Narra Aysel
Tiempo después el sultán regreso de la campaña y vino a visitarme a mí y a mis hijos.
-La sultana madre eligió hermosos nombres- dijo el sultán mientras cargaba a Razille y yo a Murad -Que Allah les otorgue felices días hijos mios- dijo el sultán besando la frente de mis dos pequeños.
Todo parecía volver a la normalidad, hasta que un día, tuvimos una visita bastante inesperada en el palacio, pero que lleno de alegría el corazón de la sultana madre y también el mío.
Yo, Mahidevran y Hurrem, nos encontrábamos en los aposentos de la sultana madre, hasta que la sultana Hatice ingreso en compañía de una hermosa mujer.
-Beyhan, hija mia- dijo la sultana madre, levantándose inmediatamente para recibir a su hija.
La sultana Beyhan era la segunda hermana del sultán.
Por desgracia, por un crimen que cometió el esposo de la sultana Beyhan, que era un pasha, fue ejecutado por orden de su magestad, y ahora la sultana siempre venía al palacio sin que el se enterará y siempre permanecía aquí por muy poco tiempo.
-Madre- dijo la sultana Beyhan mientras se arrodillaba y besaba la mano de la sultana madre.
-No sabíamos que vendrías-
-Hatice me escribió una carta hace unos meses, sobre que alguien estaba embarazada, y no podría estar tranquila hasta que viniera a verla y confirmar que ella y mis sobrinos se encontrarán bien- dijo la sultana Beyhan mirándome.
Luego de llegar aquí, al tener mí primer encuentro con la sultana madre, al mismo tiempo conocí a la sultana Beyhan, y le agrade al instante.
Ella siempre velaba por mí seguridad, e incluso una vez mando a castigar a una concubina que me había golpeado por celos de ser la favorita de su magestad.
No me parecía apropiado, ya que éramos de niveles y clases diferentes, pero ella siempre insistía en que era su más grande amiga.
-Son tan hermosos como su madre- dijo la sultana mientras miraba como mis hijos dormían.
-Como se encuentran sus hijos sultana?-
-Tardamos en recuperarnos por la muerte de su padre, pero gracias a Allah estamos bien viviendo en nuestro palacio- respondió la sultana con una sonrisa triste.
Cuando la sultana hablaba de su difunto esposo, me provocaba pena, ya que casi siempre, las sultanas de sangre real se casaban por conveniencia y eso paso con su matrimonio al principio, pero finalmente amo a su esposo y el la amo a ella, pero ese amor lamentablemente les fue arrebatado.
-Cuanto tiempo se quedara?- pregunté intentando cambiar de tema.
-No mucho, no me gusta separarme tanto de mis hijos, pero me quedare el tiempo suficiente para estar con mí madre, con Hatice y contigo- dijo ella sonriendo -Aysel podría preguntarte algo?-
-Por supuesto sultana-
-Quien era la mujer que se encontraba contigo y Mahidevran en los aposentos de mí madre?-
-Ella es la sultana Hurrem, es la madre del príncipe Mehmet y la sultana Mhirimah, los otros hijos del sultán-
-Por qué pones esa cara?- pregunto la sultana Beyhan mirándome, al no entender su pregunta me quedé en silencio -Cuando hablaste de esa mujer, pusiste una cara de preocupación y angustia, acaso ella te ha hecho algo?-
Me quedé en silencio, ya que recordé aquella vez en la que Hurrem me había enfrentado, de solo recordarlo me daba escalofríos.
-Ella actualmente es la favorita del sultán, éramos amigas, pero cuando se enteró de mí embarazó, se molestó mucho conmigo y nuestra amistad se rompió- dije con notable tristeza.
-No me sorprende que el sultán allá hecho eso, siempre daña alguna relación- dijo ella de forma sería.
-No se preocupe sultána, no le doy importancia, ahora solo me preocupo en mis hijos-
-Aysel, yo vi todo lo que mí difunto padre el sultán Selim, hizo sufrir a mí madre con los demás miembros de su Harem y como la lastimaron, gracias a Allah el sultán pudo llegar al trono y mí madre obtuvo lo que siempre quiso, pero se bien que tu no amas al sultán y eso te pondrá en desventaja y podrían dañarte a ti y a tus hijos-
La sultana Beyhan estaba en lo cierto, al no tener ningún interés en luchar por el amor del sultán, como lo hacían Mahidevran y Hurrem, yo no tenía mucha oportunidad de seguir viviendo en paz en el Harem.
-Se bien lo que debo hacer sultana, su madre me aconsejo por mucho tiempo cuando llegara este momento, pero la verdad no sé por dónde empezar-
-Pues entonces yo voy a respaldarte con todo el poder que tenga a mí alcance y te protegeré, estando cerca o lejos de ti, eres mí amiga y nunca permitiría que te hicieran daño-
-Sultana ya le eh dicho que no es apropiado que me llame así-
-Y yo digo que aceptes esto y a qué a partir de ahora cuando estemos solas, debes dejarme de llamarme sultana y decirme Beyhan-
Era imposible intentar hacer que la sultana cambie de parecer.
-Esta bien, gracias por esto Beyhan y por favor no se tarde tanto en visitarnos otra vez-
Ella me dedico una radiante sonrisa que contrastaba su belleza, y ambas nos dimos un abrazo.
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La Sultana Olvidada
RandomNiña, mujer, madre, sultana. Esos son los títulos que una mujer puede obtener en su vida si es inteligente y una devota súbdita de Allah. Su nombre se ha perdido en el tiempo, ya casi nadie recuerda a esa magnífica mujer, la protagonista de esta h...