Narra sultana madre
Por las propias palabras de mí hijo, al parecer había hecho una buen elección y le había gustado esa concubina.
Por orden de mí hijo, la chica fue ascendida en el Harem cómo su nueva favorita y le envío regalos de todo tipo.
Por desgracia, Mahidevran se enteró de la situación, y no salió de su cuarto por algunos días, ella estaba muy triste.
La invite a venir a mis aposentos para poder hablar con ella y accedió.
-No deberías preocuparte tanto, tu eres su esposa, el te ama más que a nadie y también a Mustafa- dije intentando aliviar sus penas.
-Aunque diga eso, la única vez que me llamo a sus aposentos, fue la primera noche que llegue al palacio y ahora con suerte por todas sus responsabilidades, apenas tiene tiempo para ir a a ver a Mustafa, no se cansa de preguntar cuando su padre vendrá a vernos- dijo ella con tristeza.
-Debe recordar Mahidevran, que tu también eres parte del Harem del sultán, y tu también hiciste que el sultán hiciera a un lado a otras concubinas- dije intentando que entendiera la situación.
-Pero es diferente, en ese entonces otra mujer tenía en su vientre un hijo del sultán, y lamentablemente esa mujer perdió el embarazo, yo no desplace a nadie, el sultán fue quién me eligió- dijo alterandose un poco.
-Y esto es lo mismo, el sultán no te está desplazando, pero debes entender que en el Harem solo la inteligencia y la astucia perseveran, no la belleza y la paciencia, hazme caso, lo digo por experiencia-
Ella se retiró a sus aposentos después de oir mis palabras, talvez estaba siendo dura con ella, pero era una realidad que debía escuchar.
-Daye, trae a esa chica quiero conocerla-
-La traeré de inmediato sultana-
A los pocos minutos frente a mí estaba esa mujer de cabellos oscuros, aunque sus ojos color miel miraban al suelo y no podía verlos.
-Mirame- le ordene y ella lo hizo -Cual es tu nombre?-
-Elena, sultana- dijo ella con la voz nerviosa.
-Eh escuchado del propio sultán, que lo has complacido increíblemente, además de que lo tienes encantado con tu belleza y ah solicitado tu presencia en sus aposentos otra vez desde bien temprano, no me sorprendería que dentro de poco terminarás embarazada y le dieras un hijo-
Por la vergüenza bajo la mirada nuevamente y yo sonreí ante su acción.
-Hace cuánto llegaste al Harem?-
-Ya casi será un mes desde que llegué aquí, sultana-
-Ya veo, en ese caso, por lo que has logrado con mí hijo, tengo un regalo que quiero que se lo informes apenas vallas con mí hijo a sus aposentos-
Ella asintió ante mis palabras.
-Quiero que escuches con atención y me mires a los ojos- ella me obedeció encontrándose con mí mirada.
Observe su rostro con detenimiento y sonreí al escoger.
-Desde ahora tu nombre ya no es Elena- dije con una sonrisa y ella me miró confundida -A partir de ahora tu nombre es Aysel-
-Aysel?-
-Asi es, significa "arroyo de la luna", un nombre indicado para alguien cuya belleza es comparable con la misma luna- dije sonriendo.
Ella me agradeció con una sonrisa su nuevo nombre, arrodillándose ante mí y besando mí mano.
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La Sultana Olvidada
AcakNiña, mujer, madre, sultana. Esos son los títulos que una mujer puede obtener en su vida si es inteligente y una devota súbdita de Allah. Su nombre se ha perdido en el tiempo, ya casi nadie recuerda a esa magnífica mujer, la protagonista de esta h...