!  -dijo Sirius haciendo un ademán con sus manos cuando dijo "sorpresa"-.  Ayer fue nuestra primera noche acompañándote en la casa de los gritos como animagos, seguro recuerdas un poco ¿No es así?, pues a partir de ahora todas las noches te acompañaremos y ya no sólo te esperaremos a unos metros del sauce  -Remus estaba alabado y sorprendido con lo que sus amigos pudieron lograr.

--Ustedes… son los mejores, esto que han hecho… es mucho para mí…

--Pff… ni de chiste, podemos hacer más cosas por ti si es necesario ¿O no cuernitos?

--Así es… espera… ¿¡Cómo me llamaste!? Yo me autonombre Prongs, no "cuernitos", es como si te dijera a ti "pulgoso".

--¿Pulgoso yo? Tengo todo menos pulgas, soy un perro desinfectado  -dijo el ojigris indignado, Remus sólo rió por la escena que estaban haciendo los dos azabaches.

--Bueno, nunca sabremos eso… -dijo Peter.

--Cállate Colagusano

--¿Así que… también se pusieron apodos?

--Sí, pensamos que sería divertido tener un apodo ahora que somos animagos, pero no habrá excepciones, tú igual necesitas uno.  -los chicos se quedaron pensando en un apodo para su amigo castaño.

--¡Ya sé!  -Sirius llamó la atención de los presentes- ...Moony…  -los tres chicos se miraron entre si estando de acuerdo y luego miraron a Remus para saber su respuesta.

𝕊𝕆𝕌𝕃𝕄𝔸𝕋𝔼𝕊 •|ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴ x ᴏᴄ ᴍᴀʟᴇ|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora