Los rituales son tradiciones de los pueblos creyentes de los dioses, estos como agredecimiento les dan la oportunidad de saber cómo se caracteriza su alma gemela, por esa razón los jóvenes de 18 años se reúnen para saber con quién pasarán el resto d...
Al culminar con las despedidas en la casa Yagi, Izuku salió camino al bosque, ya no quedaban pendientes con Aizawa así que podía aprovechar el tiempo y buscar más plantas medicinales.
Estaba guardando unas flores silvestres cuando oyó pisadas no muy lejos de él, muy sigilosamente se acercó y se escondió detrás de un árbol, desde ahí pudo ver a un chico, y no era cualquier chico, era aquel joven de cabello cenizo que había visto junto a sus padres cuando los líderes se marchaban de la casa grande, volvió a sentir un cosquilleo en la nuca que está vez paso por su columna, lo cual desapareció dando lugar al pánico cuando vio al joven acercarse a un hongo que era un tanto peligroso.
-Hey espera!!-
Lamentablemente el cenizo no volteo a tiempo cuando unas esporas llegaron a sus ojos.
-Argh!! Mierda!!- grito el ojirubi cayendo de espalda contra el suelo.
-No!! No talles tus ojos y no los cierres!!- trataba Izuku de instruir al otro joven para que no empeorará su condición.
-No me digas que hacer!- a pesar de lo dicho, hizo lo que dijo aquel joven desconocido a su lado.
Katsuki vio como el joven se acercaba a el, tenía los ojos abiertos pero no podía ver claramente, era como tener una capa de color marrón en sus ojos, aún así podía divisar la figura del joven.
-No te muevas por favor- le dijo Izuku calmadamente sacando un par de frascos de su bolso.
El cenizo escuchaba los frascos de vidrio golpearse entre si, sus alertas estaban encendidas pero el joven no le daba ningún indicio de peligro, es más su voz le daba cierta calma.
Izuku estaba preparando un ungüento para la irritación de los ojos.
-Lo que el hongo te rocío no es venenoso ni te dejará ciego, pero tendrás la vista borrosa por algunas horas- el pecoso puso el ungüento en los párpados del joven cenizo que solo se dejaba hacer.
-¿Qué eres? Una especie de brujo?- le pregunto sarcástico
-Prefiero el término médico, ¿Que hacía en una zona como está?-
-Tch, eso no te interesa- obvio no le iba a decir al joven amable que se había perdido.
-Tus ojos necesitan descanso y para eso debes estar en reposo unas seis horas- el pecoso dejo pasar aquella grosería.
-Seis horas?! No! Debo regresar al clan Bakugou!! La bruja cumplirá su amenaza si tardo más!-
A Izuku le resulto gracioso ver al cenizo gritar tratando de cuidar que el ungüento no se caiga, pero intuyo que si se reía el de la capa no lo tomaría muy bien.
-Mira podemos ir al consultorio de Aizawa, ahí podemos pedirle que mandé a alguien a tu clan para darle aviso a algún familiar, pero de ninguna manera puedes ir en este instante- dijo con voz firme Izuku.
Al cenizo le pareció bien esa idea, pero otra vez, no se lo iba a decir, así que solo volteo la cabeza y resoplo.
Izuku apoyo uno de los brazos del cenizo sobre sus hombros, le costó al principio convencerlo pero el pecoso tenía las de ganar, al fin y al cabo el cenizo no podía ver bien.
Ambos llegaron al consultorio de Aizawa a pasos lentos pues como dijo Izuku el mas alto no podía hacer movimientos bruscos.
Al entrar se encontraron con Aizawa que realizaba un par de medicinas líquidas, en cuanto los vio le sorprendió el hecho de que el sucesor del clan Bakugou siguiera por sus tierras y sobre todo con los párpados llenos de ungüento, por el olor supo que era un remedio para la irritación.
- ¿Qué fue lo que pasó?- les pregunto mientras llevaba al joven cenizo hacia una cama que usaban para atender a los pacientes.
- Tocó un hongo de esos que sueltan esporas irritantes al tacto-
-Mmhm bien entonces solo necesita reposo, que suerte que lo encontraste Izuku, ahora príncipe puedes decirme porque sigues en nuestro territorio-
No es que Aizawa quisiera sonar amenazante pero era muy peligroso que un integrante de otro clan rondará por tus tierras sin que nadie notifique tal hecho.
-Tch, no quería subirme al carrito de princesas e intente ir a pie pero me perdí- lo último lo dijo entre dientes y viendo hacia otro lado que no fuera a esos dos, después de todo no era mentira solo omitió el hecho de que estaba buscando a su destinado/a.
- Ya veo, mandaré un mensajero con tu familia para que no se preocupen, no falta mucho para que anochezca-
Eso relajo al ojirubi, no quería que su madre entrara en pánico al ver que tardaba de más.
Poco a poco su conciencia paso al mundo de los sueños en dónde, de nuevo, vio lo que los dioses le mostraron el día del ritual, eso lo ayudo a dormir más relajado en aquel lugar desconocido.
Izuku quien lo vigilo hasta que se quedará dormido, dejo encargado el cuidado del cenizo a unos de los trabajadores del lugar, alcanzó a Shota en la entrada, ambos iban a irse a casa juntos, seguro Yagi los esperaba para continuar la lectura que dejaron pendiente el día de ayer y Shinzo seguro hizo la cena.
[Izuku quedó huérfano a la edad de seis años, su madre Inko Midoriya falleció de pulmonía y su padre murió cuando él apenas tenía tres meses, nunca supo la razón, ellos eran el motivo por el cual quería ser médico, cuando se quedó solo los líderes lo adoptaron para cuidar de él, ahora era hermano menor de Shinsou y Mirio, aunque Mirio ya no vivía con ellos desde que se mudo con su pareja, quien era un amor de persona, bastante tímido en realidad pero que sabía defenderse muy bien, y gozaba de raciocinio a la hora de tomar una desición lo cual era perfecto ya que iba a dirigir al pueblo junto a Mirio].
-Crees que Shinsou haya hecho Katsudon mamá?- Izuku variaba en la forma de llamar a Shota ya que además de ser su madre también era su maestro y el tenía aquella idea de no mezclar la familia con el trabajo.
-Nose, lo más probable es que Monoma lo este ayudando, dijo que iba a venir a cenar, seguro quedra preparar algo "sofisticado"- Aizawa sabía que sus hijos estaban casi listos para formar sus propias familias, pero eso no quitaba que seguían siendo sus retoños, por lo cual no le gustaba para nada la idea que andén más pendientes de sus parejas que de SU familia.
Aquel pensamiento había puesto de malas a Shota y en un movimiento puso su puño en la cabeza de Izuku poniendo solo un poco de presión.
-No me vayas a dejar de lado cuando encuentres a tu parejita- le dijo viendolo desde arriba con los ojos enchinados.
-Jaja no lo haré mamá, eres más importante que cualquiera-
Izuku hablaba desde un punto de vista ingenuo, para él, un año no iba a pasar muy rápido así que no pensaba en el “que pasaría”, si llegara a encontrar a su pareja, en este instante, en este tiempo para él su madre era lo más importante al igual que su familia.
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