Narrador Omnisciente
Tal como Aysel ordenó, el Harem mantuvo su ambiente tranquilo y sin perturbaciones.
Al poco tiempo de instalarse, les envío una carta a Murad y Razille explicándoles la situación y que debería quedarse en el palacio de Topkapi por un tiempo indefinido, pero que siempre los mantendría al tanto de su situación.
Unos días después de su llegada, todo el palacio ya estaba enterado de quién era la nueva directora del Harem, y está noticia impacto mucho a ciertos individuos, que al enterarse fueron a ver a Aysel a sus aposentos.
Mhirimah y sus hermanos entraron a los aposentos de Aysel, dejándola sorprendida.
Les ordenó a sus criadas que se retiraran y los dejara solos.
Se notaba que había pasado un tiempo desde la última vez que había visto a los jóvenes príncipes, Selim y Bayaceto eran casi adultos, y Chiganger estaba en la mitad de su adolescencia.
-Veo que no ha perdido el tiempo, sultana- dijo Bayaceto seriamente mientras observaba detenidamente mis aposentos.
-Me enteré hace poco lo que sucedió, que Allah cuide a su madre donde quiera que este- dijo Aysel intentando que sus palabras fueran un consuelo para los príncipes.
-No le creemos, no creemos ni una sola palabra de lo que salió de su boca, alguien está detrás de la desaparición de nuestra madre, y que usted halla vuelto repentinamente y ocupe su puesto es muy sospechoso no le parece?- dijo Selim dándome una mirada afilada, idéntica a la que me daría Hurrem.
-Usted tiene algo que ver con la desaparición de nuestra madre?- pregunto Chiganger con un tono de voz muy bajo.
la tristeza se hallaba en los ojos de los cuatro.
-Selim, Bayaceto, Chiganger, retirense, debo hablar a solas con la sultana- dijo Mhirimah a sus hermanos.
-Pero Mhirimah!- dijo Bayaceto en protesta, pero una sola mirada de Mhirimah fue suficiente para que los tres príncipes se retiraran de los aposentos.
Al estar las dos solas, Mhirimah finalmente miró a los ojos a Aysel.
-No se que es lo que piensas Mhirimah, pero te aseguro que no soy tu enemiga, todo lo contrario, incluso su magestad me pidió que cuidara de ti y de tus hermanos, y no solo lo haré porque sea una orden del sultán, también lo haré por voluntad propia-
Lo único que Mhirimah hizo fue observar a Aysel con detenimiento y después de un gran silencio finalmente hablo.
-Se que usted no es como la sultana Mahidevran, y se que usted nunca nos lastimaría, ni a mí, ni a mis hermanos, pero ya no confío en nadie más que no sea un sirviente leal o un miembro de mi familia, así que le pido que se enfoque en su nueva labor de dirigir el Harem y déjeme cuidar de mis hermanos-
Mhirimah no le dio tiempo a Aysel de responder, ya que se retiró de sus aposentos, dejando a Aysel sola.
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La Sultana Olvidada
RandomNiña, mujer, madre, sultana. Esos son los títulos que una mujer puede obtener en su vida si es inteligente y una devota súbdita de Allah. Su nombre se ha perdido en el tiempo, ya casi nadie recuerda a esa magnífica mujer, la protagonista de esta h...