𝐗𝐗𝐕

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En un pequeño, pero acogedor, departamento ubicado en un gran edificio, se encontraba un azabache de pelo largo acomodando algunas cosas en este, mientras que con un poco de magia hacía la limpieza. No tenía mucho que Sirius se hizo independiente, unas cuantas semanas quizás, todo un año vivió con los Potter, que fueron la mejor familia que pudo tener en años, pero el azabache había recibido una gran fortuna por parte de su tío, hermano de su madre, él le dió una cantidad aceptable de dinero para que pudiera sobrevivir y lo primero que hizo fue buscar donde vivir, no tenía absolutamente nada en contra de los Potter, pero tampoco quería seguir sintiendo que les debía algo por dejarlo quedarse en su casa. Fleamont y Euphemia siempre le decían que no había de qué preocuparse, que para ellos ya era como su hijo, pero Sirius igual tomó su decisión de mudarse, no quedaba demasiado lejos de los Potter, había que aclarar.

Ya había enviado cartas a todos sus amigos de dónde estaba viviendo, también a Nancy -que no faltaba mucho para cumplir medio año juntos- y por último a su prima Andrómeda, también ella merecía saber su ubicación por ser la prima que más quería y que lo apoyó en muchas cosas. Entonces mientras Sirius seguía ordenando su nuevo hogar por la ventana llegó una lechuza que de inmediato reconoció, era la de la familia Pendragon, traía en su pico una carta. En su rostro se formó una sonrisa y se dirigió a tomar la carta, le dió un pequeño bocadillo a la lechuza, pero esta no se fue.
Sirius al ver la carta borró su sonrisa y puso cara de confusión, en la parte trasera de esta tenía escrito "para el señor Sirius Black", así que ahí supo que no era de Nancy. La abrió y la leyó, era una carta de los señores Pendragon invitándolo a cenar en su casa para conocer mejor a la pareja de su hija, le dijeron el día, la hora y el lugar y que podría traer a integrantes de su familia si quisiera, una vez terminada escribió la respuesta en otro pliego y una vez puesta es un sobre se la dió a la lechuza para que posteriormente se fuera.

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Sirius se encontraba frente a la casa de los Pendragon -que era una casa grande, en medio del campo y al lado de un gran lago sólo para ellos. A unos kilómetros estaba un pequeño pueblo, agradable y bonito- trató de verse lo más presentable, hasta sujetó su cabello en una cola de caballo baja. Había invitado a su prima y su familia, o sea que venía Edward y la pequeña Nymphadora de tan sólo cuatro años, pero a esa edad ya mostraba ser algo traviesa y risueña, ya también podía hablar muy bien y se había descubierto desde su nacimiento que era una metamorfomaga, muchas veces cambiaba su cabello y ojos -principalmente-.

Sirius se acercó y tocó la puerta, estaba nervioso, pero Andy lo calmó diciéndole que todo iba a salir bien, que sus padres lo aceptarán, ya que él era distinto, de forma positiva, a su familia. Al abrir la puerta vieron a Aaron, éste los dejó pasar y estaban reunidos en la sala, los señores Pendragon y Nancy.

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La cena había sido todo un éxito, los padres de Nancy aceptaron a Sirius como pareja de su hija y también simpatizaron con Andrómeda y su familia, más con la pequeña Nymphadora que de vez en cuando en la cena cambiaba de color su cabello, algo que le daba ternura a la familia Pendragon.
En estos momentos Sirius y Nancy estaban sentados en el porche de la entrada de su casa.

--A mis padres les agradaste -dijo Nancy-. No tenías nada que temer, hasta ellos se encariñaron con Dora, tu sobrina es muy tierna.

--Sí, me alegra que hayamos podido simpatizar con tu familia, aunque... si no le hubiera agradado igual seguiría contigo, una... relación a escondidas... -se empezó a acercar a Nancy tomando sus dos mejillas.

--¿En serio desafiarías a mis padres sólo por estar conmigo? -dijo sonriendo y riendo. Sirius pensó un poco, pero sólo por hacerse el gracioso.

--Por supuesto que sí -Sirius cortó la distancia en un beso tierno, pero con algo de pasión y que Nancy no tardó en corresponder. Mientras ellos se besaban, no tan lejos estaba Aaron columpiando a Dora en un columpio que tenían en un gran árbol a unos metros de su casa.

𝕊𝕆𝕌𝕃𝕄𝔸𝕋𝔼𝕊 •|ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴ x ᴏᴄ ᴍᴀʟᴇ|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora