Narra Ibrahim
-Mi señor- le dije al sultán y el volteo a verme -Felicidades por su futuro hijo-
-Muchas gracias Ibrahim, hay que apresurarnos, no hay que hacer esperar a los pashas- dijo el y ambos salimos de la habitación, con rumbo a la sala del consejo imperial.
La señorita Hurrem si que es tenaz, al intentar seguir sobreviviendo en este palacio y en seguir pensando en que tiene toda la atención y el amor del sultán.
Talvez eso este sucediendo ahora, pero en algún momento eso cambiará y se que alguien más obediente, ocupará su puesto y solo pasará a ser una concubina más.
Su nuevo embarazo sin duda alguna traerá consecuencias para la sultana Mahidevran y sobre todo a Mustafa, si es que la señorita Hurrem da a luz a otro príncipe.
Talvez mí siguiente movimiento sea jugar sucio, pero para sobrevivir en este palacio debes hacer todo lo necesario para seguir con vida.
-Su magestad, últimamente lo eh visto cansado, si lo desea puedo enviarle una concubina está noche- dije al sultán y gracias a Allah el acepto.
Llamé a Sumbulag de inmediato, para que le comunicara a la concubina que quería para el sultán y el salió de inmediato a cumplir mí pedido.
Ya quiero ver el rostro de Hurrem si es que mi plan sale como lo tengo planeado.
Narrador Omnisciente
|En el Harem|
-Señorita Aysel- dijo Sumbulag.
-Dime Sumbulag, necesitas algo?- dijo Aysel acercándose a el.
-Yo no pero alguien más si- dijo el sonriendo y Aysel lo miro confusa -El sultán pidió tu presencia en tus aposentos está noche, ve a empezar a prepararte-
Aysel no respondió, se quedo parada donde estaba totalmente sorprendida, pero reacciono ante los gritos de Sumbulag que le indicaban que debía prepararse de una buena vez.
Cuando calló la noche, Ibrahim dejo la puerta de su habitación levemente abierta, alcanzando a ver cómo Aysel era dirigida a los aposentos del sultán.
Ibrahim estaba contento de que las cosas iban como el quería, pero se sobresalto al ver cómo Hurrem pasaba delante de su puerta, hacia los aposentos del sultán.
-Sumbulag déjame pasar, está noche debo ir con el sultán- dijo Hurrem con una sonrisa, sin embargo Sumbulag no sé lo permitio.
-Lo siento mucho sultana Hurrem, pero no puedo dejarla pasar- dijo Sumbulag, interponiendose entre Hurrem y la puerta.
-De que hablas? Déjame pasar de inmediato Sumbulag- dijo Hurrem un poco molesta.
-Su magestad está en compañía de una concubina de su Harem está noche y me temo que no puede atenderla, señorita Hurrem- dijo Ibrahim detrás de ella, había salido de su habitación para decirle la situación.
Hurrem palidecio ante las palabras de Ibrahim, aunque enseguida cambio su expresión a una sería con una mirada afilada.
-Si te tomas las molestias de decírmelo cara a cara, es porque tu enviaste esa concubina con el sultán, o acaso me equivoco?-
-Debes entender Hurrem que tu estás en el Harem del sultán Suleiman, y el tiene todo el derecho de llamar a otras concubinas a sus aposentos, no solo a la madre de sus hijos- dijo el con una sonrisa descarada.
Hurrem estaba furiosa, no toleraría eso, estaba decidida a acabar con Ibrahim y también con la mujer que se atrevió a interferir entre ella y el sultán.
Las semanas pasaron después de esa situación, Ibrahim esperaba pacientemente, aunque sabía que su plan talvez no funcionaría, pero tenía fe.
Una mañana se despertó a darle los buenos días al sultán.
Pero lo noto diferente, como si estuviera pensando en algo.
-Le sucede algo, mi señor?-
El sultán no le respondió, aunque luego levanto la mirada y le sonrió.
-De hecho si pasa algo Ibrahim, y quiero que se lo informes de inmediato a mí madre y a todo el Harem- dijo el sultán feliz.
Al saber que sucedía, Ibrahim se dirigió a anunciar la buena noticia que el sultán tenía a todo el Harem cómo se lo había ordenado.
Lamentablemente, Ibrahim tuvo éxito, y sus acciones traerían consecuencias para todas las personas de ese palacio que estuvieran en el Harem.
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La Sultana Olvidada
RandomNiña, mujer, madre, sultana. Esos son los títulos que una mujer puede obtener en su vida si es inteligente y una devota súbdita de Allah. Su nombre se ha perdido en el tiempo, ya casi nadie recuerda a esa magnífica mujer, la protagonista de esta h...