Narrador Omnisciente
Los días se convirtieron en meses y los meses en años, años en los que la sultana Hurrem aún seguía desaparecida.
El sultán jamás perdió la esperanza de encontrar a su sultana y para la sorpresa de su magestad, quién más le brindo apoyo emocionalmente y de que nunca perdiera la esperanza de encontrarla fue la misma Aysel.
Una mañana, Aysel se encontraba hablado con el sultán como lo hacía matutinamente para informarle de cómo se encontraba el Harem, hasta que Baly Bey, uno de los hombres de más confianza del sultán, ingreso a sus aposentos para comunicarle una noticia, una que dejó perplejo tanto al sultán como a Aysel.
Tras haberse retirado de los aposentos del sultán, Aysel se dirigió al harem en busca de Furkan.
-Furkan-
-Si, sultana?-
-Prepara el carruaje de inmediato, volveré a la provincia de Murad-
Furkan se sorprendió por el pedido de su sultana, pero solo se limito a obedecer la orden.
Aysel volvió a sus aposentos y tomo un pedazo de papel y un lápiz para escribir.
Mientras terminaba de escribir ordenó que llamarán a Azra y a varias criadas.
-Sultana dijeron que me buscaba que necesita?-
-Tu y las demás empaquen todas mis cosas en el menor tiempo posible, volveré a la provincia de Murad-
Azra quedó confundida con la orden de su sultana.
-Pero sultana que hay del Harem?-
-La verdadera directora del Harem ya ha vuelto, has lo que te ordene y tal como te dije, que sea en el menor tiempo posible-
Azra seguía confundida, pero optó por obedecer las órdenes de su sultana y le ordenó a las demás criadas que empezarán a empacar.
Al terminar la carta que estaba escribiendo, Aysel se la dio a Azra.
-Dale esto a Sumbul, dile que debe dárselo a la persona que acaba de llegar al palacio, no te tardes, debemos irnos en el menor tiempo posible-
Los aposentos de Aysel quedaron totalmente vacíos, era como si nadie los hubiera estado usando esos últimos años, pero esa era la intención de Aysel, quería devolverle sus aposentos a su verdadera dueña tal como los había dejado tras haber abandonado el palacio repentinamente.
La noticia que Baly Bey le dio al sultán era que la sultana Hurrem había sido encontrada y ya estaba siendo recibida en las puertas del palacio.
El sultán y la sultana Hurrem tuvieron el reencuentro que tanto anhelaron durante todo ese tiempo en el que estuvieron separados.
Tras su reencuentro, Hurrem se dirigió a sus viejos aposentos, pero al parecer el palacio nunca estaba en paz en su presencia, ya que sin perder la oportunidad, Sumbul le entrego la carta que Aysel le había escrito.
Hurrem espero que tu regreso allá sido seguro y te hallas encontrado con el sultán finalmente, fue muy notable tu ausencia, y no solo en el Harem, sino en todo el palacio. En tu ausencia me encargue de dirigir el Harem por pedido de su magestad, quiero aclararte que no intente ocupar tu lugar ni nada parecido, he cuidado a tus hijos como he podido y también sostener el Harem como he podido. Por alguna razón pienso que es mejor no vernos cara a cara, podrás pensar que soy cobarde, pero en realidad quiero que las aguas esten en calma entre tu y yo, y por cierto si quieres verme para asegurarte de que enserio te regreso todo lo que te pertenece asómate a la ventana.
AyselTras leer esa carta, Hurrem se asomo a una de las ventanas que se encontraban en sus aposentos que la vista daba directo a la entrada del palacio.
Allí vio a Aysel parada esperando pacientemente que ella la viera irse bajo su propia voluntad del palacio devolviéndole todo lo que le pertenecía por derecho.
Al ver qué se había asomado por la ventana, Aysel le sostuvo la mirada y se despidió de ella haciendo una reverencia hacia Hurrem.
Seguido de eso Aysel subió al carruaje y simplemente empezó el viaje hacia la provincia de su hijo.
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La Sultana Olvidada
РазноеNiña, mujer, madre, sultana. Esos son los títulos que una mujer puede obtener en su vida si es inteligente y una devota súbdita de Allah. Su nombre se ha perdido en el tiempo, ya casi nadie recuerda a esa magnífica mujer, la protagonista de esta h...