Viaje Inesperado

146 14 0
                                    

Narrador Omnisciente

Un dia antes de que el sultan, los príncipes y Razille partieran a la campaña, Aysel recibió una carta.

Le parecía extraño ya que últimamente, y sobretodo luego de su ataque y finalmente haberse recuperado, no se había contactado con nadie.

Con mucha curiosidad abrió la carta y la leyó atentamente.

Cuando termino de leerla sus ojos se abrieron exageradamente.

Azra que se encontraba con ella en sus aposentos, se preocupo al ver la expresión en el rostro de su sultana.

-Sultana se encuentra bien?-

Pero Aysel no respondió y en cambio, se apresuró a salir de sus aposentos para ir a hablar con el sultan urgentemente.

El sultán la recibió sin demoras.

Al recibirla, y luego de que Aysel hiciera una reverencia hacia el, el sultán le pregunto que la traía allí.

Aysel le explicó lo que decía la carta que había recibido y lo que quería hacer con su permiso, pero el sultán le dio la negativa inmediatamente.

-Su magestad, se lo ruego, porfavor deme su permiso-

-Lo lamento Aysel, pero mí respuesta es no, acabas de recuperarte de tu ataque, lo que quieres hacer te puede poner en peligro-

-Lo se perfectamente-

-Entonces dime, ¿por qué insistes en ir al ya saber eso?-

-¡¿Y usted por qué no me permite ir si sabe perfectamente mis razones para hacerlo?!-

Los aposentos quedaron en absoluto silencio.

Ambos se miraban a los ojos, el sultán miraba a Aysel con una mirada seria, pero que le rogaba que no insistiera más, en cambio Aysel, le observaba con una mirada de súplica, pero con mucha determinación.

El sultán sabía que Aysel no se retiraría hasta que el le diera permiso de hacer lo que quería.

-Cree cuando te digo que yo también quisiera ir, pero no solo la campaña me lo impide, también me lo impide que no soy bienvenido alla-

-Pues entonces permítame ir, no voy a permitir que se quede en total soledad, y si no me deja ir, entonces me veré obligada a escapar del palacio e ir por mí propia cuenta si es necesario-

-Pues en ese caso le tendría que decir a los guardias, eunucos y criadas del Harem que no te dejen ni salir al jardin-

-Pues hágalo, haga todo lo que sea necesario para mantenerme encerrada aquí, pero le advierto que de cualquier forma encontraré una manera de escapar e ir hasta alla-

Por un largo rato, Aysel y el sultán se quedaron discutiendo aquel asunto.

Fuera de los aposentos del sultán, en la puerta se encontraba Azra preocupada, sumando que había escuchado por algunos momentos como su sultana elevaba su tono de voz considerablemente estando con el sultán, solo pedía que su magestad no se enojara con su sultana.

Los pensamientos de Azra fueron interrumpidos, cuando alguien llego a su lado.

-Azra que ocurre?, unas criadas me dijeron que la sultana Aysel vino aquí apresuradamente- dijo Furkan, quien nada más enterarse de dónde se encontraba su sultana, fue a verificar que nada malo hubiese pasado.

-No lo se Furkan, la sultana Aysel recibió un carta, apenas terminó de leerla, salió de sus aposentos casi corriendo hasta aquí, tenía una expresión asustada en su rostro, desde hace varios minutos que está dentro hablando con su magestad, espero que nada malo allá pasado-

-Allah escuché tus suplicas-

Ambos criados se quedaron fuera de los aposentos del sultán durante un largo rato, esperando que su sultana saliera.

Cuando Aysel por fin salió de los aposentos del sultán, Azra y Furkan luego de hacer una reverencia, la observaron aliviados, pero ese alivio se esfumó inmediatamente al ver una expresión de preocupación en su rostro.

Ninguno dijo nada, Aysel empezó a caminar de regreso a sus aposentos, y Furkan y Azra la siguieron.

Al llegar, Aysel se sentó en uno de sus sillones, y soltó un suspiro.

-Sultana nada más me enteré que había ido con urgencia a ver al sultan, fui a ver qué había sucedido, ¿acaso sucedió algo malo?-

-Les explicaré luego, de mientras prepara el carruaje Furkan, debemos hacer un viaje, su magestad me dio permiso, hazlo pronto y sin demoras, tu también Azra, empaca mis cosas, pero solo lo necesario-

-Pero sultana, apenas se acaba de recuperar de su ataque, no es prudente que haga un viaje ahora-

-Furkan tiene razón sultana, lo que sea que esté pensando en hacer, piense lo mejor, debería quedarse aqui-

-¡NO ME DIGAN LO QUE DEBO HACER O NO!- dijo Aysel levantándose de su sillón, cosa que sorprendió a sus criados y se asustaron por el grito de su sultana -Vallan a hacer lo que les dije, RÁPIDO!!!-

Ambos, hicieron una reverencia y se retiraron inmediatamente, a hacer lo que su sultana había ordenado.

Aysel no quería perder ni un minuto, tenía que ir rápido a dónde ella se encontraba.

La Sultana Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora