Sus nuevos aliados

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Narra Aysel

No era difícil encargarme de mis dos hijos, pero la sultana madre estaba insistiendo mucho en buscar alguna esclava para que me ayudara a cuidar de mis hijos.

En otro caso, no rechazaría la ayuda, pero al recordar mí situación y que me rodean mis enemigos, no podía tomarlo tan a la ligera.

Si iba a elegir a alguien para que me ayudara con mis hijos debía ser alguien en quien confiara plenamente, pero no conocía a nadie y no podía pedirle a la sultana Beyhan que viniera a la capital cada vez que me sintiera insegura.

Pero no podía vivir con miedo toda mí vida estando en este palacio, además hoy habrá una fiesta está noche en el Harem y debía prepararme, además de que mis hijos y sus hermanos serían entretenidos con juegos.

Según la sultana madre era para celebrar que el matrimonio de la sultana Hatice e Ibrahim pasha, finalmente había sido concretado.

Y al mudarse al viejo palacio, la sultana madre quería hacerle una fiesta de despedida a su hija, incluso aunque ella ahora viviera no tan lejos del palacio.

Antes de dirigirme al harem donde era la fiesta, dejé a mis niños donde serían entretenidos, allí se encontraban sus hermanos, mis niños me dijeron que disfrutará la noche y yo les desee lo mismo y empece a dirigirme al harem.

-Atención, la sultana Aysel está aquí!- al anunciar mí llegada la música de la fiesta se detuvo, todos se arrodillaron ante mí presencia y yo me dirigí a mí lugar junto a la sultana madre, la sultana Hatice, Mahidevran y Hurrem.

La sultana madre hizo una seña para que la fiesta continuará, todo parecía estar perfecto, con un ambiente festivo y agradable, nada fuera de lo común.

Pero las puertas del Harem fueron abiertas abruptamente dejando ver en la entrada a una esclava que parecía muy alterada y nerviosa.

-FUEGO SULTANA! LOS HIJOS DEL SULTÁN SE ESTAN QUEMANDO!-

Al escuchar esas palabras el ambiente cambio radicalmente.

Mí instinto me indico una sola cosa, ir a buscar a mis hijos.

-MURAD, RAZILLE!- Me levanté lo más rápido posible y me dirigí a la zona que estaba siendo consumida por el fuego, detrás de mí, Hurrem también corría hacia la misma dirección, ya que allí también se encontraban Bayaceto y Chiganger.

Ambas no dudamos en dirigirnos hacia la habitación donde se encontraban nuestros hijos, pero los Agas no nos permitieron pasar por seguridad, pero eso no nos importaba en lo más mínimo, solo queríamos a nuestros hijos.

La desesperación era muy evidente en todos, cuando pensábamos que nada saldría bien, una esclava salió de la habitación, con dos niños en sus brazos, pero eran Bayaceto y Chiganger.

Hurrem tomo a sus hijos aliviada, pero al no ver a mis hijos, me altere más de lo que ya estaba.

-Sultana no puede entrar ahí es muy peligroso- dijo Sumbulag interponiendose en mí camino.

-Quiero a mis hijos, sal de mí camino!- dije furiosa.

De la desesperación e impotencia estaba derramando lágrimas, pero mís súplicas fueron escuchadas ya que una esclava y un ag salieron con mis niños en sus brazos, sacándolos del peligro.

La Sultana Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora