𝐗𝐕: 𝐄𝐧𝐦𝐞𝐧𝐝𝐚𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬

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El verano del 74 ya casi daba fin, eso significaba que faltaba poco para que los magos y brujas volvieran a Hogwarts, pero un chico azabache dudaba si quería volver, todas las vacaciones se la pasó con ese pensamiento, aún ya teniendo todos sus nuevos libros y útiles dudaba si ir ese año, pues lo que había pasado hace unos pocos meses atrás, cuando aún era un alumno de tercer año, lo había cambiado y mucho, según los hermanos Pendragon, ya que esas vacaciones se quedó con la familia Pendragon.
Los hermanos notaron un cambio muy notorio en él, desde el simple hecho de que les pidiera quedarse en su casa todas las vacaciones ya se les hacía algo raro, pero por supuesto que no se negaron, y también esa sonrisa característica del azabache ya no salía tanto, cada vez que intentaron hablar con él sobre su cambio cambiaba de tema o sólo les decía que estaba bien, por supuesto nunca quedaron convencidos de sus respuestas.

Un día, a sólo un fin de semana de volver a Hogwarts, los mellizos y Liam se encontraban en la sala de la casa, los tres sentados en la alfombra que cubría todo el piso y sentados alrededor de la mesa de centro, lo único que los alumbraba era la fogata que tenían, pues pasaban casi más de la media noche, eran los únicos despiertos y lo estaban gracias a que se dieron cuenta que el azabache estaba solo en la sala y le hicieron compañía. Había cierto silencio incómodo, no sabían de qué hablar hasta que cierta chica rubia habló.

--Liam… ya dinos que tienes, no eres tú, el que conocemos siempre tiene una sonrisa   -dijo sin más rodeos. Liam seguía sin hablar hasta que minutos después lo hizo.

--¿Recuerdan el día de campo que tuvimos casi a principios de las vacaciones?

--Sí, pero… ¿Eso qué tiene que ver?

--Ese día… supe… lo que de verdad siento… -los hermanos quedaron con una expresión algo confundida, pero decidieron dejar que su amigo siguiera hablando-.  Ví… muchas personas pasándola bien… sobre todo familias, pero cuando veía algunas parejas, sobretodo de adolescentes, verlos sonreír, verlos reírse, verlos pasarla bien… yo… no pude evitar… pensar en… esa persona…, todos los momentos que reímos… que pasábamos el tiempo juntos… sobre todo para leer algo… las veces que sonreímos… era como vernos ahí, era la misma sensación… y esto se está volviendo algo cursi de mi parte.

--No, claro que no, es hermoso  -dijo Nancy-.  Te has… enamorado…

--Sí…  -dijo, pero fue casi inaudible, el azabache empezó a tener un nudo en su garganta y sus ojos empezaban a cristalizarse. Nancy parecía feliz, el amor era algo hermoso para ella, pero Aaron parecía también feliz, pero ya sabía para dónde iba esto.

--¿Y quién es? ¿La conocemos? ¿Es de nuestra casa o será una chica de Gryffindor o Ravenclaw?

--Nancy… deja que Liam termine de hablar  -dijo Aaron más que nada para que sus palabras no afectaran al azabache, pero sabía que su hermana no lo hacía intencional, no sabía.

--Ni siquiera yo puedo creer quien es… fuimos amigos por estos tres años que estuvimos en Hogwarts, pero este último que pasó… fue diferente, empecé a dudar y no fue hasta ese día del picnic que… supe que… era algo más que amistad  -unas lágrimas salieron de sus ojos-.  ...Remus Lupin…  -dijo para finalizar, lo dijo algo quedito, pero por el silencio que había se pudo escuchar perfectamente el nombre. Aaron puso una cara de comprensión, pero con algo de preocupación, por cómo estaba su amigo en esos momentos y en cambio Nancy tenía una cara de confusión totalmente.

--Pero… Remus es… un chico  -dijo la chica rubia que procesaba lo que había dicho.

--Nancy…  -dijo Aaron con un poco de molestia, a veces su hermana no medía sus palabras y podían hacer sentir mal a alguien y en este caso a Liam.

𝕊𝕆𝕌𝕃𝕄𝔸𝕋𝔼𝕊 •|ʀᴇᴍᴜꜱ ʟᴜᴘɪɴ x ᴏᴄ ᴍᴀʟᴇ|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora