Pedido de ayuda

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Narrador Omnisciente

Tras residir tanto tiempo en la capital, volver a la provincia de Murad tras la campaña se sentía como una caricia al alma.

Volver a sus tareas de ayudar a Murad a gobernar la provincia y sus obras de caridad le parecían como un descanso de los ajetreados eventos que tuvo que vivir estando fuera.

Un día como cualquier otro, Aysel, en compañía de Azra, se encontraban en el jardín admirando como las flores habían florecido finalmente.

Cuando aún era la favorita de su magestad, la difunta madre sultana siempre la invitaba a pasear al jardín repleto de flores que te cautivan con su belleza.

Podría decirse que eso era lo único que extrañaba del palacio de Topkapi, por lo que cuando llego a la provincia de Murad, ordeno que el jardín fuera llenado con plantas de todo tipo y de todos los colores.

Aysel disfrutaba ver cómo las plantas se desarrollaban, pero debido a su ausencia no pudo tener tal privilegio, por lo que nada más llegó, pregunto si habían sido bien cuidadas en su ausencia.

Mientras caminaban por el jardín, Aysel le pedía a Azra que le nombrará el nombre de cada planta, mientras que le pedía que recogiera algunas para llevar a sus aposentos.

-Creo que no había visto esa planta la última vez que estuvimos aquí, ¿Cuáles son esas Azra?- preguntó Aysel viendo unas flores.

-Son rosas blancas, sultana-

Aquellas flores no le llamaron tanto la atención a Aysel, pero pudo ver cómo Azra no despegaba sus ojos de ellas.

-Tambien recoge algunas de esas Azra, y ponlas en tus aposentos-

-¿Cómo, sultana?-

-Se nota que te gustan, toma las que quieras- Azra agradeció el gesto de su sultana y se apresuró a recoger aquellas flores -¿Podría preguntarte porque te gustan tanto?-

-Bueno, mí madre solía decir que el blanco era mí color, cuando era niña toda mí ropa era de color blanco, pero debido a que era muy traviesa siempre la ensuciaba y se enojaba conmigo-

Azra río al recordar su niñez y Aysel río al imaginarse a una pequeña Azra traviesa.

-¿Cuál dirías que es mí color?- pregunto Aysel a Azra.

Azra observo por un momento a su sultana y luego observo el jardín, se separó un momento para recoger una flor anaranjada y luego volvió para mostrársela.

-Siempre he pensado que este color le queda bien sultana-

Aysel sonrió y tomo de las manos de Azra aquella flor.

-En ese caso, ordenaré que mí próximo vestido sea con tela de este color-

Ambas intercambiaron miradas y sonrisas cómplices y se dispusieron a volver adentro, pero en su camino, a lo lejos, Aysel pudo observar a alguien.

Por un momento pensó que no estaba viendo correctamente, pero no era así.

-Adelantate Azra, debo ocuparme de algo- Azra hizo una reverencia y se retiro.

Aysel se acercó hacia la persona que estaba a unos pocos metros de ella, completamente extrañada de su presencia en el palacio.

-¿Ahmed?-

La Sultana Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora